ANDRÉS TIMOTEO
LOS NECROLÓGICOS
En febrero del 2013, integrantes de la Asociación Mundial de Periódicos y Editores de Noticias (WAN-IFRA) y del Instituto Internacional de la Prensa (IPI) realizaron una visita de observancia a México pues el país estaba catalogado como el lugar más peligroso del mundo para ejercer el periodismo. Los veedores regresaron a Europa preocupados, así lo confiaron en la delegación en París de WAN-IFRA – su matriz está en Londres-.
Consultados sobre Veracruz donde -para ese entonces- había más de 15 periodistas asesinados y una treintena de desplazados, los observadores revelaron un contratiempo pues tuvieron que cancelar de última hora un recorrido programado al estado debido a amenazas contra la integridad de la delegación. Se optó por suspender el recorrido ‘in situ’ pese a que la Secretaría de la Defensa Nacional les ofreció un dispositivo de protección.
Así de podrido estaba el asunto en Veracruz. Sin embargo, los delegados sí se reunieron con el gobernante Javier Duarte y otros funcionarios, entre ellos el secretario de Gobierno Gerardo Buganza y la vocera, Gina Domínguez, y la impresión que les dieron fue la peor. “(Veracruz) está que arde, tan extendido está el dominio del crimen que nuestra delegación no pudo llegar porque el riesgo era muy alto”, dijo la fuente consultada en aquel tiempo.
De Duarte dijo: “es un tipo ausente, indiferente, no le importa lo que pasa, está informado de casos por el impacto mediático y el escándalo contra su gobierno pero no porque tenga interés real en el problema”. Y agregó: “es más bien frívolo en el tema. No hay que esperar mucho de él”. Traducido a lo coloquial: a Duarte le valía sorbete lo que les pasaba a los periodistas aun cuando hubiera asesinatos en serie.
Si bien no con los mismos términos esa impresión se leyó en el informe de la misión publicado el 15 de abril del 2013. Sobre Veracruz, el documento se destaca que “la Secretaría de Gobierno, a cargo de Gerardo Buganza, ejerce un firme control sobre todos los canales de información poniendo al descubierto un estilo de gobierno preocupadamente autoritario”.
En la entidad, expone, los reporteros enfrentan dos amenazas muy altas que son dar cobertura informativa a las acciones de la delincuencia y ejercer la profesión bajo un régimen de “hostil intolerancia” y colocó una frase sumamente reveladora al señalar que : “en muchos casos, el crimen organizado actúa bajo los dictados del gobierno local”.
La operadora de esa “hostil intolerancia”, expone el documento, era la coordinadora de Comunicación Social, Gina Domínguez Colío, apodada “la vicegobernadora” -así se lee en el informe- por “su inmensa influencia política en el estado”. Ella y el resto de los funcionarios duartistas les dijeron a los observadores que “los periodistas no eran asesinados por su profesión, sino por comportamientos dudosos en sus vidas privadas –incluyendo la complicidad con el crimen organizado– o por falta de profesionalismo”. Y punto.
Lo anterior develó, por supuesto, el grado de indolencia, inacción e incluso de posible corresponsabilidad en embestida mortal contra la prensa que incluyó 19 periodistas asesinados, un periódico quemado y decenas de comunicadores desplazados durante el sexenio. -Por cierto, adivinen quién era la presidenta de la Comisión para la Protección (risas) a los Periodistas que apoyó la tesis para criminalizar a los reporteros y responsabilizarlos de sus propias muertes. ¡Acertaron! Namiko Matzumoto, la actual presidenta de la Comisión Estatal de Derechos Humanos-.
Algo muy similar percibieron los miembros de la delegación enviada a México por el Comité contra las Desapariciones Forzadas de la Organización de las Naciones Unidas que desde mediados de noviembre se entrevistan con autoridades, familiares de desaparecidos y colectivos para realizar una evaluación de la crisis humanitaria por las más de 94 mil personas víctimas de desaparición forzada. La misión sigue en el país y concluirá el día 26.
Especialmente lo notaron en Veracruz donde estuvieron los días 19 y 20 para reunirse con funcionarios cuitlahuistas quienes se comportaron de forma muy parecida -en cuanto a la indolencia e indiferencia- a la de los duartistas de aquel 2013. Veracruz era una visita obligada a pesar de que los observadores también programaron recorridos por Coahuila, Ciudad de México, Jalisco, Morelos, Nuevo León, Guanajuato, Nayarit y Tamaulipas.
UN LABORATORIO Y UN PANTEÓN
Y era prioridad porque en la entidad veracruzana se decretó emergencia humanitaria desde diciembre del 2018 cuando Cuitláhuac García asumió la gubernatura y anunció que pediría ayuda de organismos internacionales para buscar y encontrar a los “tesoros perdidos” o sea a los miles de desaparecidos. Fue, obvio, demagogia.
Funcionarios estatales, -se supone que se habrían reunido con el mismo García Jiménez, su secretario de Gobierno Patrocinio Cisneros, la fiscala Verónica Hernández, la encargada de la Comisión Estatal de Búsqueda, Brenda Cerón, y el titular de la Comisión de Atención a Víctimas, Christian Carrillo- dieron a estos observadores una impresión casi idéntica a la hace siete años generó el equipo de Duarte de Ochoa.
“Mucha vaguedad , ambigüedad y por algunos momentos hasta indiferencia”, señaló la fuente. “Hay datos sueltos, se percibe desorganización, divagan”. Y, ¿saben qué presumen a favor de los miles de desaparecidos? ¡El Centro de Identificación Genética, inaugurado hace un mes en Nogales, y un cementerio que se construirá en el sur para inhumar a los que no sean identificados! La deducción: en Veracruz se “trabaja” sobre los muertos -entierros y procesamiento forense – no para buscar ni encontrar vivos a los desaparecidos. Son necrológicos como los de ayer.
El cuitlahuismo es una copia-calca del duartismo en cuanto al tratamiento de las tragedias humanitarias. Lo peor -y que los funcionarios no le dijeron a los observadores aunque seguramente los colectivos sí lo hicieron- es que los exfuncionarios responsables de la desaparición forzada de personas ya fueron excarcelados y algunos hasta fungen como asesores de la administración estatal como Arturo Bermúdez, el secretario de Seguridad Pública del Duarte. ¡Tengan para que aprendan!, parece que Cuitláhuac García y Patrocinio Cisneros les sorrajan a las víctimas.