ANDRÉS TIMOTEO
APALEADOS
A los carceleros del cuitlahuismo no les quedó de otra que abrirle las rejas a José Manuel del Río Virgen luego del amparo ratificado por un tribunal de circuito. Es un preso político menos en Veracruz que – ayer con su salida del reclusorio de Pacho Viejo- coronó otro fracaso judicial para el gobernante en turno y sus funcionarios.
Ciertamente lo tuvieron encarcelado seis meses -178 días – pero sus captores se entramparon en tal consigna. Pudieron dejarlo libre en enero o marzo cuando ya tenía ganados los amparos contra la detención y su vinculación a proceso y no lo hicieron tal vez pensado que mantenerlo prisionero era una demostración de fuerza aún atropellando la ley.
Erraron. Lo que demostraron fue la ignorancia supina del derecho. No solo no pudieron sostener con pruebas fehacientes los delitos señalados sino que tampoco lograron combatir los dictámenes de la justicia federal para protegerlo. Ni siquiera el intento fue decente. En cada amparo impugnado recibieron una paliza. Lo que se supo, desde marzo pasado, filtrado por los secretarios de cuenta de algunos juzgados federales fue que los expedientes presentados por la fiscala Verónica Hernández estaban “hechos con las patas”.
Entonces, era imposible que ganaran el litigio no solo porque le fabricaron el ilícito a Del Río sino porque los argumentos enviados a los juzgadores y magistrados federales para defender el procesamiento no reunieron la mínima calidad jurídica. Es bajísimo el nivel de preparación legal que tienen en el Fiscalía cuitlahuista y ayer, con la liberación de Del Río, terminó de propinarse la paliza.
Por supuesto que es una victoria para los senadores Ricardo Monreal y Dante Delgado así como el resto de legisladores y jurisconsultos que desde el inicio denunciaron el abuso de autoridad y la perversión de la justicia en Veracruz. Los apaleados son Cuitláhuac García, su secretario de Gobierno, Patrocinio Cisneros y la fiscala Hernández. Dos dos primeros rumiaban de coraje y se lanzaron a descalificar ¡a los magistrados! -risas – aunque la reacción es comprensible por su nivel de ignorancia. Además, en ellos se cumple lo que dice el maestro y periodista Miguel Ángel Barragán: el consuelo del ‘jodido’ es hablar.
MESA QUE MÁS APLAUDA
El rioblanquense Zenyazen Escobar, secretario de Educación, no niega la ‘cruz de su parroquia’. La semana pasada ofreció una comilona reporteros de todo el estado con motivo del Día de la Libertad de Expresión y se dejó vitorear por algunos de ellos como en los viejos tiempos. Hace algunos ayeres, al funcionario que entonces se auto-nombraba “Tarzan Boy”” le gritaban ¡papucho!, ¡apachurro!, ¡mucha ropa!, y ahora le corearon: ¡gobernador, gobernador!. “Háganmela buena”, les respondió y los algunos reporteros se preguntaron si los albureó.
Acostumbrado a los aplausos, Escobar solo cambió de escenario. Antes lo piropeaban sobre una mesa de antro o en el templete con un tubo de metal le colocaban billetes en los tirantes de los calzoncillos, ahora lo miman mientras viste guayabera y es él quien da las propinas: unos televisores, unas computadoras, algunos sobres cerrados con contenido inconfesable y el ágape con bebida sin límite.
A los acomedidos reporteros de aquella noche de juerga y desenfreno en una finca del municipio de Emiliano Zapata solo les faltó entonar: ¡za za za ya cuzá, ya cuzá…mesa…mesa…mesa que más aplauda! Risas. Y no es el primer agasajo que ofrece a la comunidad reporteril pues ha viajado por norte, sur y centro de la entidad haciendo reuniones provechosas -dicen los suyos – con quienes redactan o presentan noticias, deciden titulares y hacen artículos de opinión
Para eso el abultado presupuesto de la Secretaría de Educación de Veracruz para financiar su promoción personal o precampaña, llámese como guste. La leyenda urbana cuenta que Escobar García es tan generoso con cierto tipo de prensa que lleva tres años pagando la mitad de la nómina de un periódico cordobés.
Ahora esa generosidad la extiende a otros informadores pues busca que hablen bien de él y lo promocionen para la candidatura de Morena al gobierno estatal. Ya se dijo, Escobar aplica aquella moraleja de la fábula Tomás de Iriarte sobre el acémila flautista. O sea que si Cuitláhuac García llegó a ser gobernador, él también puede. Y por eso sopla, sopla y sopla con abanicos de billetes.
En lugar de ser usados en pagar mejores salarios y prestaciones a los maestros, en reconstruir y equipar escuelas o edificar nuevas, en becas para alumnos pobres o en financiar la investigación, los dineros de la SEV se están ocupando en la promoción preelectoral de Escobar García quien ya creó una supuesta asociación de profesores llamada “Maestros con Morena” que la que lo apuntale para cuando lleguen los tiempos de seleccionar al candidato.
El funcionario jura que son 30 mil los maestros que están adheridos a su organización y que para el 2024 serán 50 mil. Vaya sueños guajiros del tipo. No es que no tenga ese número de maestros pues con dinero repartido cualquiera se anota como operador electoral sino porque el grueso del magisterio lo repudia y no habrá dinero que alcance para comprar todas las voluntades del profesorado.
El Movimiento Magisterial Popular Veracruzano, de izquierda y muy cercano a Morena, lo expulsó de sus filas con acusaciones de ser un traidor, y los líderes actuales han prometido impedir que acceda a otro cargo de elección popular. No al menos con el voto del magisterio progresista, juran. Por su lado, las dirigencias de las secciones 32 y 56 del SNTE han anticipado su apoyo al diputado federal, Sergio Gutiérrez Luna con quienes se han reunido en varias ocasiones. Con Zenyazen Escobar ni a la esquina, han deslizado sus dirigentes.
¿Cómo terminará la fábula? Al flautista Escobar le pasará lo mismo que al exquisito Adolfo Mota, secretario de Educación en el duartismo, quien decía que por “manejar” al SNTE con sus más de 120 mil agremiados y el presupuesto multimillonario de la SEV tenía todo para construir su candidatura y ser el próximo gobernador de Veracruz. Al final, a duras penas logró tener una diputación federal que le dio tres años de impunidad y evitó que el gobernador panista Miguel Ángel Yunes no lo metiera a la cárcel por el fuero parlamentario. Ese es el espejo de bailarín exótico que despacha en la SEV.