Las órdenes desde el despacho alterno de Mary Vázquez
Desde los pilares de Palacio de Gobierno en Eriquez, una figura mueve los hilos de la imagen gubernamental, con sigilo y rabia contenida.
No aparece en la nomina oficial, pero todos en el círculo cercano saben su nombre: Mary Vázquez Guízar, la comadre de la gobernadora Rocío Nahle.
Mary opera desde una oficina alterna, discreta pero estratégica. Desde ahí, da línea. A veces por llamada, otras con visitas a puerta cerrada.
La instrucción esta vez fue clara y urgente: “Hay que meter las manos al fuego por La Jefa”, dijo, refiriéndose a Nahle.
Del otro lado de la línea, los encargados de ejecutar: Fito Bouzas y Benita González, en Comunicación Social, y Silverio Quevedo, desde el Congreso Local.
La orden fue múltiple: Primero, salir a declarar. Después, cambiar la conversación: hablar del “mal gobierno de Cuitláhuac”, del presunto daño patrimonial de más de mil millones de pesos de la administración pasada, y abrir fuego mediático contra Sergio Gutiérrez Luna y Juan Javier Gómez Cazarín, delegado federal de Bienestar.
El mensaje final fue más personal, más áspero:
“Háganlos reaccionar con unas notas, a ver si se desapendejan Ahued y Pérez Astorga”, habría dicho, en referencia al titular de la SEGOB y al secretario de Desarrollo Económico.
Quienes han convivido con ella, la describen con una mezcla de miedo y asombro. Roja del coraje, manoteando sobre la mesa y al aire, con los ojos saltados y el tono alto, Mary Vázquez intenta imponer con su carácter. Se rasca la cabeza, se ajusta la ropa, y da órdenes.
Regaña. Señala. Intimida. Como si la cercanía con Nahle le diera licencia para mandar más que varios secretarios de despacho.
Y en ese microcosmos de poder, donde la línea entre lo político y lo personal se diluye, la comadre se vuelve operadora, y la oficina alterna, un cuartel.
Desde ahí, se diseñan respuestas, se distribuyen ataques y se dictan silencios.
Mientras tanto, en Palacio, la calma apenas disimula lo que ya todos saben: que el verdadero mando en comunicación no siempre lleva el título.