T    E    X   T   O

IRREVERENTE

Por Andrés Timoteo

EL REY DEL EFECTIVO

Sin leer aun el libro “El rey del cash” de la periodista Elena Chávez que ya comenzó a venderse, se puede comentar dos cosas evidentes. Una, el dinero en efectivo que no deja huella bancaria ni electrónica ni documental porque en su mayoría es mal habido siempre ha sido el aceite en el motor del proyecto político y personal del tabasqueño Andrés Manuel López Obrador.

Chávez confirma ese ‘modus operandi’ para allegarse dinero: los ‘moches’ a burócratas y el desvío de presupuesto donde gobiernan sus afines. Pero en Veracruz eso no es noticia nueva pues desde el 2017 se supo del sistema de recaudación de dinero en efectivo para López Obrador cuando se difundió un video donde aparecía la entonces diputada local por Coatzacoalcos, Eva Cadena Sandoval recibiendo billetes en sobres  para ser llevados al fundador de Morena.

El acto filmado no fue el primero, hubo muchos otros porque ese era el estilo de recoger lana  viniera de donde viniera, sea de empresarios, políticos, gobernantes en funciones y hasta de criminales. A Cadena la lincharon y sacrificaron públicamente, pero se dejó intocada a la recaudadora principal en Veracruz que era la zacatecana Rocío Nahle, la jefa política de la legisladora.

Todo era y es ilegal comenzando porque el ingreso no se reportó al Instituto Nacional Electoral (INE) para que fuera fiscalizado como gastos electorales, y por otro lado debido a la procedencia dudosa y oscura de los fondos, desviados del erario o salidos del peculio de los delincuentes. Nada nuevo, pues, pero el texto de Chávez es una lupa de primera mano para vislumbrar todo el entresijo del lopezobradorismo para hacerse de esos recursos.

La otra exégesis del libro es que se trata del testimonio de un personaje que lo vivió, que estuvo dentro de ese circulo de poder  y compartió intimidades con uno de los acarreadores del dinero, Cesar Yáñez, su exesposo y quien se desempeñó como secretario particular y vocero de López Obrador.

Ahora, desde el aparato voceril de palacio nacional – ‘youtubers’ disfrazados de periodistas y periodistas que fungen como propagandistas- se desplegó una campaña mediática para descalificar el libro y a su autora. La señalan de que “escribe de a oídas”, que “no tiene pruebas”y que “la mueve el despecho”. El colmo es que aseguran que todo el texto no sirve para sostener una denuncia penal, lo que es algo ocioso.

La autora no pretende interponer una querella ni desea “tumbar” al lopezobradorismo sino que únicamente hace un testimonial con toda la credibilidad que le da ser periodista, por una parte, y haberse enterado de primera mano de los hechos, por la otra.

La descalificación de los jilgueros del régimen también los exhibe en su ignorancia. Es cierto, el periodismo exige rigurosidad y pruebas o al menos indicios suficientemente creíbles para no ser cuestionados, pero también es muy válido el testimonio directo del reportero que ha presenciado los hechos o los supo de fuentes fiables.

Pero “El rey del cash” no es una nota informativa ni un reportaje para exigirle las pruebas forzosas sino un libro. En todas las facultades de letras se enseña que cuando los hechos noticiosos no pueden encajar en las publicaciones periodísticas, el recurso es ficcionarlo o sea trasladarlo a la literatura para que salvar el obstáculo de la información dura, y eso lo hace ni falso ni carente de valor informativo. Tal cosa hizo Elena Chávez quien además tampoco es agente del ministerio público para que le exijan pruebas forenses, sino una periodista y escritora

MERCI POUR CET MOMENT

En septiembre del 2014, Francia se sacudió con la aparición del libro “Merci pour cet moment” (“Gracias por ese momento”) de la experiodista del semanario Paris Match, Valérie Trierweiler, quien fue pareja sentimental del expresidente François Hollande, y en el cual reveló muchos secretos de alcoba y los pasillos del Elíseo, el palacio presidencial. Dichos, vicios, afinidades, fobias y banalidades del mandatario y su entorno más cercano fueron exhibidos en esa obra que escandalizó, pero a la vez satisfizo el morbo político.

“Un día, un amor violento incendió mi vida. Él tenía cuatro hijos, yo por mi parte tres. Decidimos vivir juntos. Pero la política es una pasión que devora. En el Elíseo yo me sentía por lo regular como una ilegítima. Me enteré de la infidelidad del presidente por la prensa. El hombre que yo amaba rompió conmigo a través de un comunicado de dieciocho palabras que él mismo dictó a la (agencia de noticias) AFP, como si lo nuestro se tratará de un asunto de Estado. Todo lo escrito en este libro es verdad. Soy periodista y en el Elíseo me sentía como dentro de un reportaje”.

Eso es parte de la síntesis que la editorial Les Arènes seleccionó para la contraportada. El libro fue un éxito de ventas, más de 700 mil ejemplares se agotaron en los tres meses siguientes y fue la publicación más vendida en Francia en aquel 2014. Había gente que no quería a  Trierweiler por tales revelaciones después de ser la pareja presidencial -le cambiaban su apellido por Rottweiler, como el perro”- pero la leyeron y le creyeron porque ella compartió recámara y poder con Hollande.

Una revelación que cayó como una loza sobre el entonces presidente en funciones fue que éste se refería a los pobres como los “sans dents” o “chimuelos” y que los despreciaba porque le hacían manifestaciones. Los franceses nunca se lo perdonaron. Recuerdo -y una disculpa por usar la primera persona – que en una librería del bulevar Saint-Michel un señor de edad avanzada me vio hojeando el libro en uno de los estantes de exhibición y me dijo: “C’est le livre maudit”, (“Es el libro maldito”) para enseguida dirigirse a uno de los empleados: “deme uno, por favor, que me muero por leerlo”, le urgió.

En Francia todos leyeron “Merci pour cet moment” y ninguno le exigió pruebas ministeriales ni forenses a la autora ni pusieron en duda sus dichos. Ni en sueños los ‘hollandistas’ la satanizaron por haber escrito sus vivencias en el circulo intimo del poder. Eso se llama madurez literaria e informativa. En México, tras las revelaciones sobre el macuspano que ama el efectivo, la ‘chairada’ furibunda quiere quemar el libro junto a la blasfema que lo escribió como en los tiempos del nazismo y la Santa Inquisición.