IRREVERENTE
Por Andrés Timoteo
INOCENTADAS
¡Alerta de ingenuidad! Hoy todos deberán desconfiar de lo que vean, oigan, palpen y prueben. Si encuentran una cartera con billetes en el suelo, no la recojan. Si alguien les dice que se ganaron la Lotería tampoco le crean. Si llega una dama a presentarles un bebé como hijo del que usted no tenía conocimiento-en el caso de los caballeros- , pidan un examen genético de paternidad. Si el marido -en el caso de las mujeres- la celebra como la catedral de sus quereres, sospeche porque entonces debe haber por ahí muchas capillas ardientes.
Hoy es el Día de los Santos Inocentes. Día de bromas y guasa para reírse de los ilusos. Pero si bien es una fecha graciosa, la misma tiene antecedentes sangrientos pues los textos bíblicos relatan una masacre de niños y bebés ordenada por Herodes El Grande hace dos mil años al cumplirse la profecía del nacimiento del verdadero rey de los judíos.
Con el tiempo la conmemoración derivó en mofa a costa de los ingenuos. Sin embargo, pese a lo descafeinado en que terminó el recuerdo dee aquel hecho trágico, todavía hay inocentadas que siguen ocasionando mucho mal y algunas provocando muertes y tragedias, sobre todo las que se hacen en el terreno de la política y el quehacer gubernamental.
Y vaya que México abundan las inocentadas sangrientas, retardatarias, insultantes y hasta sádicas y algolañosas – de la Algolagnia que es cuando se obtiene placer haciendo sufrir a los demás – con la llamada “cuarta transformación” pues a millones los agarraron de tontos haciéndolos creer que todo cambiaría y que vivirían en el edén bajo el gobierno del tabasqueño Andrés Manuel López Obrador.
La gran inocentada fue en el 2018 cuando más de 30 millones de ciudadanos los convencieron para que votaran por López Obrador en las elecciones presidenciales. Fue todo un “cuatroté” -sí de la 4T y del un “cuatro” grandote- en el que que cayeron los que pensaban que sufragaban por “el cambio verdadero”, por los que se prometieron que “por el bien de todos, primero los pobres” y que les aseguraban que no iban a robar ni mentir ni traicionar al pueblo.
Y no paró allí pues el tabasqueño que hoy vive en palacio nacional a cada rato ‘hace inocentes’ a todos. Que iban a tener un sistema de saludo como en Dinamarca, que los abrazos iban a calmar los balazos, que se acabó la corrupción sacando un pañuelo blanco, que con una estampa del Corazón de Jesús se curaba la Covid-19, y un largo etcétera.
Pero en especial se ha cebado con los veracruzanos, ha sido cruel porque a cada rato les dice que García Jiménez es un hombre honesto, recto, trabajador e incapaz de violar la ley para tener presos políticos, cometer desmanes o coludirse con el crimen organizado. ¿Cuántas veces lo ha afirmado?, ¿tres, cinco, seis y al infinito? En casi todas las ocasiones que ha visitado la entidad no pierde la oportunidad de repetirlo.
No obstante, esos dichos del mandatario federal también denotan una necesidad política, no de respaldar a García Jiménez sino mantener engatusados a los jarochos para que no vean el guiñapo que tienen como gobernante y, por ende, culparlo a él y al partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena) de haberles mandado tal calamidad.
Las inocentadas presidencial sobre Cuitláhuac García llegan al grado de que López Obrador ha pedido aplausos en público para él como si fuera una celebridad o un prohombre. Todavía ayer mismo el tabasqueño volvió a ‘tomarles el pelo’ los veracruzanos al afirmar que en la entidad “la inseguridad ha bajado muchísimo” con el gobierno cuitlahuista. Ajá.
4 AÑOS RIÉNDOSE
¿Otras inocentadas? Las encuestas de Morena para elegir sus candidatos, la inauguración de un aeropuerto fantasma que no tiene ni vuelos ni pasajeros, la rifa del avión presidencial o la refinería inacabada de Dos bocas que no va a producir un solo litro de gasolina hasta el 2025. También a los jóvenes les ve la cara de tontos con las Universidades del Bienestar “Benito Juárez” que son casi un enigma de fe.
Lo anterior porque por todos lados se canturrea que existen, pero nadie las ve. Y, en el caso de que las haya, ¿qué empresario serio contrataría a un egresado de esas escuelas ‘patito’? ¡Están peor que la fantasmagórica Universidad Popular Autónoma de Veracruz (UPAV), un entuerto que se inventó el innombrable y Guillermo Zúñiga para robarse el presupuesto engañando a los jóvenes ilusos!
A nivel local, el propio García Jiménez también les juega bromas a los veracruzanos: que no hay pactos con las organizaciones criminales, que pasan días y días sin un solo homicidio, que no se contrató más deuda, que hay justicia para las mujeres veracruzanas porque las titulares del Poder Judicial, del Legislativo y de la Fiscalía son féminas.
También que no es su primo Eleazar Guerrero, el subsecretario de Finanzas y operador del desvío de recursos para la familia, que en cuatro años de administración ha hecho más obra pública que el bienio yunista y los sexenios de la fidelidad y el duartismo juntos. Igualmente ha hecho inocentadas dolorosas como esa de que antes con el exfiscal Jorge Winckler ocurrían cosas peores.
O la del 25 de mayo cuando aseguró que la joven Viridiana Moreno no estaba desaparecida sino resguardada. O que a los niños Jonathan y Eduardo acribillados en Amatlán de los Reyes fueron asesinados por un capo de la droga y no por su policía, o que la niña Magdalena de Atzalan, de once años, pertenecía a una peligrosa banda delictiva junto con su abuelo y por eso fueron tiroteados por la policía.
Otras fueron aquellas cuando anunció que ya habían identificado a los causantes de las masacres del bar “Caballo Blanco” en Coatzacoalcos o de la masacre de Minatitlán en pleno Viernes Santo del 2019, y que no quedarían impunes tales hechos o la que repartiendo vaquillas se iba a pacificar a la entidad. Ah y ahora anda en el afán de otra vez hacer tontos a los veracruzanos con eso de que la zacatecana Rocío Nahle es jarocha. Risas. García Jiménez y López Obrador llevan cuatro años carcajeándose de la ingenuidad de veracruzanos y mexicanos.