IRREVERENTE
Por Andrés Timoteo
EL JINETE COJO
Más de cincuenta mil profesores veracruzanos fueron engañados por las autoridades. Desde el 15 de mayo, Día del Maestro, el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció un incremento a su sueldos que va del 1 al 3 por cierto según el escalafón laboral, pero nunca se les pagó. A nivel estatal, el gobernante en turno, Cuitláhuac García repitió la promesa y alardeaba de justicia salarial para el magisterio.
Fue una engañifa. Ya está por concluir el año y nunca llegó ese aumento en sus quincenas. Ya está el cierre financiero del año y no hay dinero disponible. Y al mandatario García Jiménez así como al secretario de Educación, Zenyazen Escobar, se les acaban los pretextos y justificaciones mentirosas. En estas últimas dos semanas, el descontento de los maestros ha ido ‘in crescendo’ hasta llegar a la movilización abierta.
En días pasados decenas de profesores salieron a marchar y manifestarse en calles y plazas públicas, algunos fueron a gritar a la sede de la Secretaría de Educación de Veracruz (SEV) en Jalapa, otros más suspendieron clases y para esta semana elevarán la protesta con marchas masivas, cierre de vialidades, instalación de plantones y demás recursos para desahogar la ira popular.
Ante eso, la táctica de los funcionarios es nuevamente la mentira. Como ya no puede culpar al pasado, ahora el gobernante culpa a la federación diciendo que la Secretaría de Hacienda no ha depositado el dinero para pagar el incremento salarial y en el colmo de la desidia pide a los profesores paciencia. Sí, que esperen hasta que a los del altiplano se les ocurra liberar el recurso. “No coman hoy, aguántense”, parece que les sugiere. Para diciembre, verán.
Por su lado, el secretario Escobar al estilo del viejo priismo se hace rodear de los líderes sindicales y asegura tener el apoyo de ellos ante la situación. Vaya agravio para los maestros pues los líderes charros del magisterio lo arropan ¡¡como si él fuera la víctima!! Es la lógica de los cínicos: los agraviados no son los 51 mil profesores que llevan meses esperando el aumento salarial sino el secretario al que le exigen que cumpla con el compromiso.
Y como se dijo líneas arriba, a los funcionarios se le agotan las excusas pues como no les funcionó pedir “paciencia” a los maestros, ahora para atajar la ola de manifestaciones anuncian un nuevo endeudamiento para pagar lo prometido. Traducción: que los veracruzanos sean los que carguen con la deuda, no el gobierno.
Pero, ¿por qué no llega el incremento salarial prometido? El anuncio presidencial de mayo pasado sobre los aumentos salariales no fue exclusivo para Veracruz sino a nivel nacional. Entonces, ¿por qué en los otros estados no hay retrasos en el pago y los docentes no tienen la necesidad de salir a las calles para reclamar?
La deducción generalizada pudiera ser que seguramente se robaron el dinero o lo desviaron y fue ocupado para costear el Tren Maya o la refinería de Dos Bocas que son barriles sin fondo y ‘elefantes blancos’. La segunda especulación no cuaja porque en otras entidades no sucede lo mismo y entonces la sospecha recae en la primera y en los funcionarios veracruzanos.
La especie es que a nivel local pusieron a ‘sudar’ el dinero de los profesores y como lo hicieron a plazo forzoso a fin de sacarle la mayor cantidad de intereses les ganó el tiempo. O sea, el aumento salarial está sujeto a un acto de corrupción. Por eso ya los mismos maestros apodan al rioblanquense Zenyazen Escobar el “Jinete cojo” porque anda tullido y aún así no deja de jinetear el dinero ajeno. Para robar no se necesitan las dos piernas, con un bastón se las arregla, es la filosofía de este sujeto.
Pero no es el único implicado porque en ese mismo acto de corrupción estarían involucrados el secretario de Finanzas, José Luis Lima, y el propio García Escobar quienes además saca otro tipo de ganancia con el conflicto magisterial pues tiene el pretexto para seguir solicitando préstamos con cargo al bolsillo de los veracruzanos.
VERDUGO DE LOS SUYOS
Es una contradicción del gobierno cuitlahuista que sus funcionarios aleguen que no hay recursos para pagarle a los educadores, pero el secretario Escobar se la pasa derrochando billetes para promocionarse en una adelantada carrera electoral. Recientemente montó en Jalapa el “altar de muertos más grande del mundo”, según lo presumió.
Los apologistas del funcionario hicieron circular la gacetilla de que en el homenaje a los difuntos levantado en el Velódromo de Jalapa se ocuparon “20 toneladas de flor de cempasúchil y mano de león, mil 204 veladoras, la media tonelada de alimentos y mas de 600 cristianos voluntarios (sic)”. Ah y hasta un par de globos aerostáticos gigantes fueron colocados en la parte exterior del edificio, uno con la fotografía del gobernador y otro con la de Escobar. ¿Cuánto costó todo eso?, ¿no que no hay dinero en la SEV?
Y una contradicción más es que los maestros son maltratados -y posiblemente robados – por el régimen cuitlahuista aun cuando el gobernante en turno es hijo de maestros y él mismo es docente. Vaya paradoja indignante porque la familia García Jiménez ha vivido del magisterio y, se supone, ha padecido agravios y maltratos de las autoridades, pero ahora uno de sus integrantes se convierte en verdugo de su propia gente, le roba su salario. Un fallido luchador que terminó convertido en monstruo, diría Nietzsche.
Por supuesto que el conflicto con los maestros también da pie a muchas lecturas políticas y la más socorrida es la que compara a la gestión cuitlahuista con el duartismo en su último tramo. Cuando Javier Duarte estaba en su quinto año de administración estallaron por todas partes los problemas financieros y miles se lanzaron a las calles para reclamar recursos que les fueron quitados, ‘jinetados’, retenidos o negados.
Maestros, estudiantes y burócratas jubilados alegaban cosas similares a las que ocurren actualmente. De ahí que los analistas sugieren que hoy cuitlahuismo está frente al espejo duartista y sostienen que cuando se multiplican las protestas por el reclamo del dinero faltante es porque inicia la debacle del gobierno en turno. ¿Qué le falta a Cuitláhuac García para ser la copia-calca de Duarte? Solo una cosa: que ordene apalear a los protestantes.