• Marcharon diversos colectivos y no se reportaron incidentes. Mujeres pedían justicia y equidad, entre otras cosas.
Miguel Ángel Gómez Ruiz
Xalapa, Ver.- Poco antes de las 14:00 horas del martes, dio inicio la marcha feminista que, tradicionalmente, lo hace cada 8 de marzo en esta capital, con motivo de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer.
Cientos de mujeres, algunas con pintas en sus rostros, otras con pañuelos y cubrebocas, otras con gorras y ropa cómoda, caminaron por la avenida Ávila Camacho, para dirigirse a la Plaza Lerdo, frente a Palacio de Gobierno.
Poco a poco se fueron integrando distintos grupos de colectivos que llevaban pancartas, aerosoles y algunos objetos que eran vigilados muy de cerca por elementos de la Secretaría de Seguridad Pública estatal y la Guardia Nacional.
Hoy, 8 de marzo de 2022, fue el momento perfecto para hacerse escuchar. Muchos comercios se blindaron para evitar daños de algunas anarquistas que regularmente aparecen para quitar legitimidad a estas marchas. De igual forma se ignora si el gobernador Cuitláhuac García Jiménez permaneció en su despacho o se marchó hacia Casa Veracruz, que se convirtió en su hogar de soltero.
Sin embargo, de acuerdo a los números presentados por los colectivos, al gobernador no le ha bastado que en sus tres años de gobierno haya habido más de 250 feminicidios, más de 3 mil agresiones sexuales a mujeres en distintos escenarios y decenas de miles de carpetas por violencia física o de género. El propio mandatario fue acusado en medios de comunicación de haber agredido a una reportera que le cuestionó sobre el delito de Ultrajes a la autoridad y la solicitud de barras de abogados para que lo derogara.
Alrededor de las 15:30 horas, el número de mujeres se contaba por cientos y levantaban la voz para exigir justicia y a la vez, castigo contra aquellos que han dañado a muchas mujeres.
Del mismo modo, pedían a este gobierno que no se encerrara en un caparazón y tenga oídos sordos ante tantos hechos.
“El gobernador no debe olvidar que Veracruz ha liderado las estadísticas en cuanto a feminicidios”, comentó una doctora que acompañó a una amiga que, por años, fue víctima de agresiones físicas por parte de su pareja.
Como ha sido costumbre, las mujeres bailaron girando a su alrededor, pintando una iglesia y las paredes de algunos negocios. Es su forma de manifestarse. Queda implícito que el 8 de marzo no es un día para celebrar, sino para recordar el sacrificio de mujeres que pedían mejores condiciones laborales y que murieron víctimas de un incendio. Y a ello se le agrega la enorme violencia contra las mujeres que ha habido por tantos años.
La marcha se convirtió en un homenaje para aquellas que perdieron la vida por su condición de ser mujeres. Unas bailaron para disimular su tristeza. Otras ondearon sus carteles y banderas. Otras no pudieron evitar llorar ante todo lo ocurrido en Veracruz, pero el grito fue unánime para pedir justicia.