Alejandro Ávila
Como dice la canción «El Hijo del Pueblo», «alejado del bullicio y de la falsa sociedad», el martes es el desfile de los jariochos, los que les gusta el desmadre, la rumba, la fiesta, el baile, los que sí aman su tradicional Carnaval; el martes semi vacio, solo va el jarocho que sigue el manual.
Un día antes del Entierro de Juan Carnaval, desgastado, con poco dinero, requemado, desvelado, sigues en pie de lucha porque te mama ir con tus amigos y familia a disfrutar de tu gente.
Recuerdo que en los 90’s era una época donde toda mi familia se reunía y llevabamos comida para estar en los 2 desfiles del Carnaval, nos tocó ir a dejar la camioneta y carros para apartar lugar, luego llegaron las gradas y rentabamos casi una completa para todos.
Después fui con mis amigos, aplicabamos la fiesta de toda una semana de agitar las neuronas con la creación del Dios Baco y la música de los mejores soneros cubanos y puertorriqueños; todas los años para mí han sido sensacionales, porque el Carnaval lo haces tú, con tu flota o tu familia, no el Comité o el Ayuntamiento, ellos son la parte administrativa y lucrativa del evento.
Ver a señoras bailar al ritmo de los Van Van u Oscar D’León (ahora del regueton), los niños que desde muy pequeños los visten de rumberos y salen en la comparsa, los que se visten de mujer, las que salen en diminutos shorts y top para perrean hasta el piso, los que caminan casi 10 kilometros y ensayaron desde noviembre para dar lo mejor de su repertorio y alegrar a los visitantes, eso me llena el ojo y el corazón; ese es mi Veracruz, mi Carnaval.
El sábado y domingo es para los turistas, los que llenan playas, hoteles y restaurantes, los que dejan derrama económica aunque sea de «jicama y horchata»; no se espanten de ver a borrachos, en sus casas también los tienen, no se espanten de escuchar mentadas o ver a personas en poca ropa, es la fiesta de la carne, no la Met Gala.
Estoy a favor de que seas de los que no te guste el Carnaval, aún siendo veracruzano de cepa, lo «rumbero y jarocho» no es para todos, eso se promueve desde la niñez; pero sí estoy en contra de las criticas a la fiesta, no es sencillo organizarlo, los tiempos cambian, la música, la economía, la sociedad y hay que evolucionar, si no te parece, no lo consumas.
Va mi reconocimiento para los comparseros, músicos, animadores, cubeteros, graderos, bailarines, edecanes, y todo aquel que hace en la calle la fiesta con más algarabía de mi pueblo, el Carnaval de Veracruz…nos vemos en el centenario.