T   E   X   T   O

IRREVERENTE

Por Andrés Timoteo

BALÓN Y MEMORIA

“¡Allons enfants de la Patrie, le jour de gloire est arrivé!” (¡Vamos hijos de la Patria, llegó el día de gloria!) La Marsellesa se escuchaba por todos lados. El miércoles por la tarde los franceses comenzaron a acariciar la copa futbolera por segundo mundial consecutivo luego de que Les Bleus (Los Azules, como le llaman a la selección nacional) vencieran a Marruecos 2 a 0. Y las calles se llenaron de festejantes.  

En todas las ciudades del mundo hay sitios emblemáticos para desahogar el gusto por la victoria,  pero París tiene uno que sobresale del orbe por su idoneidad, la Place de l’Etoile  o sea  la Plaza de la Estrella donde se ubica el arco más famoso del mundo mismo que tardó 30 años en ser construido por órdenes de Napoleón Bonaparte y que se inauguró en 1836. Bonaparte fue el primero en cruzarlo para festejar su victoria en la batalla de Austerlitz sobre rusos y austriacos.

Pues allí es el lugar inmejorable para festejar en días de júbilo y así lo hicieron los parisinos porque Francia pasó a la final de la copa del mundo. Los pocos más de 2 kilómetros de la avenida Campos Elíseos se llenaron de gente entonando el himno nacional. Desde  el Arco del Triunfo hasta la Plaza de la Concordia resonaba La Marsellesa.

Claro, no faltaron los incidentes pues el festejo derivó en desmanes. Casi 200 personas fueron detenidas por la policía y hubo momentos de batalla abierta entre los fanáticos y los agentes del orden. Vaya, hasta se recordó aquellas protestas masivas de los “Gilets jaunes” o “Chalecos Amarillos” que hace unos tres años convirtieron a los Campos Elíseos en una arena de medición de fuerza con la policía.

Tanto en París como en las principales urbes galas la gente salió a la calle porque ese partido contra Marruecos no era importante solo por el deporte sino también por la memoria. Una parte de la población francesa es de origen marroquí pues Marruecos – Le Maroc, en francés – fue colonia de Francia hasta 1956. Es decir, hace apenas 66 años se liberaron del yugo galo y para ello se vivieron etapas muy sangrientas.

La tácticas de ‘guerra sucia’ -tortura, represión, desaparición forzada y otros crímenes de lesa humanidad) las implementó Francia sobre la población de Marruecos y Argelia que también estaba bajo su dominio. En los estudios historiográficos se denomina “Escuela Francesa” a un método de represión que fue importado a países del cono sur americano, concretamente por las dictaduras en Argentina, Brasil, Chile y Uruguay.

Acá también hay un apelativo denigrante dado a los franceses nacidos en las antiguas colonias del norte  de África y a sus descendientes. Les llaman ‘pieds noirs” o “pies negros” porque nacieron pisando el continente negro. Son las reminiscencias racistas del imperio francés. Uno de los célebres “pies negros” fue el periodista y escritor Albert Camus quien nunca se pudo sacudir esa nominación por haber nacido en Mondovi, un poblado argelino.

En ese contexto histórico se anclaron el morbo y la expectación de una semifinal en la Copa Mundial de Futbol entre Francia, el antiguo imperio, y Marruecos, la antigua colonia. Y más aún, la posibilidad de que Marruecos dejara fuera de la final a Francia despertó viejos resentimientos.

Por eso el partido del miércoles no solo involucró la disputa del balón sino un desquite histórico de los marroquíes. Empero, la revancha no se cumplió y finalmente Francia acabó con el sueño del primer país africano que llegó a una semifinal y que estuvo a punto de pasar al último partido.

SOBRE ‘LA PELOUSE’

Los enfrentamientos entre fanáticos de ambas selecciones se dieron aun cuando no era la final. Fue un duelo entre viejos rivales sobre la ‘pelouse’, como llaman al pasto. En Montpellier, al sur, un adolescente murió al ser atropellado por otro fanático con su vehículo y en todo el país hubo más de 300 detenidos por los desordenes. Y en esos se añadió un tercer ingrediente  venenoso: la ultraderecha que se  metió al pleito aprovechando la bulla futbolera.

En París, la policía había detenido hasta anoche 38 integrantes de grupos reaccionarios, allegados al partido Agrupación Nacional, que se infiltraron en la turbamulta para ocasionar destrozos y en especial atacar a las personas de origen árabe, no importa si eran marroquíes, argelinos o de otro paí y aunque hayan nacido en suelo francés. El objetivo era arremeter contra ellos por su color de piel, su fenotipo.

Acá la ultraderecha va más allá del discurso de odio y es altamente agresiva.  Son neonazis y xenófobos al extremo. Por ejemplo, los grupos que convocaron en las redes sociales para atacar árabes en las multitudes del miércoles se llaman, según las autoridades, “Hitler” y “AntiPD” – PD de ‘pédé’ que en Francia significa lo que en México “puto” en un sentido peyorativo de la orientación sexual, es una amalgama que alude a la homosexualidad y la pedofilia-.

Los ultraderechistas galos a gala siempre han despreciado a los migrantes, la gente de tez oscura, los homosexuales y los progresistas. Hay una vieja consigna que sus adeptos recitan desde la segunda mitad del siglo pasado: El homosexual a la hoguera, el negro al río Sena y el invasor (migrante) fuera de las fronteras a punta de bayoneta. Esos fueron los que se infiltraron en la multitud aficionada.

En fin, futbolísticamente Francia se impuso sobre Marruecos y jugará la final contra Argentina, otro país pobre y que un tiempo fue colonia de España. Así, el ganador de la Copa del Mundo se definirá entre Europa y América, entre el Primer y el Tercer Mundo, y nuevamente no solo será una competencia por la pelota sino también por un desquite memorístico. El domingo pues, sobre la ‘pelouse’ catarí se sudarán antiguos resquemores entre el viejo y el nuevo continente.

‘NÁMASTE’ POR LLEGAR

Del viejo continente también está por llegar a México “Doña Sí Merezco Abundancia” o sea Karime Macías, exesposa de Javier Duarte quien ha perdido todos los amparos en México y la venia de la Corona Inglesa para no ser deportada. Arribaría el primer trimestre del 2023. Y hará historia pues será la primera “exprimera dama” -valga la redundancia – en ser juzgada por ‘uña larga’.