T   E   X   T   O

IRREVERENTE

Por Andrés Timoteo

CIFRAS MOCHAS

Los estudiosos denominan “desaparición secundaria” a la acción de las autoridades para ‘desaparecer a los desaparecidos’ cuando minimizan las estadísticas al fin de bajar el impacto ante la opinión pública. Estos ‘desaparecidos secundarios’ son despojados de todo, no solo de la vida sino hasta el derecho de ser contados/ enumerados.

Eso es lo hizo ayer la fiscala general, Verónica Hernández ante el congreso local y mintió sin recato al asegurar que durante el 2022 se abrieron mil 295 carpetas de investigación por la desaparición de personas y de esas mil 023 se cerraron porque la víctima fue localizada.

El resultado matemático es que el año pasado solo hubo 272 desaparecidos. Una cifra que no llega ni a la cuarta parte de los números que tienen los colectivos. Pero desde el mismo gobierno estatal se tiene la evidencia de las mentiras dichas por Hernández Giadáns.

Seis días antes de concluir el 2022, el 25 de diciembre, la encargada de despacho de la Comisión Estatal de Búsqueda (CEB), Brenda Cerón, informó a que hasta ese momento se tenían 3 mil reportes acumulados de personas desaparecidas y que el 70 por ciento de las víctimas habían sido localizadas -no precisó si todas con vida-.

O sea, 2 mil 100 personas aparecieron, pero 900 no lograron ser localizadas. Es una cifra parecida a la que manejan los colectivos de buscadores que hablan de entre mil y mil 050  desaparecidos durante el año pasado.

La información de la CEB se contrapone a lo dicho por la fiscala cuitlahuista de que solo hubo 272 personas ausentes en el 2022. De un plumazo, como dice el clásico, Hernández Giadáns mochó 628 expedientes. La redundancia movería a la risa sino no fuera una tragedia y un crimen cometido por un servidor público: la fiscala desapareció a 628 desaparecidos.

El caso es sumamente grave pues, ¿dónde quedan esas 628 personas que están ausentes pero que la Fiscalía las niega? Y si no aparecen en la estadística oficial, entonces ¿quién las busca?, ¿quién se ocupa de ellas? Están en en limbo, borradas adrede por la misma autoridad. Eso, se insiste, es una tragedia y un crimen de lesa humanidad.

Tampoco es la primera ocasión en que la fiscala  mutila las cifras de víctimas de la violencia. Desde que asumió -por asalto – la Fiscalía General del estado, se dedicó a minimizar los datos que ponen en evidencia el imperio del crimen.

En su comparecencia del 2020, con apenas cinco meses al frente de la dependencia, admitió que había ordenado reclasificar la tercera parte de los feminicidios por el delito de homicidio doloso.

99 % DE IMPUNIDAD

Ahora, les tocó a los veracruzanos que sufrieron desaparición forzada cuya cifra fue recortada. ¿Qué justicia pueden esperar estas víctimas si son negadas por quien debería estar buscándolas? Mal fario para ellas y para todos los desparecidos del sexenio que corre.

De acuerdo con el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNO), en el país había 109 mil 516 personas ausentes hasta finales de diciembre del 2022. El 6.8 por ciento de esos desaparecidos corresponden a Veracruz donde hay un acumulado de 7 mil 438 personas sin ser localizadas.

La entidad veracruzana se ubica en el cuarto lugar en la lista de estados con más víctimas de desaparición forzada solo por debajo del Estado de México que tiene 11 mil 868 ausentes, Tamaulipas con 12 mil 467 y Jalisco con 15 mil 038. Claro, la estadística del RNPDNO, que depende de la Secretaría de Gobernación, se alimenta con los reportes que les proporcionan los gobiernos estatales.

Por lo tanto, esa estadística también es poco fiable pues la Fiscalía local ‘mochó’ el 60 por ciento de las cifras reales. Pero lo peor está en los resultados ministeriales ya que por los mil 295 expedientes de desaparecidos solo hay ¡¡ 8  sentenciados!!, según lo admitió ayer la propia fiscala.  ¿Cuánto es eso en la aritmética proporcional? El 0.6 por ciento de justicia y el 99.4 de impunidad.

Ante las mentiras de la funcionaria cuitlahuista no se esperaba otra cosa que el desmentido de los integrantes de los colectivos de buscadores que la tacharon de mentirosa, indolente e irresponsable. Las madres buscadoras acusaron que Hernández se ha negado a recibirlas y ha puesto todo tipo de  obstáculos para que los predios donde se han ubicado los entierros ilegales sean excavados y procesados por medicina forense.

A su jefe, el gobernante en turno Cuitláhuac García, literalmente lo llamaron un timador pues su primer acto oficial al tomar el cargo fue declarar emergencia humanitaria por los miles de desaparecidos y anunciar que todos serían buscados como una política prioritaria de su administración, pero mintió. No ha buscado a nadie y los buscadores los abandonó y los desprecia, señalaron.

EL FOTOGÉNICO

Ya van dos veces que Cuitláhuac García posa sonriente para la fotografía al lado de capos del crimen. El enero del 2020 lo hizo en Tierra Blanca con Francisco Navarrete Serna, considerado líder del cartel jalisciense en la Cuenca del Papaloapan. A Navarrete lo asesinaron sus rivales seis meses después de aquella foto, en junio.

En el 2021, García nuevamente se fotografió con otro individuo de esos mismos andares, Fernando Pérez Vega, entonces candidato a la alcaldía de Coxquihui. A Pérez Vega, identificado también como líder regional del mismo cartel pero en el norte de la entidad, lo ejecutaron el fin de semana en el puerto de Veracruz.

Seamos ilusos: ¿qué culpa tiene el gobernante de ser tan fotogénico y que todos lo busquen para retratarse a su lado? Según él, no quiere portarse “chocante” rehusándose a fotografiarse con los mafiosos. Risas. Para García Jiménez las fotos son como los vasos con agua, no se les niega a nadie. Ni a los delincuentes. Más risas.

Ah, y nadie se deje engañar. El partido Fuerza por México perdió el registro y no puede participar en las elecciones del 2024. Pérez Vega hacía faena anticipada para ser candidato a la diputación por el distrito de Papantla por Morena.