TEXTO IRREVERENTE

Andrés Timoteo

QUE MUERAN DE VIEJOS

No existe un Premio Nobel para el periodismo pero el reconocimiento bien se acomoda en el de la Paz. Carl von Ossietzky, alemán de origen judío, fue el primer periodista en recibirlo en 1936, pero no pudo trasladarse a Suecia para recogerlo porque estaba preso en un campo de concentración nazi. De hecho nunca lo tuvo en sus manos, alguien lo recibió a su nombre y luego se extravió en el camino.

Ossietzky era director del semanario Die Weltbühne (Escena Mundial) y además lideraba la organización “Nie Wieder Krieg” (Guerra Nunca Más) misma que fundó luego de concluir la Primera Guerra Mundial en la que combatió. Por su escritos y por su activismo pacifista, Adolfo Hitler lo mandó a encarcelar en 1934. Nunca salió del encierro pues falleció de tuberculosis en 1938. Fue el Preso 562 durante los ocho años de concentración. Ni siquiera murió con su propio nombre.

A 86 años de distancia, el pasado viernes en Suecia se entregó el segundo Premio Nobel de la Paz a otros reporteros, una mujer, Maria Ressa, y un hombre, Dmitri Muratov. Ambos son periodistas de investigación que han desnudado la corrupción y los actos de barbarie cometidos por los poderosos y a la vez se han canjeado el odio y la persecución de los mismos.

Ella es fundadora del portal informativo Rappler en Filipinas, su quehacer ha sido en la web desde hace quince años y su periodismo ha sacudido al régimen del presidente Rodrigo Duterte quien tiene abiertos siete expedientes judiciales en su contra con los que pretende fincarle una condena de más de 100 años de prisión. Hasta el momento hay diez órdenes de aprehensión liberadas en su contra, ha estado presa, aunque actualmente goza de libertad condicionada en espera de las sentencias.

Muratov es director del periódico Novaya Gazeta (Nueva Gaceta) en Rusia que se imprime, a duras penas, tres veces por semana. Desde hace años, este medio está en la mira del también autócrata Vladimir Putin quien lo persigue a él y a todos sus colaboradores. Le ha matado a varios, entre ellas Anna Politkovskaya, a quien un sicario asesinó a balazos en el ascensor del edificio donde vivía, en Moscú, el 7 de octubre del 2006.

“¡Quiero que los periodistas mueran de viejos!”, dijo Muratov al dedicarle el premio a los colegas asesinados -en todo el mundo y a lo largo de la historia- por los intolerantes y facinerosos. “Ellos dieron la vida por la profesión, defendiendo la libertad de expresión, pero no debían terminar así. No debemos aceptar ese destino”, acotó para inmediatamente pedir: “Defendamos a los que ahora sufren persecución”.

De acuerdo a la organización Reporteros Sin Fronteras (RSF), hasta el primero de diciembre habían sido asesinados mil 636 periodistas en los últimos veinte años. La agrupación suiza Press Emblem Campaign (PEC) ha documentado 77 muertes violentas de comunicadores en 28 países en este año. De todo el orbe, Afganistán y México ocupan el primero y segundo lugar en homicidios de reporteros, el primero con 12 y el segundo con 10.

Por si lo anterior no asustara lo suficiente, el Comité para la Protección de Periodistas con sede en Nueva York informa que en este 2021 hay una cifra récord de periodistas encarcelados en el mundo: 293. Todos por su quehacer informativo. Es el sexto año consecutivo que se rompe el récord de informadores en prisión. El año pasado eran 280.

ESCRIBIR CON RIGOR

El fin de semana, Radio Francia Internacional (RFI) difundió una entrevista realizada a la ganadora filipina, Maria Ressa en la que también dedicó el premio a los reporteros asesinados y presos. -Actualmente usted está en libertad condicional, a la espera de su apelación, ya que fue condenada el año pasado a seis años de prisión por difamación. ¿Cómo se convirtió en el enemigo número uno del gobierno filipino y del presidente Rodrigo Duterte?, le preguntó la reportera Heike Schmidt.

“Es porque decimos la verdad. Porque somos buenos periodistas y nos negamos a ser intimidados. Desde hace mucho tiempo, soy un ejemplo para todos los periodistas amenazados del mundo. Así que este premio pertenece a los periodistas que se mantienen firmes, a pesar de todo, espero que este premio ayude a proteger a los periodistas y la democracia no solo en Filipinas sino en todo el mundo”, le dijo Ressa.

La periodista alertó sobre los ‘ecosistemas informativos’ adversos que actualmente son igual de dañinos para la libertad de expresión que los gobiernos intolerantes y represores. ¿Cuáles son? Las mentiras que circulan en las redes sociales y los falsos periodistas que por publicar en sus muros de la web o subir videos se ostentan como tales, pero solo contribuyen a confundir a la opinión pública, su trabajo es enderezar campañas basadas en el odio y hacer propaganda, disfrazada de periodismo, para los regímenes o grupos de poder.

“Favorecen las mentiras, porque las mentiras que despiertan la ira y el odio circulan más rápida y fácilmente en las redes sociales. Esto tiene que cambiar”, aseveró. – ¿Qué papel deben desempeñar los periodistas?, le inquirió la entrevistadora. “Tenemos que escribir con mucho más rigor, tenemos que hacer eso: periodismo con toda la extensión de la palabra, la inteligencia artificial no puede rebasarnos”, respondió. Habría que agregar -y estas son palabras del columnista- que escribir con rigor también es el mejor antídoto contra esos farsantes y advenedizos que hoy se cuelgan el gafete de periodistas.

JUEGO DE MUDOS

Avergüenzan de lado y lado. Ayer, tanto gobernante en turno Cuitláhuac García y sus corifeos en el congreso local como los diputados “opositores”, panistas en su mayoría, se extraviaron en un rejuego mudo, de carteles y de distracción para no abordar los temas que en realidad son urgentes: los niños con cáncer sin medicinas -ya han muerto varios-, las ejecuciones extrajudiciales, la violencia imparable y los miles de desaparecidos que García Jiménez prometió buscar y encontrar desde que asumió el cargo.

Las verdaderas víctimas fueron las grandes ausentes cuando deberían estar en la primera línea del debate público y político. En su lugar, los azules intentan vestir de ‘mártir’ y los marrones- de ‘villano’ a un cuestionado político como Tito Delfín. Este individuo impresentable fue el protagonista de la rendición de cuentas en el Poder Legislativo. Son una vergüenza pública, se insiste.