TEXTO IRREVERENTE

ANDRÉS TIMOTEO

LE GANA OTRO BRINCO

Ha servido como argumento electoral en al menos los últimos diez años y lo sorprendente es que cada vez que los aspirantes a cargos de elección popular -gubernatura, alcaldías, diputaciones o senadurías – lo reciclan hay incautos que les creen y les aplauden. Ahora, la promesa de reubicar la caseta de peaje de Fortín de las Flores sobre la autopista Córdoba-Orizaba es desempolvada nuevamente a fin de ganar simpatías y potenciales votos.

Lo hizo el legislador minanteco Sergio Gutiérrez Luna quien se viste de magnánimo y dice lo que quieren escuchar los habitantes de la zona centro sobre esa aduana vehicular. No que la eliminarán, como había sido la exigencia recurrente, sino que a muy largo plazo verán si la reubican en otro punto. Por lo pronto, anuncia que verán que les cobren de forma más rápida a los usuarios.

Curioso asunto, ya el tema no es el desplume financiero a los transportistas que deben pagar por usar una vía llena de baches y deficiencias, sino que ahora es combatir el ‘cuello de botella’ que se forma para usar el peaje. Es lo que quieren oír los desocupados dirigentes de las cámaras empresariales en la región: pagar más rápido cuando el tema debería ser dejar de pagar. Vaya, hasta exigen instalar más módulos para que se acelere el cobro.

Los estudiosos definen tal comportamiento como la “filosofía de los mediocres” pues no piden sacudirse las cadenas sino que las hagan más largas o con más eslabones. Otros lo han llamado la “solución de los derrotados” como se dijo sobre otros veracruzanos hace casi 23 años:  los pobladores de la zona norte del estado tras las inundaciones históricas de 1999.

Después que los ríos desbordados arrasaron poblados enteros y cobraron la vida de cientos de personas,  unos lugareños le pidieron al entonces presidente Ernesto Zedillo durante un recorrido en la zona de desastre que construyera escuelas y salones comunitarios más amplios para que pudieran albergar más gente  para otras inundaciones. No le exigieron investigar la apertura de las presas que saturaron los ríos ni  castigar a los funcionarios que tampoco advirtieron sobre el peligro.

Tampoco le pidieron reconstruir puentes, caminos y ni siquiera sus viviendas sino que hiciera lugares más espaciosos donde pudieran refugiarse en otras catástrofes. Se asumen derrotados y piden limosnas a los gobernantes, dijo en aquel tiempo un analista. Es cierto. Hoy eso mismo les pasa a los cordobeses, fortinenses, orizabeños y demás que piden cajeros  adicionales en lugar de eliminar el peaje, los domina la  filosofía de los mediocres.

Según el comunicado del presidente de la mesa directiva de la Cámara de Diputados,  la paraestatal Caminos y Puentes Federales (Capufe) aplicará “medidas extraordinarias” para agilizar el cobro, entre ellas las “casetas móviles”. Entonces a nadie se extrañe que pronto vean a empleados que con una maquinita en mano o una bolsa de monedas a la cintura caminando entre la fila de vehículos cobrando el peaje, como si fueran vendedores ambulantes.

Todo para conceder el antojo a los urgidos por seguir pagando y para promocionar a Gutiérrez Luna rumbo a los comicios del 2024. Aún así, hay que darle dos puntos positivos al diputado minanteco. Uno, porque fue el único que atendió a los habitantes de la zona centro e hizo el planteamiento del tema ante Capufe lo que ninguno de los legisladores de la zona se ha molestado en hacer ni tampoco los alcaldes ni mucho menos el gobernante estatal, Cuitláhuac García, quien -por cierto- lo repudia y le armó una campaña de golpeteo en la prensa pues amenaza la postulación de la zacatecana Rocío Nahle para la gubernatura en el partido Morena.

“No es de acá y solo se viene a placear”, le acaba de espetar de forma despechada después de que el pasado fin de semana realizó un foro multitudinario en Minatitlán que deslució a otra reunión convocada por los seguidores de Nahle. Empero, en los tres años que lleva gobernando, García Jiménez  nunca ha regresado a la región centro ni si quiera a explicar a los habitantes que no cumpliría la promesa que hizo en cuatro ocasiones de eliminar la caseta de peaje de Fortín de las Flores.  Ahí, al menos en las formas y en la gestión, su ahora odiado, Gutiérrez Luna le volvió a ganar el brinco.

El otro punto a favor del diputado es que se contuvo y no mintió descaradamente como lo hizo Cuitláhuac García en el 2018 al incluir en esa promesa a la caseta de La Antigua, en la autopista Veracruz-Jalapa. “Se va por qué se va”, aseguró García Jiménez en mayo del 2018 a sabiendas que esa vía no la administra el gobierno sino una empresa privada que tiene una concesión por sesenta años. No mentir, no robar y no traicionar, ¿no es esa la cantaleta de los morenos?

EL CONSUELO DEL JODIDO

Hablando del ínclito, el gobernante en turno se lanzó verbalmente contra el juez de distrito que concedió el amparo al secretario del Senado, Juan Manuel del Río Virgen y acusó que en su decisión hubo “mano negra del influyentismo” aludiendo nuevamente al zacatecano Ricardo Monreal -otro que le ha ganado varios brincos – de maniobrar para que se obtuviera tal sentencia.

Y de ahí se fue como ‘hilo de media’ con una perorata que debió provocar carcajadas entre abogados y jurisconsultos pues repitió toda las conjeturas que en su momento formuló el juez local – a su servicio- para meter en prisión a Del Río. A la par, la fiscala Verónica Hernández hizo lo propio al anunciar que controvertirán el amparo. Y todos a reír: ¡¡pidió al juez federal que se apegue a derecho!!, cuando ella sabe de leyes lo mismo que de ética.

Y ríanse más: también pidió ¡¡respeto a los derechos humanos de las víctimas!! Y hasta citó a Benito Juárez. Ni la burla perdona pues la señora clama por todo lo que ha atropellado en este y en otros procesos ministeriales. En fin, tanto el gobernante como su fiscala saben que tarde o temprano tendrán que abrir el cerrojo de la mazmorra y por eso ambos aplican otra filosofía muy propia de los jarochos: “el consuelo del jodido es hablar”.