IRREVERENTE
Por Andrés Timoteo
ALIADAS INESPERADAS
Mucho se ha dicho que tanto en la vida cotidiana como en el quehacer político, el peor enemigo de una mujer es otra mujer. Es una proclama un tanto prejuiciosa, aunque en muchos escenarios se ha cumplido, sobre todo en el ejercicio del poder público. Sin embargo, a veces se dan alianzas inesperadas entre las mujeres sin importar ideologías político-partidistas porque anteponen un fin superior: beneficiar a la sociedad.
En Estados Unidos se acaba de dar unas de esas alianzas inesperadas entre féminas de posiciones equidistantes. Fue en las pasadas elecciones intermedias del 8 de noviembre para renovar parte del Poder Legislativo y sucedió concretamente en Alaska. Ahí el inefable Donald Trump, el expresidente que pretende competir nuevamente para llegar a la Casa Blanca en el 2024, apoyó a una candidata muy afín a él, Kelly Tshibaka para llegar al Senado.
¿Qué hicieron las mujeres alasqueñas tanto demócratas como republicanas? Unirse y sin difamar o atacar directamente a la candidata trumpista -porque alegaron que no se prestarían a la violencia política de género – llamaron a votar por otras opciones. Así, la otra candidata republicana, Lisa Murkowski, alejada de Trump, salió ganadora y lo logró con el voto de los demócratas.
¿Cómo, los competidores votando por su oposición? Pues sucedió, en campaña la candidata del Partido Demócrata a la Cámara de Representantes Mary Peltola dijo sobre la republicana Murkowski: “a mi me gustaría que ella fuera senadora”, y ésta le correspondió con un: “a mi me gustaría verla en la Cámara de Representantes”. Y los electores republicanos y demócratas entendieron y votaron en consecuencia, cada uno por el contrario.
¿El agua y el aceite juntos? Llega a suceder y en este episodio con una carga de sororidad aplicada al quehacer electoral y que rebasó el compromiso partidista. Lo sucedido en Alaska servirá, sin duda, para el análisis de los estudiosos de la política, pero además es una enseñanza al resto de mujeres que en el mundo se dedican a este quehacer.
Muestra de que dos “rivales” se pueden unir para impedir que el autoritarismo, la intolerancia, la xenofobia, las conspiraciones y la locura se instalen en los espacios de poder público. Y todo sin verter una sola agresión directa ni indirecta, mucho menos cruel entre ellas ni contra una tercera.
Esto viene a colación por el Día Internacional para Eliminar la Violencia contra la Mujer -en este caso sobre los escenarios político-electorales-, celebrado ayer viernes y en este caso.
En México desde el 2020 está de moda el concepto de la violencia política de género pues en ese año fue introducido al catálogo legal. Por supuesto que es una conquista de las mujeres, pero hay también un sector que instrumentaliza las nuevas disposiciones legales para la victimización sin sustento y a veces solo para el escándanlo.
LA ‘TÉCNICA NEYMAR’
Es deber periodístico señalarlo. Hay funcionarias y representantes populares usan como muletilla a la famosa violencia política de género para el escándalo recreando escenarios ficticios o forzados. No es el caso de todas, pero la opinión pública debe distinguir de la misoginia real de la hechiza. Un ejemplo local inmediato es el de la diputada emecista, Ruth Callejas quien acaba de denunciar formalmente al secretario de Gobierno, Patrocinio Cisneros alegando que la vejó por ser mujer cuando lo cuestionó comparecencia legislativa del sábado 19.
¿Qué dijo textualmente Cisneros? “Mire, estas son las que son alcaldesas de Veracruz. No hay una sola alcaldesa de Movimiento Ciudadano porque en todos los lugares en donde hay posibilidades de triunfo en su partido no le dan la oportunidad a las mujeres, y sí, le dan oportunidad a los hombres para que repitan y repitan. Estos son los resultados de las diputadas (mostrando una cartulina). Afortunadamente el OPLE le corrigió la nota a su partido y dejó fuera a un hombre, para que usted también fuera diputada, qué bueno, qué bueno. Y esto empodera a las mujeres”.
No se inventó nada, lexicológicamente expuso una situación sucedida y validada por los órganos y tribunales electorales. Si acaso señaló una supuesta discriminación en el Movimiento Ciudadano y que, dadas las estadísticas, también es cosa juzgada. Cierto, el cerrero Patrocinio Cisneros es un personaje insufrible, pero se debe señalar que en su elocución no ofendió a la legisladora ni aludió a cuestiones personales o privadas, ni cuestionó su capacidad ni coartó sus derechos políticos ni utilizó palabras altisonantes o de doble sentido ni la denigró por su condición de mujer.
Bajo la lupa jurídica, si se revisa la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia que la base para el INE o los tribunales electorales vigilen y sancionen posibles agresiones contra las mujeres, tampoco hay mucha tela para acomodar los dichos del funcionario en el rubro de violencia política por cuestión de género.
El artículo 20 Bis de dicha ley define: “La violencia política contra las mujeres en razón de género: es toda acción u omisión, incluida la tolerancia, basada en elementos de género y ejercida dentro de la esfera pública o privada, que tenga por objeto o resultado limitar, anular o menoscabar el ejercicio efectivo de los derechos políticos y electorales de una o varias mujeres.
(También limitar) El acceso al pleno ejercicio de las atribuciones inherentes a su cargo, labor o actividad, el libre desarrollo de la función pública, la toma de decisiones, la libertad de organización, así como el acceso y ejercicio a las prerrogativas, tratándose de precandidaturas, candidaturas, funciones o cargos públicos”. ¿Encaja ahí la respuesta de Cisneros a la diputada? Ya lo dirán los jueces, pero se antoja que forzarían las disposiciones o las interpretarían para declarar procedente la demanda, aunque esto último es atribución reservada a los magistrados y ministros.
Al parecer, la emecista aplica la ‘Técnica Neymar’ que alude a lo que hace el futbolista brasileño cuando otro jugador se le acerca en la cancha y con tan solo rozarlo se tira y se retuerce alegando que lo taclearon indebidamente. La legisladora anda muy ‘ad hoc’ con las estratagemas de los que se dedican al juego de la patada que, por cierto, ahora fulgura desde Qatar.