Morena, una aplanadora autoritaria

No queda muy claro qué fue lo que pretendió el presidente López Obrador tras el desmayo sufrido en Yucatán a principios de semana, el domingo.

De acuerdo a lo reportado por periodistas yucatecos, él sufrió un desmayo al presentar problemas en su corazón y fue trasladado en una ambulancia aérea a un hospital militar en la Ciudad de México.

Ahora sí, se puede confirmar que él no escribió el tuit en el que anunciaba que se contagió de Covid-19 por tercera ocasión y que de todo lo demás estaba bien.

Poco o nada se dijo sobre su estado de salud y hasta pareciera que el mismo presidente jugó con el tema. En redes sociales había quien le defendía y quienes le atacaban ferozmente. Quizá el presidente no tuvo nada y simplemente trató de descansar o bien, de planear bien lo que pasó el resto de la semana.

Y es que reapareció el jueves, agradeciendo “el apoyo del pueblo” y repudiando a quienes le desearon mal por su estado de salud. Sin embargo, rodeado de gente –tal y como lo estuvo en Yucatán y días previos- el presidente no llevó cubrebocas a la mañanera y tampoco lo hizo su personal. Vaya, ni su privado, ni sus funcionarios. Nadie se protegió pese a que según los informes del sector salud, por lo menos son diez días los que debe cuidarse una persona con Covid.

Por ello ¿Qué ganaba el presidente al mentir? Sabe que tiene controlados a muchos mexicanos agradecidos por dos mil pesos que se les entrega cada dos o tres meses o jóvenes que usan los recursos de las becas para cualquier cosa menos para sus estudios.

Pero la respuesta la dieron los senadores oficialistas, al negarse a aprobar el nombramiento de Ricardo Delgado, bien calificado por todos –sí todos- pero que no tuvo los votos suficientes para ser el quinto consejero del Instituto Nacional de Acceso a la Información (INAI) y que así podría sesionar.

Ello propició que los Senadores de oposición tomaran la tribuna del Senado y exigieran la aprobación de los comisionados del INAI, organismo que tiene descontento al presidente por muchos motivos, no sólo porque se le pretendía forzar a presentar no sólo su título universitario, sino su tesis, lograda –según- tras estudiar 14 años en la UNAM.

A partir de allí, todo fue un desorden, pues los Senadores de Morena, Partido del Trabajo y Verde Ecologista determinaron realizar la sesión en un lugar distinto al que deben y más aún porque queda claro que más que servir al país, lo que quieren es complacer al presidente quien los retó a que desaparezcan el INAI.

Por ello, acudieron obedientes al lujoso palacio nacional, hogar del presidente, para recibir línea y todos los accesos para que, sin la oposición, realizar su sesión ilegal en la que aprobaron 18 reformas, varias de ellas impulsados por Alejandro Armenta, senador morenista que en 2012 condenaba a la izquierda y apoyaba al presidente Peña Nieto.

Allí mismo, en una foto que se tomó el presidente López con sus corcholatas estaba el Senador Ricardo Monreal, el mismo que, según, estaba de acuerdo en que se nombrara a los comisionados del INAI para que todo se desarrollara dentro de la legalidad, sólo que eso fue igual de falso que la propia sesión, pues en las fotos, el Senador zacatecano se ve sonriente y muy a gusto de ser considerado entre uno de los cuatro posibles sucesores del presidente.

Tocará turno a la Suprema Corte de Justicia de la Nación echar abajo ese bodrio y que los mexicanos exijamos que los diputados y senadores morenistas no quieran seguir abusando del poder y sobre todo, comportarse de forma autoritaria como lo ha hecho su presidente.

Por cierto, algo que hay que aclarar es que el hecho de que no se haya permitido que la Guardia Nacional se integrara a la Secretaría de la Defensa Nacional no fue un capricho. Era una violación a la Constitución Política del país y no, no se dañó a la Guardia Nacional, simplemente se ordenó que sea un mando civil, así de simple. Por cierto, en el país, esa Guardia Nacional sigue sin dar una.

Retos de Internet y sus malos efectos

Para comenzar, en el país el promedio de calificación de los alumnos se vino abajo. Sí, por más que las autoridades lo quieran negar, el promedio se vino abajo y no sólo por las becas que hoy están al alcance de casi todos, sino porque aunado a ello, los jóvenes están mal influenciados por la Internet.

A muchos padres se les hace fácil adquirir un celular o una tableta para un niño de cinco o seis años sin imaginar los riesgos que estos corren.

Y aunado a ello, los retos que lanzan youtubers o influencers o uno que otro grupo que pareciera estar fuera de la ley, influyen en niños y jóvenes, sin que nadie ponga freno.

No en balde hemos visto como un niño se lanzó varios pisos en el edificio que vivía –se dice que todo se debió a un reto por Internet-, jóvenes que han fallecido por ser atacados por sus compañeros y muchos casos en donde afloran tanto la ignorancia como la violencia.

El problema es que muchos padres trabajan y no tienen tiempo para atender a sus hijos, por ello es que no les controlan lo que ven y peor aún, muchos niños y jóvenes se hunden en programas en donde sobresalen la pornografía y otros actos que les dañan. Muchos inclusive caen en esos juegos y retos y se cree que por ello desaparecen, ya sea porque –insisto-, responden a esos retos o bien, son controlados por personas mayores que pudieran hacerles daño, ya sea atacándoles sexualmente o bien, entregándoles a grupos relacionados con la trata de personas.

Algo se tendrá qué hacer, porque en muchos casos, el gobierno no hace nada y en las escuelas hacen menos. Por ello, no queda más que la familia para encontrar un remedio y salvar a los hijos de cualquier peligro.

PD Con todo respeto a la fiscal Verónica Hernandez Giaddans, Veracruz no es un estado seguro. Las desapariciones se cuentan por decenas; Veracruz está entre los primeros cinco durante 2023 en feminicidios; la violencia contra la mujer va en aumento y muchas corren grave riesgo al enfrentarse a la extorsión. Nadie les protege y realmente en Veracruz no se hace nada por las mujeres. Nada.