TEXTO IRREVERENTE

ANDRÉS TIMOTEO

CARNAVAL DE LA MISOGINIA

En el mismo tema de los burlones, he aquí un breve repertorio de adjetivos que los jarochos y sobre todo las jarochas deben tomar en cuenta: brujas, prostitutas, borrachas, delincuentes, ladronas, estafadoras, fraudulentas, mentirosas, pirujas incestuosas, marimachas, corruptas, pone-cuernos, drogadictas, hijas de la chingada, malas y horrorosas. Se trata del vocabulario del actor Alfredo Adame, uno de los que más mujeres ha ofendido y degradado en el país. Es un misógino en toda la extensión de la palabra.

¿Y qué creen? Será el invitado estrella para los desfiles del Carnaval de Veracruz 2022. Sí, el comité organizador lo promociona como una atracción a pesar de que la entidad es la segunda a nivel nacional en feminicidios y está en los primeros tres lugares en desaparición de mujeres y en violencia de género. Peor aún, Adame es traído por el gobierno de la panista Patricia Lobeira que presume ser la segunda mujer que llegó a la alcaldía y quien en el logotipo del ayuntamiento insertó el famoso Símbolo de Venus – el circulo unido a una cruz invertida – que representa al género femenino.

¿Qué dirán las organizaciones feministas de que les traigan a pasear al puerto a uno de los machos más misóginos y violentos de la nación?,  ¿las Brujas del Mar que se escandalizan con el ‘árbol con bikini’ de la alameda  Díaz Mirón se quedarán calladas con Adame?, y ¿las candidatas al Reinado de la Alegría permitirán que las acompañe tan energúmeno en sus recorridos? Vaya culto a la misoginia de un gobierno que debería distinguirse por su sororidad pues la titular es mujer. Y no es el primer traspiés de los organizadores del festejo pues en el 2017 trajeron al protagonista de “El Chema Venegas”, personaje de la narco-serie “El Señor de los Cielos”. De la apología a los narcos ahora brincaron al culto a los misóginos. Una tras otra.

QUE SE VAN SOLITOS

La leyenda urbana cuenta que un día del 2017, el entonces titular de la Fiscalía Especial para la Atención en Denuncias de Personas Desaparecidas durante el yunismo, Luis Eduardo Coronel, estaba en la francachela cuando sus colaboradores le avisaron que los colectivos de búsqueda de personas lo estaban esperando, les urgía que se encontrara con ellos. El tipo llevaba semanas evitando recibir a los activistas hasta que estos se fueron a plantar a las oficinas de la Fiscalía General del estado.

Harto porque le interrumpieron la copa, Coronel le espetó a los mensajeros: ¿cuál es la apuración si los que buscan llevan tiempo desaparecidos?, ¿a poco van a aparecer ahora? Y no fue la única grosería que el funcionario les hizo a las víctimas de desaparición forzada y a sus familiares pues un año más tarde, en junio del 2018, la Fiscalía entonces a cargo del oaxaqueño Jorge Winckler organizó un torneo de fútbol y Coronel bautizó a su equipo con el nombre “Desaparecidos” para que con esa leyenda impresa en sus playeras patearan la pelota.

Los colectivos de búsqueda de personas ausentes consideraron tal cosa como una falta de respeto inaudita. “Como él no sabe lo que se sufre cuando un ser querido está desaparecido se mofa de la situación”, recriminó una activista. Por supuesto que el nefasto Coronel Gamboa ni siquiera ofreció una disculpa pública por tal atrevimiento. Aunque parcialmente, el tiempo les hizo justicia a los agraviados pues Coronel y Winckler llevan tres años huyendo de la justicia, a salto de mata.

Hoy la historia se repite con la morenista Brenda Cerón Chagoya encargada de la Comisión Estatal de Búsqueda de Veracruz (CEBV) quien la semana pasada declaró en Orizaba que la mayoría de las y los jóvenes que son reportados como desaparecidos simplemente huyen de sus casas voluntariamente, o sea que se van solitos, que se autodesaparecen. Vaya declaración tan aventurada.

Ese dicho se compara con el que en el 2012 dijo el exsubprocurador y magistrado del Tribunal Superior de Justicia, Marco Antonio Lezama Moo sobre que las muchachas que desaparecían “era porque se fugaban con el novio”. a la banquetera Cerón Chagoya – no porque construya aceras sino  porque su profesión es cocinera y antes de entrar a la nómina estatal trabajaba en una empresa de banquetes propiedad de la exdiputada morenista Tanya Carola Viveros – solo le faltó decir que los jóvenes desaparecidos en Veracruz también se van con los novios.

Por supuesto que además de ser un agravio es un pretexto para no buscarlos. Y tampoco es el único acto de ‘mala leche’ de la señora Cerón Chagoya pues los mismos colectivos acaban de denunciar que los empleados de la CEBV están renunciando por los maltratos que reciben de la titular y de un tal José Casas quien es el responsable del área de Búsqueda en Campo, o sea quien coordina la excavación de las fosas clandestinas.

El señor Casas Chávez trata con la punta del pie al personal y luego de que muchos renuncian o son despedidos no vuelven a contratar a más empleados lo que a la vez hace sospechar  un ‘plan con maña’ para quedarse con los sueldos que ya no se pagan. La CEBV literalmente se está quedando sin trabajadores para procesar las fosas clandestinas y por eso junto con la Fiscalía General ponen un sinfín de trabas para seguir con la exploración de los terrenos donde se han detectado inhumaciones ilegales.

Hay que señalar que no es la primera acusación que pesa sobre Casas Chávez pues en julio del 2020 varios activistas denunciaron que este funcionario los obligó a pagar el costo de un salón de fiestas y una mesa de regalos para su boda en la ciudad de Jalapa. La extorsión la hizo a cambio de agilizar los expedientes de búsqueda en las áreas de fosas comunes y los buscadores, especialmente las madres de familia, con tal de que le dieran prioridad a sus víctimas cooperaron para pagarle el casorio al tipo.

No tienen vergüenza estos morenistas, Brenda Cerón y José Casas, como no la tuvieron los yunistas Jorge Winckler y Eduardo Coronel. Los cuatro parecen cortados con la misma tijera: se burlan de las víctimas de desaparición forzada y se aprovechan de sus familiares que, desesperados por hallarlos o al menos confirmar su deceso y dar con sus restos, terminan por acceder o resignarse a los cohechos, desprecios, omisiones y maltratos que los que ahora están trepados en el poder local.  A estos abusivos ya los alcanzará el destino.