La canciller Angela Merkel dijo este lunes que el último aumento en las infecciones por COVID-19 es peor que cualquier cosa que haya experimentado Alemania hasta ahora en la pandemia y pidió restricciones más estrictas para ayudar a controlar la propagación.
Merkel declaró a funcionarios de su Partido Demócrata Cristiano que la situación es “muy dramática” y advirtió que los hospitales pronto se verían desbordados a menos que se rompa la cuarta ola del virus, según una persona familiarizada con sus comentarios.
Advirtió que muchos ciudadanos no parecen comprender la gravedad de la situación y que, si bien más personas deberían vacunarse, no sería suficiente.
Además, hizo un llamado a los 16 estados de Alemania, que en gran medida establecieron sus propias políticas para frenar la pandemia, a endurecer las restricciones ya esta semana.
Merkel, que se prevé dimita el próximo mes después de 16 años en el poder, ha estado haciendo llamados cada vez más frenéticos para que Alemania intensifique su lucha contra el virus SARS-CoV-2. Las infecciones han aumentado a un ritmo récord, y en el estado oriental de Sajonia, la tasa de incidencia de siete días por cada 100 mil personas ha aumentado a casi mil.
El ministro de Salud, Jens Spahn, aseguró que es casi seguro que las personas que no están vacunadas contra COVID-19 contraigan el virus en los próximos meses y algunas de ellas morirán. Spahn dijo la semana pasada que no podía descartar otro confinamiento total.
Al final de este invierno, “casi todos en Alemania probablemente estarán vacunados, recuperados o muertos”, remarcó Spahn en una conferencia de prensa en Berlín. Reconoció que algunos podrían encontrar cínica la declaración.