TEXTO IRREVERENTE

ANDRÉS TIMOTEO

IGUAL QUE ANTES

El Partido de Estado ratificó el domingo su auge y supremacía. Los nostálgicos del viejo régimen – entiéndase del Priato – seguramente recuerdan aquella época en la que el tricolor ganaba casi todo cuando se realizaban elecciones.  Así sucedió con los comicios que  ahora renovarán seis gubernaturas pues el Movimiento Regeneración Nacional (Morena) junto con sus partidos aliados, del Trabajo (PT) y Verde Ecologista de México(PVEM) ganaron cuatro de ellas.

La oposición, agrupada en la coalición PAN-PRI-PRD, se quedó con dos: Aguascalientes y Durango, aunque  más bien las conservó porque ya las gobernaban mandatarios panista y priista. respectivamente. Fue una defensa de la plaza ante la ola marrón. El lopezobradorismo conquistó -ese sí – Hidalgo, Oaxaca, Tamaulipas y Quintana Roo. Los dos primeros estaban en manos del priismo y los segundos del panismo.

En el tamiz del análisis, los triunfos de Morena y sus aliados para nada son netamente democráticos sino que estuvieron engarzados alas viejas prácticas de la politiquería como son el uso de recursos públicos para condicionar y comprar el sufragio ciudadano, las presiones y chantajes a los beneficiarios de los programas gubernamentales y la utilización del aparato de Estado para orientar el resultado de la votación, incluida la movilización masiva de servidores públicos que se erigieron como operadores electorales, a los que en la jerga política se les llama ‘mapaches’.

Pero aún con eso, el morenismo no habría logrado esos cuatro triunfos sin ayuda externa y en al menos dos casos, perversa. En Hidalgo y Oaxaca, los gobernadores priistas Omar Fayad y Alejandro Murat operaron para Morena y enderezaron contra-campañas hacia los candidatos de sus propios partidos a cambio de impunidad al dejar los cargos y hasta su incorporación al gobierno de la “cuarta transformación” pues se dice que el primero será cónsul en Río de Janeiro, Brasil, y el segundo embajador en Canadá.

En ambas entidades se sucedió nuevamente lo que días antes había señalado el excandidato presidencial del tricolor en el año 2000, Francisco Labastida Ochoa de que sin la ayuda del PRI ni Andrés Manuel López Obrador ni su movimiento concretarían triunfos electorales. Por más que esos dichos causen escozor entre los morenistas son ciertos y  en Veracruz también se tiene esa experiencia.

Muchos en el priismo veracruzano -específicamente los duartistas y fidelistas – ayudaron a Cuitláhuac García a ganar la gubernatura en el 2018 traicionando a su propio candidato, José Yunes Zorrilla y poniendo a disposición de Morena todo el estuche de chanchullos. Tal cual ahora sucedió en Oaxaca e Hidalgo.

Pero los priistas no fueron los únicos aliados de lopezobradorismo en las elecciones recientes pues tanto en Oaxaca como en Tamaulipas ingirió otro operador tan efectivo como ya conocido en los últimos comicios: el crimen organizado. Tamaulipas es la entidad donde se percibió su participación con mayor ímpetu pues ahí más que elegir a un nuevo gobernador se escogió a un nuevo jefe de plaza de la mafia del narcotráfico.

El Cartel de Sinaloa, el favorito del sexenio actual, se enfrentó a los cárteles del Golfo y Noreste -la reminiscencia de Los Zetas – e hizo coalición con Morena-PT-PVEM y el gobierno federal para quedarse con la plaza. Nada cambiará para los sufridos tamaulipecos pues echarán al mafioso que tenían como gobernante, Francisco García Cabeza de Vaca y llegará un nuevo capo que se llama Américo Villarreal, de larga trayectoria en la colusión con el crimen organizado.

En pocas palabras, tanto en Tamaulipas como en el resto de los estados ganados por Morena cambiarán los nombres de las personas en el poder y las siglas de sus partidos, pero no las prácticas ni las alianzas inconfesables ni las consecuencias negativas para los gobernados. Es igual que antes, exactamente cuando el  priismo dominaba, solo que ahora el poder y las mañas las hace el nieto: Morena.

LAS ‘MAPACHAS’

Dan vergüenza ajena y los tracaleros del tema electoral dirían que ni para “mapachear” son buenas. Tres diputadas veracruzanas fueron exhibidas por cometer delitos electorales en Durango. Dos son la cordobesa Martha Rosa Morales quien fue grabada junto con su homóloga Paola Tenorio Adame de San Andrés Tuxtla,  amenazando a ciudadanos del municipio duranguense de Mapimí para que votaran a favor de la candidata del Movimiento Regeneración Nacional (Morena), Marina Vitela.

Las legisladoras amagan con sacarlas del programa  “Jóvenes construyendo el futuro” por simpatizar con Acción Nacional e incluso por organizar movilizaciones contrarias a la abanderada de la coalición ‘Juntos haremos historia’. “Si no es para este lado, no puede ser para ningún lado, señora”, le dicen amenazantes a una ciudadana. Así, sin tapujos.

Mientras tanto, la noche del sábado, la policía estatal detuvo a un grupo de operadores morenistas que llevaban fajos de billetes y el listado electoral en el municipio de Lerdo. Entre los detenidos estaba la diputada por Veracruz, Rosa Hernández  -quien en realidad es originaria de Comapa, pero fue candidata ‘cachirula’ por el puerto-. La legisladora junto con otros ‘mapaches’ se encontraban en plena compra de credenciales de elector cuando les cayó la policía.

Las tres diputadas veracruzanas hacen lo que siempre criticaron los fundadoras del partido -no ellas, porque cuando los militantes de izquierda creaban Morena las tres estaban acomodadas en el régimen en turno – que es ganar elecciones delinquiendo. ¿Qué han hecho por los distritos de Veracruz, Córdoba  y San Andrés Tuxtla ese trío de legisladoras en los nueve meses que lleva ocupando la curul? Nada, más que llenarlo de vergüenza con sus ‘mapacherías’ en tierra ajena.

Las tres  deberían ser separadas del cargo y someterlas a proceso judicial pues la Ley General de Delitos Electorales les aplica. Nadie olvide que a pugna de Morena y el tabasqueño López Obrador se reformó el Código Penal Federal para que los delitos electorales fueran considerados como graves y con prisión oficiosa. ¡Que comiencen por las tres comadres de Córdoba, San Andrés y Comapa! Ah y lo más bochornoso hasta para su propio partido es que las mandaron a robarse la elección de Durango y ni eso pudieron. Moraleja, la comapeña, la tuxtleca y la cordobesa son ‘mapachas’ muy chafas. Risas.