IRREVERENTE
Por Andrés Timoteo
RÍO QUE ATRONA
En Veracruz el río no suena, retumba ensordecedor. ¿Cuántas veces se ha ligado al secretario general de Gobierno, Patrocinio Cisneros, con el crimen organizado?, ¿Tres, cuatro, cinco? No solo hay versiones de ‘a oídas’ sino también videos, testimonios ‘viralizados’ en las redes sociales y expedientes internos de inteligencia militar – ‘hackeados’ por los ciberactivistas de Guacamaya Leaks’ – que acuerpan la especie.
A eso se suma lo revelado por el periodista Ricardo Ravelo, cuya línea de investigación es el crimen organizado, que Cisneros protege y convive con el líder del Cartel de Caborca, enemigo de Los Chapos sinoalenses, y al que da refugio en la zona costera norte, concretamente en el municipio de Vega de Alatorre. Es más, Ravelo apunta que desde hace tiempo, la Agencia de Control de Drogas (DEA) vigila al funcionario estatal por esa liga con el capo sonorense.
Este jefe criminal financiaría una eventual campaña electoral de Patrocinio Cisneros ya sea a la gubernatura o a una senaduría en el 2024. Pero, ¿y si no es postulado para quién negoció el narco-apoyo? Lo que no dice el texto de Ricardo Ravelo, pero que se mastica desde hace tiempo en los corrillos políticos es que la zacatecana Rocío Nahle está tejiendo ese tipo de apoyos.
Tema muy delicado, pero creíble porque la jefa político de Cisneros es Nahle. Además, el jefe administrativo del mismo funcionario es Cuitláhuac García, el gobernante en turno. Y ambos, García y Nahle arropan, protegen y sostienen a Cisneros quien no teje ese tipo de relaciones sin que sus jefes estén al tanto y los avalen. Así es la ‘real politik’ en la que no hay pactistas solitarios.
¿Cuánto tiempo más sostendrán a Patrocinio Cisneros en el cargo? Van a estirar la liga, pero algunos estiman que al igual que sucedió con el neoleonés Hugo Gutiérrez Maldonado, ésta se romperá cuando estallen revelaciones y escándalos mayúsculos. Solo es cuestión de tiempo.
Lo anterior desquebraja -otra vez – la frase que repite García Jiménez y sus colaboradores: “no somos como los del pasado y no pactamos con el crimen organizado”. Esto ya es guasa. Lo presumen mientras crece la lista de pactados. Ya son dos las organizaciones criminales que, según las revelaciones, operan en Veracruz con la anuncia y protección del gobierno estatal: el Cartel del Noreste y el Cartel de Caborca.
También ayer Cisneros Burgos pidió, envalentonado, que lo investiguen cuanto quieran porque “de oscuro solo tiene la piel” – ¡otra vez la Magdalena afromestiza llorando! – y con eso mete a todos en un aprieto pues indagar sus finanzas, sus andanzas políticas y sus tétricas relaciones es relativamente fácil, pero ¿cómo conocerle el color del alma?
Claro, hay quienes dan testimonio y juran sobre la Biblia -porque lo han padecido – que el bajacaliforniano tiene el espíritu más negro que la noche. Risas. Y en cuestiones de ética, moral, honradez, decencia y calidad humana lo negro no tiene nada que ver con los genotipos raciales sino con los conceptos del bien y el mal. Está aclaración es para que esa Magdalena llorona no saque de nuevo el pañuelo moquiento para victimizarse por su afrodescendencia. ‘Ya chole’, diría la plebe.
HOMBRE DE PAJA
En el mismo tópico, de asuntos escabrosos y criminales, el gobernante en turno García Jiménez manoseó el tema del síndico de Omealca, Miguel Tinoco García, asesinado a balazos el lunes pasado. El funcionario no escarmienta y nuevamente recurrió a la estrategia ensayada desde la fidelidad de criminalizar a la víctima para hacerla responsable de su propia muerte y no investigar ni allegarle justicia.
Dijo que Tinoco García tenían acercamiento con un capo regional del crimen apodado “El Contador”. Así, tácitamente sentenció que el edil tuvo la culpa de su propia suerte por esas relaciones. Pero la pregunta que salta es ¿si las autoridades estatales sabían de esos nexos del síndico porque no lo detuvieron y procesaron judicialmente? De haberlo hecho se hubiera evitado su muerte y corregido una anomalía peligrosa en el ayuntamiento de Omealca.
Lo que tampoco dice García Jiménez es que el síndico no se mandaba solo y la que encabeza la comuna es la morenista Nallely Cortés Jiménez muy allegada, para no variar, con el secretario de Gobierno. Desde que Cortés Jiménez asumió el cargo edilicio se desató una ola de violencia y criminalidad que ya rebasa las etapas mas peligrosas cuando gobernaba el priismo.
Imagínense cómo están las cosas que los lugareños afirman que “estaban mejor cuando estaban peor” o sea cuando gobernaba el fidelista Pedro Montalvo, y eso ya es el extremo. Tanta es la violencia en Omealca que en julio pasado la Secretaría de Seguridad Pública tuvo que disolver la policía local y asumir la vigilancia de la localidad, pero ni así ha parado la escalada. Entonces, la ‘ejecución’ del síndico Tinoco no es una consecuencia sino un síntoma de todo lo podrido en ese lugar, y eso lo saben en el gobierno cuitlahuista.
Otra cosa es que García Jiménez volvió a sacar al ‘fantasma comodín’ para echarle la culpa de lo sucedió en ese municipio de la zona centro. Dijo que el síndico asesinado hizo acuerdos con “El Contador” que es enemigo de otro capo regional, “El Western”, con quien disputan la ‘plaza’. Lo que dio a entender es que “El Western” sería el responsable del homicidio.
¿Se acuerdan de la ejecución extrajudicial de los niños Jonathan y Eduardo en la comunidad La Patrona de Amatlán de los Reyes en julio del 2021? En un intento de exculpar a la policía estatal de ese crimen de lesa humanidad, García Jiménez responsabilizó también al “El Western”, hubo incluso un boletín oficial, y todo resultó una engañifa.
Obviamente que “El Western” existe, se llama Gregorio Arenas y además tiene otro sobrenombre, “El Chango”, y está identificado como cabecilla del cartel jalisciense en la zona centro, pero el tipo resultó muy práctico para el gobierno cuitlahuista, es el villano favorito, el pretexto ideal, el ‘fantasma’ al que se la acusa, pero que nunca se le encuentra ni detiene. Muchos dicen que en realidad se trata de un hombre de paja, el comodín perfecto que García Jiménez saca a la palestra cada vez que hay un crimen atroz que desea cerrar sin ni siquiera investigarlo.