T   E   X   T   O

IRREVERENTE

Por Andrés Timoteo

CRAYONES INDOMABLES

Son como siempre, caricaturas irreverentes y atrevidas. En una, la principal de la portada, se ve a una mujer desnuda en labores de parto, aunque no sufre sino sonríe maliciosamente, con su área genital expuesta y abierta por la que van entrando, uno por uno, los mulás – líderes religiosos del Islam -. “Mulás, regresen por donde vinieron”, es el título que la acompaña. ¿Se imaginan en México una viñeta así con los obispos entrando en ‘fila india’ por una vagina? ¡Bendito día!

En otra, una pequeñita mujer aparece incendiando la barba del ayatolá Ruholá Khomeini, el gobernante teocrático de Irán. Otra más muestra al mismo ayatola ahogándose en un mar de sangre e intentando agarrarse de una cuerda que resulta una soga de ahorcado -con la que castiga a los blasfemos-. También lo dibujan con turbante hecho de varias sogas enroscadas sobre su cabeza o sentado en un trono de calaveras y en lugar de manos tiene dos cabezas de serpientes mostrando los colmillos.

Otra viñeta lo muestra pequeñito y bajo las piernas de una enorme mujer que orina sobre él. Estas son parte de las caricaturas ganadoras del Concurso Internacional  #MullahsGetOut (Fuera los mulás, en inglés) lanzado el diciembre por el semanario parisino Charlie Hebdo y que se publicaron esta semana en un número especial para conmemorar el octavo aniversario del atentado terrorista del 7 de enero del 2015.

Hace ocho años, los ‘lobos solitarios’ del Estado Islámico, el grupo terrorista musulmán conocido también como Isis o Daesh, desataron el terror en la Ciudad Luz comenzando por la masacre en la sede de Charlie Hebdo donde los hermanos de origen argelino, pero con nacionalidad francesa,  Chérif y Saïd Kouachi mataron a doce personas.

A tiros y al grito de ¡ Allahu Akbar! (¡Alá es Todopoderoso!) fueron asesinados lo moneros Cabu,  Tignous, Honoré y Georges Wolinski, cuatro de los  pilares de la publicación junto a otros cuatro colaboradores de la revista y un artista invitado. También mataron a los tres policías que resguardaban las instalaciones de la revista, misma que desde meses atrás estaba bajo amenaza.-

Pero la masacre no paró allí, siguió los días 8 y 9 de enero. El ocho, otro seguidor del Estado Islámico, Amedy Coulibaly mató a balazos a una policía municipal en la comuna de Montrouge, al sur de París, y el 9 se atrincheró en un minisúper especializado en productos judíos del barrio 20 tomando rehenes y matando a cuatro de ellos. Fueron tres días de sangre en los que perecieron 17 personas.

Ese fue el preludio de los otros ataques terroristas en Francia, el del 13 de noviembre de ese mismo año en varios distritos de París que dejó 130 muertos y 450 heridos, y el de Niza, al sur del país, el 14 de julio del 2016, con 80 víctimas mortales. Todo empezó en Charlie Hebdo, como un escarmiento a la actividad informativa. Aquel atentado del 7 de enero fue una advertencia casi metafórica: cuando se toca a los periodistas se puede tocar a cualquiera.

A ocho años de distancia, el semanario Charlie Hebdo sigue publicando, con caricaturistas indomables y con un periodismo de viñetas duras,  ácidas y corrosivas que muchos las perciben hasta insultantes, pero esa es la libertad de expresión ejercida a plenitud. Es el periodismo con irreverencia al punto del extremo, hasta llegar a ser provocador, sostienen los analistas.

“Así es la libertad a la que aspiran todos los seres humanos, incompatible con lo arcaico del pensamiento religioso y el sometimiento a toda autoridad supuestamente espiritual, de la que Khomeini es el ejemplo más deplorable”, señala la editorial de la revista cuando lanzó  el concurso internacional para recibir caricaturas sobre Irán bajo el régimen teocrático del ayatolá.

PERIODISMO AL EXTREMO

El objetivo para llamar a una avalancha de caricaturas fue bipartita: por un lado, homenajear a los moneros víctimas del atentado, en su octavo aniversario, y por el otro solidarizarse con las mujeres iraníes que padecen el yugo del régimen musulmán. En septiembre pasado, la joven Mahsa Amini fue asesinada por la policía de la moral luego de ser detenida por llevar mal puesta la burka que es el velo que debe cubrirles el rostro las mujeres.

Desde entonces hay protestas ciudadanas en todo el país islámico que también han tenido una respuesta represiva: la cárcel y la horca por el delito de ‘enemistad con Dios’. “Caricaturistas: apoyen las iraníes y los iraníes que están luchando por la libertad, (ayuden) ridiculizando a su líder religioso de otra época y devolverlo al basurero de la historia”, fue el llamado a los participantes.

El miércoles comenzó a circular la edición especial del semanario con la publicación en papel de 35 de las 300 caricaturas recibidas -otras se pueden ver en la web-. “Los moneros les dan una paliza a los mulás”,  se lee en la portada de Charlie Hebdo que provocó la furia del régimen iraní que advirtió que “habrá consecuencias”, que “el acto insultante e indecente no quedará sin respuesta efectiva y firme”.

Para empezar cerró el Instituto Francés de Investigación en Irán (Ifri), un organismo cultural financiado por el gobierno galo que operaba en Teheran, y exigió al gobierno de Emmanuel Macron sancionar a la revista. “Francia no es Irán, aquí hay libertad de expresión, la justicia es independiente y no existe el delito de blasfemia”, le respondió la ministra francesa de Exteriores, Catherine Colonna.

Hoy como hace ocho años, Charlie Hebdo sigue bajo amenaza de los intolerantes y absolutistas que pretenden callarlo. Y hoy como ayer Charlie Hebdo no se inclina, sigue con sus crayones indomables y como “símbolo de la libertad de expresión aun a costa de sangre y dolor”, como ha dicho su director Riss (Laurent Sourisseau) quien fue herido en la espalda aquel 7 de enero del 2015.  La revista es un referente mundial de eso: de hacer periodismo al extremo.

En diversos puntos de París, incluyendo la sede del semanario, desde es sábado y hasta hoy lunes se realizan homenajes a las 17 víctimas de los atentados terroristas de ese enero del 2015 cuando comenzó el terror en la Ciudad Luz. “Nunca los olvidaremos”, es la frase.