- La documentación no llegó a tiempo debido a la celebración de despedida con mariachis y a la incompetencia en la gestión del coordinador de los diputados locales de Morena y su equipo como el secretario general, Domingo Bahena Corbalá.
Xalapa, Ver., 1 de noviembre de 2024.- En un episodio que deja en evidencia la falta de compromiso y eficiencia en el Congreso de Veracruz, el estado quedó excluido del reconocimiento en la Cámara de Diputados en la Ciudad de México por su respaldo a la reforma de Supremacía Constitucional. A pesar de haber aprobado esta importante iniciativa, la documentación no llegó a tiempo debido a la incompetencia en la gestión del aún coordinador de la bancada de Morena en el Congreso Local, Juan Javier Gómez Cazarín, y su equipo, como el secretario general, Domingo Bahena Corbalá.
En lugar de tomar la iniciativa y transportar de inmediato el acta aprobatoria a la capital del país (tarea que no les quitaría más de 3 o 4 horas por carretera), el Congreso de Veracruz optó por enviarla por paquetería, el hecho deja en evidencia un error logístico imperdonable que provocó que la documentación llegara tarde y, por ende, que el estado fuera omitido del listado de Congresos que respaldaron la reforma. Esta falta de diligencia no solo refleja una evidente desorganización, sino que también coloca en una posición incómoda a los legisladores federales veracruzanos que luchan por representar dignamente a su entidad en San Lázaro.
Lo anterior confirma que todo este alboroto de Cazarín no es más que un intento desesperado por evitar que la gobernadora electa, Rocío Nahle, conozca de primera mano su error e ineficiencia, por preferir ponerse a celebrar con mariachis su amarga y tan esperada despedida del Congreso Local veracruzano. En vez de asumir sus responsabilidades, el aún diputado de Hueyapan de Ocampo busca excusas y culpables externos para ocultar su falta de capacidad en la gestión de un proceso de gran importancia para Veracruz.
El hecho es claro: la ineficiencia y negligencia del equipo encabezado por Cazarín no solo han perjudicado durante 6 años la imagen del Congreso del Estado, sino que también han privado a Veracruz de formar parte de un momento histórico para el país. La responsabilidad de representar dignamente al estado no puede tomarse a la ligera, y este incidente deja al descubierto una falta de seriedad que exige rectificación inmediata.