Contrapunto

Miguel Ángel Gómez Ruiz

A la deriva

Poco a poco, la izquierda se va adueñando del país. Cada vez hay más estados gobernados por mujeres y hombres de izquierda sin que importe a su líder máximo -el presidente López- si saben leer, si cursaron alguna carrera o siquiera un diplomado en algo, pero para él ha sido importante escogerles, convertirlos en gobernadores y a final, que le rindan cuentas a él y no a sus gobernados.

Hemos visto a un presidente enfermo de poder, que a duras penas puede leer o sostenerse en pie, pero que está convencido que todo lo que pasa en el país le beneficia o le afecta a él directamente.

Por mucho tiempo le hemos visto encabezar sus mañaneras, atacar a adversarios, sembrar odio ante los suyos y lo que es peor, se ha entrometido en la política interna de otros países sin que nadie le ponga un freno. Ha jugado beisbol -que lo hace muy mal, por cierto- y ha comido todo tipo de fritangas tan sin control que eso ha repercutido en su salud. Por supuesto, cuando ha enfermado no hace fila en el ISSSTE donde cobrará una pensión o en el IMSS al que ha destruido como ha querido. Él se atiende en Médica Sur o le acompaña un equipo de médicos, quizá hasta el baño, quién sabe.

Ha influido tanto en sus seguidores que hasta sus mentiras le creen con tanta facilidad que yo lo he comparado con el flautista de Hamelín, aquél que, en venganza por no cobrar su dinero tras ahogar a una plaga de ratas, encantó con su música a unos niños que le siguieron hasta que se ahogaron en el río.

Y sí, insiste en que nunca prometió que la gasolina bajaría a 10 pesos por litro -aunque sí lo dijo- y ahora insiste en que en septiembre la refinería “Dos Bocas”, el fiasco que ordenó construir en Tabasco, proveerá a los mexicanos de la gasolina que hace falta, válgame Dios.

Siempre ha creído que las remesas son un logro suyo y eso no es así, pues los mexicanos que cada día se van en masa a Estados Unidos lo hacen porque aquí no tienen oportunidades.

Y siempre ha sido así y seguirá haciéndolo desde Palacio Nacional, pues nunca se irá y seguirá dando órdenes, hasta a Claudia Sheinbaum, la mujer que él escogió para sucederle, pues está diseñada a hacer lo que él diga. Así de fácil.

Tan burdo ha sido el asunto que el gabinete de Sheinbaum, que ya fue confirmada por el tribunal como la ganadora de la elección de junio pese al cúmulo de denuncias de fraude, y que trabajará a su lado pareciera escogido por el presidente. Hoy, muchos mexicanos no podemos entender cómo es que en su gabinete caben Marcelo Ebrard, Mario Delgado y Ernestina Godoy, personajes polémicos y que no garantizan un buen trabajo.

Por cierto, ya anunció Sheinbaum que Martí Batres se integrará a su gabinete lo que, a mi parecer, podría significar un traspié a su administración que tampoco se ve que vaya a ser brillante. Batres, un porro, es el jefe de gobierno de la Ciudad de México, pero su gobierno ha sido gris y se ha significado, con el paso de los años, en ser un tipo poco sensible. Vaya, al grado que se habla tanto de la leche con caca que ordenó distribuir y además, se resalta su amistad con Naasón Joaquín, un mediocre líder de la secta Luz del Mundo, hoy encarcelado por acoso y violación.

En fin, con otro gobierno de izquierda no se ve un futuro promisorio para nuestro país. Comenzando por Claudia Sheinbaum, una ambientalista de la que se duda haya nacido en México, que pese a sus conocimientos -eso dicen- no tuvo capacidad para salvar a un ahuehuete. Que obedece ciegamente a un presidente que durante seis años y más demostró su incapacidad a todas luces.

Lamentablemente ella no se sabe comunicar. No logra disimular cuando algo le molesta y su manera de hablar duerme. No parece tener poder de decisión y a sus 62 años se ve cansada y no muy entusiasmada por estar a la espalda del presidente. Peor aún, el hecho de que el mismo presidente haya sugerido que ante cualquier llamado podría estar allí en el círculo de gobierno de la mujer, lo que da a entender que las órdenes que se obedecerán serán las del tabasqueño, por lo que “La Chingada” tendrá que esperar.

No me aventuro a decir que el país se convertirá en una calca de Cuba o Venezuela, mucho menos en Nicaragua. Si bien es cierto que esos tres países son gobernados por idiotas, las condiciones del país no son las mismas que esos países que hoy navegan en la podredumbre.

Algo significativo será el hecho de que en Estados Unidos sea electo Donald Trump en noviembre, pues eso significará una presión extra para Sheinbaum. Un misterio, por lo menos hasta ahora, sería el hecho de que ganase Kamala Harris, que aunque no se ve intransigente e inepta como Joe Biden, sí podría contrapuntearse con la presidente de México.

Como quiera que se vea, nosotros somos la solución por lo menos para nuestro círculo cercano. Con trabajo y dedicación, podremos salir adelante, aunque estemos rodeados de autoridades ineptas e izquierdistas.

PD Con una baja considerable en su popularidad con la que no se distinguió mucho, el gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García aún no ha sido llamado por Claudia Sheinbaum pese a que siempre declaró que en noviembre podría integrarse a su gabinete. No ha ocurrido y quizá ocurra si el presidente López da la orden, de lo contrario, el veracruzano tendrá que volver a sus cátedras, pues no parece alguien ideal para ir y formar parte de Morena en la entidad.