ANDRÉS TIMOTEO
LOS DOBLE V
El despido ominoso del cordobés Aldo Valeriano de la jefatura de prensa en el congreso local es la comidilla morbosa en el gremio reporteril. Apenas el lunes, este espacio daba cuenta del restaurante “Vilas Brasil” propiedad del ahora exfuncionario que está por abrir en Córdoba, aunque otros dicen que en realidad se trata de una reapertura con nuevos dueños pues el merendero ya funcionaba desde el 2017, además de que el tercer socio -el mayoritario- sería el secretario de Educación, Zenyazen Escobar
Pues bien, a Valeriano lo echaron de la legislatura y feamente. De la noche a la mañana le pidieron entregar la oficina y él publicó un quejumbroso texto en las redes sociales dirigido a los diputados a los que solo les faltó pedir que le dieran cobijo en algún sitio pues -alega que- su futuro es incierto. Vaya, ni María Magdalena lloró tanto cuando crucificaron a Cristo.
Obviamente tal lamento no es por el trato indigno que le dieron sino por el negocio que se le apestó. Ya no cobrará los 300 mil pesos mensuales que se auto-asignó a través de convenios con los cinco portales informativos -y ‘fantasmas’- de su propiedad ni los ‘moches’ a las empresas periodísticas a cambio de hacerlas proveedoras mediáticas ni tampoco el sueldazo con las compensaciones que superaba los 70 mil pesos.
No obstante, el señor no se va pobre, sus biógrafos estiman que le habría hincado la uña a por lo menos 5 millones de pesos, y eso hablando de cifras muy conservadoras, En tres años la prosperidad lo laqueó: pasó de vigilante de bares y cajero en tiendas comerciales -en puebla lo vieron así- a empresario mediático y gastronómico.
La otra damnificada por su destitución es la síndica electa de Córdoba, Vania López, socia de Valeriano en todas las tropelías financieras de la legislatura. Y aunque los jalapeños respiraron con ese par fuera del congreso, a los que les caerá la calamidad son los cordobeses pues la especie señala que Valeriano se refugiará en el ayuntamiento apuntalado por su socia.
Su tiempo en la ciudad de los Treinta Caballeros lo repartirá en atender la churrasquería brasileña y operar – entiéndase: cobrar ‘moches’, rasurar convenios publicitarios y obtener otros tantos para sus empresas ‘fantasmas’ – en el área de comunicación social del ayuntamiento. ¿Se quejaban de Martha Marañon? Pues ahora tendrán en ese departamento a dos pesos pesados en la corrupción, los Doble V, Vania y Valeriano. ¡No dejarán piedra sobre piedra en el palacio cordobés!
LA MARCA DE LA BESTIA
La vocería legislativa ya es ocupada por un tal Guillermo Núñez y sobre este señor algunos colegas se desviven en comentarios positivos. Se entiende que están obnubilados y lo ven como sí fuera el héroe de la película, el que viene a reivindicar las cosas, pero es una percepción errada o más bien basada en el concepto de “el menos peor”. El nuevo vocero no es probo y ni siquiera un comunicador conocido. Lleva, eso sí, varios años incrustado en la nómina del área de comunicación social pues es un sobreviviente del duartismo y un renacido en el morenismo.
Núñez es parte del grupo apodado “Los Ginos”, esa panda de operadores de poca monta, escasa cultura, peor pluma y muy corrompidos que adiestró la errática Gina Domínguez, vocera estatal en el primer tramo del sexenio de Javier Duarte. Era de aquellos que le aplaudían a Domínguez los excesos y embestidas contra el gremio reporteril y que hacían fiesta cada vez que un periodista era agredido o asesinado.
“Ya ven, ¿para que escriben lo que escriben?”, fue la frase que Gina Domínguez le dijo a Lilia Ramírez Baizabal en el velatorio de Milo Vela. En estos episodios es necesaria la terca memoria. El tal Guillermo Núñez era de esos monaguillos que le festejaba sus dichos, de los que chacoteaban sobre la sangre de los caídos. Trae la marca de la bestia, pues. Nadie se vaya con la finta porque el escorpión no es menos venenoso que la serpiente.
Por cierto, ya que echaron a Valeriano de la legislatura deberían aprovechar para hacer la purga completa porque ahí se queda una de sus operadoras más infaustas, muy diestra en los arañazos a los dineros públicos y la insidia contra los periodistas, la inefable Estefanía Yepez, otra renacida en el morenismo pero que siempre medró en los sótanos del fidelato y el duartismo.
OTROS IMPRESENTABLES
Si antes se habló que la exalcaldesa de Acayucan, Fabiola Vázquez Saut, protagonizó uno de los brincos chapulinescos más veloces de la historia pues apenas juró como senadora suplente – de la yunista Indira Rosales- saltó del panismo al morenismo, ahora se suma otra al chapulineo: la inefable Nora Acosta Gamboa, alcaldesa electa de Totutla quien ya se adhirió al partido marrón pese a que fue postulada por el Verde Ecologista
Pero los morenistas en el pecado llevarán la penitencia porque Acosta engrosó su lista de ediles pero no la dignificó. Al contrario, se echan en la solapa una impresentable porque a la edil la han relacionado desde hace tiempo con asuntos oscuros. Durante la campaña electoral casi fue detenida por la policía estatal -la dejaron huir- cuando su caravana fue interceptada en un reten y cuatro de sus escoltas fueron aprehendidos debido a que portaban armas sin registro.
Con ellos anduvo pidiendo el voto a los totutlecos que aterrorizados veían el séquito sicarial que la acompañaba. El mayo del 2020, la misma señora protagonizó otro escándalo ligado al crimen organizado porque a su jefe de escoltas, un tipo apodado “El Ranger”, lo detuvieron también con armas sin permiso y luego fue acusado de participar en la ‘ejecución’ del excomandante de la policía municipal del lugar, Manuel Chacón López.
Imagínense lo que les espera a los habitantes de Totutla a partir de enero. A pesar de ese tufo delictivo, Acosta Gamboa es exhibida como un trofeo político por los dirigentes del partido marrón. Ya se dijo: en Morena el crimen tiene permiso.
Otro ‘verde’ que también ya se pintó de marrón y pronto lo hará oficial es el alcalde electo de Medellín de Bravo, Marcos Isleño quien, para no variar, también es un impresentable pues está acusado de ser un golpeador de mujeres. El chiste se cuenta solo ya que el gobernante estatal, Cuitláhuac García, jura que en su administración las mujeres están reivindicadas y ya no se tolera a políticos y funcionarios agresores de féminas como en el bienio yunista.