Acusado directamente por la Secretaría de Educación de Veracruz como “aviador” en la Escuela de Bachilleres “Ilustre Instituto Veracruzano”, en donde se le inició un procedimiento administrativo para que regrese lo que ha devengado, mostrando la política de “cero tolerancia” a la corrupción del gobernador Cuitláhuac García Jiménez, el boqueño Felipe Sosa Mora anda muy campante, pegado a la senadora electa Claudia Tello Espinosa.
Es más, nos dicen, se puso feliz cuando la gobernadora electa Rocío Nahle García anunció que la maestra en Ciencias de la Educación y doctora en Educación racional y bioaprendizaje, será a partir del 1 de diciembre la nueva Secretaria de Educación. Ahí, ha dicho a cercanos, se le acabarán las penas por los procedimientos administrativos para devolver el dinero que devengó ilegalmente de la dependencia educativa. Es decir, lo cubrirán con el manto de la impunidad.
Pero ¿acaso ese manto protector le alcanzará para cubrirle las pillerías que cometió en el Seguro Social de los Trabajadores de la Educación del Estado de Veracruz (SSTEEV) en donde estuvo enquistado, sin acudir a laborar, con el cuento de que era el “gran operador” político de Boca del Río, el bastión panista que MORENA no pudo conquistar en las pasadas elecciones? No sabemos hasta dónde este personaje habría engatusado a la senadora electa Claudia Tello Espinosa y hasta dónde podrán sostenerlo sus mentiras.
El hombre que estuvo ligado al grupo “ladrones de elecciones”, ahora enquistados también en el morenismo, uno como presunto operador político en la zona conurbada, otro como empresario inmobiliario “fraudulento” y periodístico del medio de comunicación favorito de la 4T, Felipe Sosa Moratendrá que enfrentar la justicia y los procesos administrativos que se le siguen tanto en la Secretaría de Educación como en el Seguro del Magisterio. Con la definición de este caso veremos qué tan cierta es la lucha contra la corrupción y la impunidad de este movimiento que arrasó en las urnas el pasado domingo 2 de junio.
Ya en la prensa de la capital veracruzana se ha publicado la lista del “séquito de aviadores” que este personaje ha mantenido, chupando de los recursos públicos: Benito Ravelo Virgen, su chofer y asistente doméstico; su cuñado José Carlos Castro Campillo; Liz Alana del Ángel Hernández, Adriana Vanessa Ruiz Hernández, Betzabeth Macías Manzano; Ana Laura Ortiz Reyes; Jorge Arturo García Figueroa, Jesús Manuel Pérez Freyre, Abigail Pedraza Durán, Clara Abigail Barrera Artiaga, Lizeth Ávila Durán y Jaime Alberto Izquierdo del Álamo. Todos ellos con sueldos decorosos, por arriba de lo normal y que seguramente eran “mochados” para “operaciones políticas” de quien perdió en la zona de Boca del Río, que tanto presumía.
El expediente en manos de este reportero muestra una estela de corrupción, de componendas, abusos y complicidades, que este personaje ha logrado mantener a lo largo de varios años, medrando con el presupuesto público y privado, dinero de todos las agremiados del Seguro del Magistario. El pasado 4 de junio de corriente, Felipe Sosa Mora se declaró confeso, mediante “Acta de Hechos”, de haber tomado y mantener en su poder recursos del SSTEEV por un total de $153,519.49; los cuales, en la misma “Acta de Hechos”, le propone al Consejo de Administración del Seguro del Magisterio devolverle sus recursos en “paguitos” chiquitos y con recursos de terceros de forma ventajosa. Para lo cual, por medios legitimos, le fue notificado en su domicilio particular lo dañino e inmoral de su propuesta de pago; sin dejar de considerar que dichos actos admitidos con constitutivos de multiples delitos; los cuales, el mismo consejo ha indicado que se proceda hasta que sean respetados los recusos del mismo Seguro.
Dentro de los mismo expedientes expuestos a este redactor, se anexa el resultado de la auditoria realizada al departamento del Proyecto de Vivienda SSTEEV, ordenada por el mismo director y el consejo de administración, ante la negativa de Felipe Sosa Mora de informar la situación real de los mismo inmuebles, conformación de asignaciones, conbranza y estado de los mismos departamentos disponibles.
Dicha información le fue solicitada en los pasados meses de Octubre, Noviembre 2023; Febrero y Marzo 2024, mediante oficios en del consejo de administración a la subdirección de administración, legalmente instruida para llevar a cabo dicho proyecto.
De las observaciones que destacan en el informe entregado por el despacho “GilAsesores”, el pasado 13 de mayo 2024, al consejo de administración: mala recopilación de los expedientes de los asignados a cada adjudicado; diferencias “graves” en los montos escriturados en mas de 19 documentos notariales superiores a los 151 mil pesos; cartera vencida sin reportar; en lo cual, el mismo despacho señala a Felipe Sosa Mora como responsable.
Se ha publicado también que en seguimiento a la denuncia, la titular del Órgano Interno de Control (OIC) en el Seguro Social de los Trabajadores de la Educación del Estado de Veracruz, Iliana Patricia Sandoval López, abrió el Expediente No. OIC/SSTEEV/003/12/2020, para dar por recibida la queja e iniciar la etapa de investigación del caso expuesto por el líder magisterial Alan Flores Sánchez.
Toda esta investigación y denuncias las inició en 2020, como ya también se ha ventilado, Alan Flores Sánchez, Secretario General del Sindicato en Defensa de los Derechos de los Trabajadores de la Educación (SEDTE).
Este hombre, quien murió víctima del SARS-CoV-2 el 8 de agosto de 2021, lo único que pedía es que se hiciera justicia y que se desenmascarara a un personaje que estaba lucrando con los recursos públicos. Alan Flores Sánchez creía que en efecto los principios de la 4T eran “no mentir, no robar y no traicionar al pueblo” y que Felipe Sosa Mora representaba la antítesis de este proyecto que se estaba consolidando en el país, representaba al viejo PRI, a las viejas prácticas de corrupción y deshonestidad, al saqueo del presupuesto público.
Eso lo supo muy bien en su momento el director General de Transparencia, Anticorrupción y Función Pública, Miguel Ángel Vega García —por cierto, ex contralor interno de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), en 2016, cuando la Auditoría Superior de la Federación (ASF), descubrió un desvío por 1 mil 747 millones de pesos de recursos públicos, valiéndose de universidades públicas y televisoras, en lo que se llamó la “Estafa maestra” de Rosario Robles Berlanga—.
Con todo y ese historial, Miguel Ángel Vega García no fue omiso y procedió, dando turno al proceso de investigación. Ahí, en el expediente 2020/0202, del índice de la Subdirección de Integridad y Responsabilidades de los Servidores Públicos quedó constancia que Felipe Sosa Mora tenía un doble sueldo, tanto en la Secretaría de Educación de Veracruz como en el Seguro Social de los trabajadores de la Educación.
El funcionario de la Contraloría pidió que se diera a conocer un documento oficial en donde se acreditara un “goce de licencia sin sueldo”, existiendo una “incompatibilidad de horario”. Este documento fue recibido el 19 de febrero de 2021 en el S.S.T.E.E.V. y del mismo tuvo conocimiento el propio Sosa Mora.
¿Qué ha pasado hasta ahora? Parece que nada. Parece que estos expedientes y esta investigación interna que ha saltado a la luz, pretende dormir el sueño de los justos. Felipe Sosa Mora ha movido mar, cielo y tierra; ha movido todos sus hilos, todas sus influencias; toda la red de corrupción que ha creado, para que todo se quede en el expediente y se pierda en la flaca memoria de los veracruzanos.
Protegido por el halo santificador de MORENA, por el manto de la senadora electa Claudia Tello Espinosa, Felipe Sosa Mora pretende enquistarse en la Secretaría de Educación y trascender como una muestra más de que la corrupción no se ha terminado y que está más viva que nunca.