Texto Irreverente
Por Andrés Timoteo/ NOTIVER
Los algoritmos regirán el mundo en breve y en el periodismo serán los nuevos patrones, tal es el pronóstico -y la tirada- de quienes están armando la llamada Inteligencia Artificial (IA).
En breve no importará si es verdad lo que se difunda sino que se honrará al propagandista nazi Joseph Goebbels con eso de que una mentira repetida mil veces llega a parecer verdad.
¿Conoceremos un mundo periodístico diferente al actual? Ya se está viendo y hay un pronóstico más aciago pues no solo la distribución de noticias le será arrebatada a los periodistas sino su construcción y con un agregado más turbio: no se recogerán los hechos sino que incluso se inventarán.
¿Tanto así? Esa es la tirada, se reitera.
Sin embargo hay un «pero» -¡Bendito sea Dios!- la Inteligencia Artificial por muy inteligente que sea no puede hacer periodismo y las máquinas por muy modernas tampoco pueden ser periodistas.
Esto lo platica el periodista y escritor catalán Isaac Marcet en un artículo publicado el martes, «Resistencia del periodismo contra la ‘tiranIA'».
A Marcet se le considera un gurú en la prensa digital pues en 2008, cuando tomaba auge la era información global, fundó el sitio informativo PlayGround -ojo, no confundir con la productora norteamericana de pornografía-.
Habla con conocimiento de causa porque padeció el viraje de los amos Silicon Valley -la sede de las principales compañías digitales- que pasaron de la democratización de la información, incluido el periodismo, al neo-fascismo informativo.
«Desde la imprenta de Gutenberg al televisor, la prensa moderna creció y se desarrolló gracias a sus avances tecnológicos. No obstante, algo terrible ocurrió durante el crecimiento de internet, en especial con las redes sociales. En vez de cohesionar a la sociedad, aquel nuevo canal de distribución la fragmentaría. La simbiosis que siempre había habido entre periodismo y democracia se rompió por primera vez».
«Las redes sociales prometían en aquel entonces -a inicios del siglo- ser máquinas de pluralidad y concordia (pero) de la noche a la mañana se decidió priorizar el contenido con más interacciones en el muro, aquellos con más me gusta y comentarios, y nació la viralidad».
«De ahí que las redes sociales pasaran de ser izquierdistas a la extrema derecha política. De ser inclusivas a ser tribales y promotoras del neofascismo. Y, todo ello, aunque suene increíble, por un cambio de algoritmo».
¿SEREMOS VACAS?
Para Marcet -quien tuvo que despedir al 80 por ciento de la plantilla laboral de Playgroun por el desplome de usuarios y consultas luego de que los barones de la web modificaran los algoritmos y surgiera AI Overviews, de Google, que elabora resúmenes informativos- la IA más que ayudar al periodismo facilitando el flujo inmediato y global de la información, lo amenaza.
«Pese a nuestras preocupaciones, la sustitución del periodismo ha sido imparable durante los últimos meses. ChatGPT ya ha logrado ser la app de más crecimiento en la historia. Las encuestas del consumo de noticias anuncian lo peor. Los jóvenes de la Generación Z prefieren informarse con chatbots y TikTok que a través de la prensa tradicional».
Un directivo -les llaman CEO- de Google dijo al preguntarle «por el negro devenir del periodismo»: «Habrá un mercado en el futuro, creo. Habrá creadores que trabajarán para la IA».
«De acuerdo a este escenario, el periodista humano solo sería una vaca lechera de datos. Una que la máquina ordeñaría a su antojo. Tanto el enfoque como la narración del artículo correrían a cargo del algoritmo, claro está. Después de miles de años contándonos historias, el ser humano dejaría de hacerlo para dar relevo a la máquina»,reflexiona el escritor catalán.
Perooo… -y aquí hay que alargar ese ‘pero’- «la IA, aunque quieran hacernos creer otra cosa, nunca podrá hacer periodismo. Y no porque no quiera, sino porque no puede. Para ser periodista, el primer requisito es sentir empatía hacia al débil», ataja.
NO HARÁ PERIODISMO
Muy cierto, además Rysard Kapuściński decía que también debe ser buena persona sin ser cínico. Y la IA ni siquiera es persona, es una máquina, aunque los que la manejan sí sean muy cínicos.
«La voluntad del periodismo siempre fue poner al poder contra las cuerdas; no ser su esbirro. ¿De qué sirve informarnos de los peligros del poder si es el propio poder el que nos informa?, debemos preguntarnos. Y más urgente aún: ¿todavía estamos a tiempo para hacer algo al respecto?», abunda Marcet.
«Ante el tirano, tanto ayer como hoy, necesitamos la insolencia y valentía de un niño para decir lo que nadie se atreve a decir. Únicamente así podremos resistir el golpe de la tiranIA. De lo contrario, nos hará creer con sus algoritmos generativos que viste con las mejores galas, como en el cuento, y no que, en realidad, está desnudo. En eso consistía la democracia»,concluye.
La deducción es que la IA no hará periodismo sino propaganda a favor de los poderosos y toca a los periodistas defender el oficio siendo valientes e insolentes, encarando al poder y diciendo lo que nadie se atreve a decir.
Vaya, lo que se ha venido haciendo. Tan tan.
*Envoyé depuis Paris, France.