MIRA POLÍTICA

GALIGORNIANA

GUADALUPE H. MAR

¿DÓNDE QUEDÓ LA BOLITA? … Aunque ya poco se le ven porque la gente sabe que es una estafa, sigue siendo parte de las tradiciones de la ciudad y puerto de Veracruz el Juego de la Bolita, Bolita Galigorniana o Juego de Trileros, en el cual una persona tiene tres tapitas sobre una tablita cubierta con un paño y una pequeña bolita, todo montado en dos rejas de madera en las que se transportan tomates, verduras y frutas en general.

El juego o estafa, depende de la habilidad del trilero para esconder la pequeña bolita en cualquiera de las tres tapitas, haciendo creer a la concurrencia que ha visto donde quedó la esferita, al tiempo que va diciendo, “dónde quedó la bolita, dónde quedó la bolita”.

El truco, es hacerle creer a los ingenuos apostadores que son más listos que el trilero y han visto en qué tapita quedó la bolita, apostándole a esa.

Eso mismo, amables lectoras y lectores, es lo que está sucediendo con el caso de las empresas fantasma que en los tiempos de Zenyazen Roberto Escobar García como secretario de Educación en Veracruz (SEV) recibieron contratos por varias decenas de millones de pesos, asunto que fue visibilizado o expuesto por la auditora general del ORFIS, Delia González Cobos en su comparecencia del pasado 22 de enero, ante legisladores del Congreso estatal.

Luego de que se hizo público este asunto de las empresas fantasma en el sexenio del ingeniero mecánico electricista Cuitláhuac García Jiménez como gobernador del estado de Veracruz, salió disque a aclarar las cosas quien fuera el titular de la SEV, Zenyazen Roberto Escobar García quien sin recato político y sin tapujo señaló como responsable de esa presunta irregularidad a quien fuera la Oficial Mayor de esa dependencia, Ariadna Selene Aguilar Amaya, quien por cierto, aspira a ser alcaldesa del municipio de Xalapa.

Caray, si el propio ex titular de la Secretaría de Educación de Veracruz señalaba a quien había sido su oficial mayor como la responsable del presunto ilícito de dar contratos a empresas fantasma, pues ya no había vuelta de hoja, había que proceder conforme a la Ley.

¿Pero que creen amables lectoras y lectores? en menos de una semana salió la aludida y señalada Ariadna Selene Aguilar Amaya, ex oficial mayor de la SEV para aclarar ante la opinión pública que ella cuando era oficial mayor de la SEV no hizo contratos con la compañía “Soluciones y Milagros”, ni con “empresas fantasmas”, como le estaban señalando. Es más, se puso a disposición de quien la requiriera para aclarar cualquier situación.

Textualmente dijo: “Yo he estado siempre dispuesta aclarar cualquier situación; en la Oficialía Mayor no existe ningún contrato, ni existió los seis años a esta empresa; estoy muy tranquila, en la Secretaría de Educación, en la Oficialía Mayor no había contratos con empresas fantasma y menos con esta que yo no tengo el gusto de conocer”.

Con sus declaraciones y las de Zenyazen Roberto Escobar García, se infiere que al menos de salivita, ellos no son culpables de lo que evidenció la titular del ORFIS Delia González Cobos, a quien no le quedará otra más que presentar las denuncias correspondientes ante la Fiscalía General del Estado de Veracruz (Fgever) para que investigue y deslinde responsabilidades.

Mientras, los veracruzanos seguiremos escuchando ¿dónde quedó la bolita?, ¿dónde quedó la bolita?, hasta que aburridos los ciudadanos echen el tema al olvido, que recordarán cuando un periodista lo mencione.

DON MARIO TREVIÑO … Este caso de la SEV y las empresas fantasmas encabezadas por “Soluciones y Milagros”, donde ya no se sabe dónde está quedando la bolita, nos hizo recordar a Don Mario Treviño Santos, ex presidente de Canacintra Veracruz, regiomontano de nacimiento, pero veracruzano por adopción, quien en las sesiones de mediodía en la mesa del Café de La Parroquia con amigos y uno que otro colado, contaba la siguiente anécdota:

Un día en la mesa del café alguien perdió su sombrero y de inmediato se hicieron las averiguaciones para dar con el sustractor o ladrón, pero sobre todo para recuperar el sombrero.

Todos los que estaban a la mesa hablaron de su honorabilidad y honradez, con lo que descartaban haberse quedado con el desaparecido sombrero.

Uno a uno se fueron descartando hasta que no faltó ninguno, por lo que Don Mario Treviño Santos concluyó con la siguiente frase que viene como anillo al dedo para el caso de las empresas fantasma de la SEV: “aquí todos somos honrados, pero el sombrero no aparece”.

DÍGALO SIN MIEDO … Al correo electrónico guadalupehmar@gmail.com