Miguel Ángel Gómez Ruiz
¿Qué viene para México?
La desaparición de trece fideicomisos del Poder Judicial representa una afrenta no sólo para ministros y jueces federales, sino para los trabajadores sindicalizados que, tras años de lucha, han tenido grandes logros que ahora se podrían ir al caño y todo por una ocurrencia del presidente López y una ciega obediencia de sus diputados, diputados que viven sin voluntad propia, al parecer.
Y es que parece inaudito que únicamente vivan para obedecer al presidente y peor aún, cuando las decisiones del presidente no parecen las mejores. Aun así, siguen tomando decisiones que lo dejan contento, pero afecta a muchos.
Pero el presidente se ha empecinado en meterse en todo lo que tiene que ver con la Suprema Corte, sobre todo porque muchas de las decisiones de los ministros han ido en contra de sus deseos, ocasionando que en ocasiones se muestre hasta con la boca chueca por los corajes que hace. No, los ministros no están en su contra, pero sí se basan en la Constitución del país para tomar sus decisiones, no en los pensamientos del presidente.
Ahora, las protestas irán en aumento y los trabajadores sindicalizados no van a quedarse ni quietos, ni callados. Son presa, así lo aseguran, de una injusticia, muy a pesar que el presidente López asegure que su sueldo y prestaciones no serán afectados.
Sí, es algo inaudito que, de 2018 a la fecha, alcaldes, diputados locales y federales, Senadores, gobernadores y secretarios de su gabinete, sólo le obedezcan a un hombre que no parece tomar las mejores decisiones.
Es cierto, muchas cosas han ocurrido y a él parece no importarle, sólo basa su discurso en acabar con la pobreza y que las decisiones más importantes las toma el pueblo. Noticia, cada vez hay más pobres y las decisiones las toma él, los suyos únicamente le obedecen. El pueblo muchas veces, ni se entera.
Lo preocupante es que quiere sucederle alguien que, independientemente es una ocurrencia del tipo, tiene las actitudes de alguien que no está dispuesta a recibir un no como respuesta. En efecto, Claudia Sheinbaum, la candidata que no tiene diálogo, carisma y mucho menos afecto hacia un país venido a menos desde que su jefe tomó el control del gobierno.
Porque es cierto que ocurrirían dos cosas de 2024 en adelante: las decisiones trascendentales las seguirá dictando López Obrador y quien dará la cara será ella, que aplicará el látigo contra todo aquél que se oponga tanto a ella como al propio presidente, que siempre ha mentido sobre que se retirará de la política una vez que concluya su gobierno.
Y vendrá más de lo mismo si continúa esta tragedia: gobernadores a contentillo, poco preparados y dispuestos a arrastrarse con tal de ser tomados en cuenta; diputados y Senadores asegurando su chamba y acompañados de otros que serán electos por tómbola y muchos alcaldes dispuestos a desviar recursos o caer en subejercicios con tal de seguir enriqueciendo a las principales figuras de su mentada cuarta transformación.
Pero aún ante la insistencia del presidente de que no ha mentido, sí lo ha hecho. Él asegura que se comprometió a que la gasolina no subiría de precio y aunque sea con pocos centavos, pero sí ha aumentado y además, en sus discursos de campaña prometió que la gasolina costaría diez pesos. Sí, sí lo dijo.
También sus obras faraónicas son muy costosas. Dijo que la refinería Dos Bocas en Tabasco costaría 8 mil millones de dólares y resulta que ya tiene un costo cercano a los 20 mil millones de dólares. El Tren Maya también ya está casi a tres veces más de lo presupuestado y poco a poco, sus mentiras aparecen. Sus universidades del Bienestar han sido un fiasco y encima hay problemas de sueldos, falta de pago de rentas y ni un solo graduado.
Porque si algo ha ocurrido, por ejemplo, en Veracruz, es que se dejaron de hacer obras, proyectos interesantes e importantes, con tal de hacer su guardadito de 2018 hasta ahora, con tal de enviar todo ese dinero de subejercicios a la federación para seguir con la misma trama: comprar votos y voluntades.
Otra injusticia
Se suponía que el período del magistrado Amadeo Flores Villalba se extendería por otros cinco años, pero no.
Resulta que el dictamen que elaboró el Consejo de la Judicatura no fue el correcto y los diputados locales –a quienes ya conocemos- votaron con el hígado y se negaron a ratificarlo.
Ahora, el magistrado, cuyo período vence el 30 de octubre tiene tiempo suficiente para ampararse contra todas las violaciones procesales que se dieron en los últimos días.
Según el argumento de los magistrados es que cuando fue electo, Flores Villalba no tenía la experiencia, como si la hubiesen tenido la pariente del gobernador Ailett García Cayetano o María Lilia Viveros cuyo único mérito era ser la compañera de baile de Cuitláhuac García o la misma Isabel Romero Cruz, que hasta a la cárcel pudo ir por violar la ley de amparo hace muchos años.
El trabajo de Amadeo Flores Villalba ha sido impecable. Tiene el derecho de extender su período, pero lamentablemente, estamos en los tiempos en que los diputados de Morena, PT y Verde Ecologista, muchos de ellos con apenas la secundaria terminada, hacen lo que quieren. Ojalá la justicia federal proteja al magistrado.
PD Ahora como presidente estatal de la Asociación Política Cardenista, Antonio Luna, tiene un gran trabajo por hacer, pues Veracruz, abandonado como está, requiere líderes como él para sacarlo adelante.
Hay mucho camino por recorrer y él lo sabe, pero tiene a un gran equipo para salir adelante y seguir representando a tantos y tantos que no tienen nada. Enhorabuena para Antonio Luna.