TEXTO IRREVERENTE

ANDRÉS TIMOTEO

LA COMPARECIENTE

El contexto es ardiente, pero las expectativas pocas. Hoy comienzan las comparecencias ante el congreso local de los titulares de los órganos autónomos o desconcentrados del Ejecutivo estatal. La primera es más que oportuna: la fiscala Verónica Hernández quien debería -ojo, en condicional– explicar ante los legisladores lo que sucede con la procuración de justicia en medio de un Veracruz bañado en sangre.

Las condiciones están dadas para que Hernández Giadáns sea cuestionada severamente por los legisladores y que estos conviertan la comparecencia en una verdadera tribuna popular donde las dudas y quejas de la ciudadanía se expongan ante la compareciente a través de ellos y le exijan que hable con la verdad. Esa es la expectativa.

Pero la realidad será otra. En la legislatura no hay una oposición fuerte, y no se habla del número de legisladores ajenos a Morena y sus aliados sino de la calidad argumentativa y de la autoridad política suficiente. Los diputados panistas, priistas y emecistas -el PRD no tiene porque ya se fueron a Morena – ni son buenos tribunos ni hacen oposición de buena índole.

Y vaya que la fiscala tiene tanto qué responder, aunque el pronóstico es que la comparecencia será aterciopelada como las últimas tres de ellas. Solo en el 2020, cuando se realizaban las últimas comparecencias de los servidores estatales por la glosa del informe de gobierno del 2019, fue cuando Hernández Giadáns reveló algo cierto ante los diputados.

En aquella ocasión, el 21 de enero del 2023, confesó que es prima de Guadalupe Hernández, conocida como “La Jefa”, operadora de un grupo criminal en el sur del estado.

Vaya, fue la única verdad que la funcionaria ha dicho ante los legisiladores. ¡¡Y no pasó nada!! Fue un escándalo, sí, pero Hernández sigue al frente de la Fiscalía a pesar de la gravedad del asunto pues con ese parentesco incumple los requisitos de confiabilidad exigidos por el Secretariado Nacional de Seguridad Pública.

Mujer de tempestades – que no las supera sino al contrario, siempre sale zarandeada-, la fiscala es sostenida por capricho del secretario de Gobierno, Patrocinio Cisneros -el fiscal de facto aunque de leyes sepa lo mismo que de física cuántica al igual que la misma Hernández- que sale muy costoso a los veracruzanos quienes son las principales víctimas de que esa señora despache en un órgano tan importante y en un contexto tan lesivo.

‘EL DIABLO EN CALZONES’

Se confirmó que el objetivo de la masacre ocurrida el domingo sobre la carretera federal Veracruz-Jalapa tenía era Fernando Pérez Vega, de la banda “Los Pelones” que opera al norte de Veracruz. Su ejecución está teñida de motivos criminales y políticos, esa mezcla que cada vez es más pastosa y visible en la entidad.

Los Pérez Vega de Coxquihui son aliados de Morena y han buscado retornar a los cargos populares a través del partido guinda o de otros aliados como el desaparecido Fuerza por México. Incluso, la versión en la región totonaca es que el propio Fernando Pérez sería el candidato morenista a la diputación local en el 2024, para eso trabajaba.

Sin embargo, ayer el gobernante en turno, Cuitláhuac García lo negó todo. Buscó desligar a su partido y desligar a su gobierno mismo de los caciques totonacas. Es más, afirmó que la Fiscalía tenía varias carpetas de investigación abiertas desde hace tiempo contra Pérez Vega.

El tipo, dijo, era de lo peor: que fungía como jefe de plaza de un cártel delictivo, que era uno de los responsables de la masacre de diez personas en bares de Poza Rica a principios de enero, que está relacionado con la ‘ejecución’ del comandante de la policía en Espinal, José Luis Quinto, y que sembraba la violencia en la sierra del Totonacapan, y bla,bla,bla. En resumen, el difunto era ‘el diablo en calzones’.

Pero, entonces ¿por qué andaba libre si había pesquisas que lo señalaban como un criminal de alto perfil?, ¿por qué se le permitió participar en política electoral en el 2021 cuando fue candidato a la alcaldía de Coxquihui?, ¿por qué estaba en precampaña para otra postulación a corto plazo? -según el gobernante, Pérez fue atacado tras haber asistido a una reunión partidista en Boca del Río – y, ¿por qué no se le encarceló antes y se evitó la masacre?

Son temas que García Jiménez evadió ayer al hablar del tema, y son preguntas necesarias para la fiscala Hernández que comparece hoy en la legislatura. ¿Y el hermano , Reveriano Pérez Vega, el verdadero cabecilla de la banda criminal en el Totonacapan?, ¿por qué también sigue libre y participando en política electoral? La respuesta no es rebuscada: porque es un operador del partido en el poder.

LOS OTROS

El miércoles comparecerá en el congreso local otra mujer polémica -por sus pifias, claro –, Delia González Cobos, titular del “rgano de Fiscalización Superior (Orfis) quien debería -otra vez en condicional – explicar el desgarriate que tienen con la cuenta pública del 2021 que fue dos veces auditada y cuyo daño patrimonial no ha sido sancionado ni llevado a los tribunales.

Los ladrones del presupuesto están felices con González Cobos y más contentos por el pleito entre ella y el presidente de la Junta de Coordinación Política, Juan Gómez para ver quién se queda con los ‘moches’ de los alcaldes y funcionarios para limpiarles las cuentas. El miércoles en la sede parlamentaria se verán las caras, Cobos y Gómez, los protagonistas del duelo de extorsionadores.

El viernes tocará el turno al titular de la Comisión Estatal de Protección -risas- a Periodistas. Tampoco hay nada bueno que esperar. Seguramente notificará cuántas coronas de flores envió a los funerales de los ocho periodistas asesinados en el 2022, los boletines con el pésame incluido, los cursillos dados a comunicadores cercanos y cuántas reuniones para tomar el té tuvo con funcionarios estatales, entre ellos el exsecretario de Seguridad Pública, Hugo Gutiérrez, que desde el poder para pedir el favor de ya no agredir a los reporteros. Y San-se-acabó.