TEXTO IRREVERENTE

ANDRÉS TIMOTEO

PIFIA TE LLAMAS

A la senadora panista -hoy “temporalmente” con licencia -, Indira Rosales San Román no le cuaja ni la gelatina. Ya cometió la segunda pifia política en apenas dos meses y con alcances nacionales. La primera fue a inicios de septiembre cuando se adhirió al recibimiento caluroso que en el senado le dieron al dirigente del partido ultraderechista español, Vox, con respaldo incluido a la ideología neonazi.

Vaya, a Rosales San Román le caería bien ver el documental de la televisora alemana Deutsche Welle (DW), “Núremberg y los crímenes nazis”, recientemente difundido -y en este espacio citado la semana pasada- para que se instruya sobre lo que representa la ideología fascista que abrazó sin cortapisa ni rubor.

Tanto ella como el otro senador veracruzano también panista, Julen Rementería, autor de ese acto propagandístico a favor de Vox, son claros ejemplos de lo que en sociología política se llama ‘regresiones’, es decir cuando se han superado etapas nefastas en el quehacer político-gubernamental pero hay quienes maniobran para regresar a un régimen pasado a pesar de que éste sea dañino.

Y todavía no se secaba la tinta que ocupó aquel escándalo ideológico y generó otro de tipo estratégico: pidió licencia a la curul para ocuparse de la grilla local interna pues quiere ser secretaria general del comité estatal de su partido y con esto le engrosó la bancada al Movimiento Regeneración Nacional (Morena).

La suplente, Fabiola Vázquez Saut, apenas rindiendo protesta abandonó el blanquiazul para sumarse al partido marrón. Fue, quizás, el acto chapulinesco más rápido de la historia, y con este sumaron tres bajas en la cámara alta para Acción Nacional -los otros fueron los de Martha Márquez quien renunció a su militancia el viernes pasado y Gustavo Madero quien solo se salió de la fracción parlamentaria el 27 de septiembre -.

Claro, lo hecho por la señora Vázquez Saut no causa sorpresa porque ha acostumbrado junto con su hermana, Regina Vázquez, a brincar de partido en partido a conveniencias personales. Ellas comenzaron en el PAN luego de la muerte de su padre, el famoso pistolero apodado el “Cacique del Sur”, Cirilo Vázquez, luego se hicieron fidelistas, más tarde formalizaron su adhesión al Revolucionario Institucional, después regresaron al albiazul, en la ultimas elecciones fueron del Partido Fuerza por México y ahora aterrizaron a Morena.

¿El resultado de todo ese periplo partidista? Para el pueblo nada, para los partidos tampoco. El beneficio ha sido unilateral pues las hermanas Vázquez Saut ha sido en los últimos quince años dos veces alcaldesas de Acayucan, varias ocasiones diputadas, ahora una es senadora , además de incidir en la política local colocando gente cercana en administraciones municipales del sur. Ayer con otros y hoy con Morena.

Pero regresando al tema de la señora Rosales, su salida del Senado provocó nuevamente un brete para el partido azul y varios de sus camaradas legislativos la acusaron de priorizar sus intereses en la aldea sin importarle que regalara un asiento al morenismo en plena temporada de enfrentamiento parlamentario por los temas en la agenda, entre ellos la reforma al sector eléctrico. Una de sus críticas fue la exprimera dama y actual diputada federal, Margarita Zavala.

Ante el entripado que provocó en en panismo del altiplano, Rosales San Román intentó justificar que su licencia de separación solo es por un mes y que en diciembre está más puesta que un calcetín para regresar a sentarse a la cámara alta. Solo faltó pedir que le agradecieran porque rescatará la curul para los azules.

Por supuesto que esa justificación es tan insulsa como la que hizo luego de firmar la “Carta de Madrid” con la que abrazó la ideología y postulados pro-nazis de Vox. ¿Se acuerdan que se dijo engañada por Julen Rementería? Tal vez el exalcalde panista le puso una pistola en la sien para que rubricara el documento. Ahora, ¿quién la habrá obligado a salirse del senado? Obvio, los Yunes, aunque a ellos no los pude culpar directamente. En lugar de eso, recurrió al manual de Cantinflas alegando que “se fue pero no se ha ido”. Risas.

Cero y van dos pifias al hilo, y ambas con repercusiones nacionales para su partido político. Rosales es todo un caso de estudio pues logra impactos en el altiplano aun cuando es demasiado gris como legisladora -no ha presentado una sola iniciativa trascendental, sus intervenciones en tribuna nadie las escucha, su participación en las comisiones y en los entretejidos políticos son nulos – y como activista local tampoco tiene más asidero que ser un alfil obediente de quienes encabeza la corriente política que la escuda.

Esa será la secretaria general del panismo veracruzano y su par, el exalcalde terrablanquese Tito Delfín que ocupará la presidencia. Más risas. Ven cómo el panismo estatal -al igual que el nacional- está en crisis y no tiene oferta política, ideológica y ni siquiera de líderes auténticos para su militancia. ¿A poco creen que atraerán a los ciudadanos con tremendos ejemplares al frente?

YA REBASÓ SU LÍMITE

El gobernante en turno, Cuitláhuac García, ofreció el 8 de julio del 2018, una semana después de ganar los comicios -ojo su compromiso ya no fue como candidato sino como virtual gobernador electo – de que en dos años estaría pacificado Veracruz por medio de la depuración de la policía, la contratación y capacitación de nuevos agentes, la colaboración con la administración federal y el combate a la corrupción.

Durante los meses siguientes, previos a su toma de posesión, repitió tal promesa. Ya no habrá pactos con el crimen organizado, dijo. Se hará juicio político y se echará al fiscal yunista, Jorge Winckler, afirmó -es lo único que cumplió aunque sin enjuiciamiento político- y Veracruz será otro. ¿Qué es lo que hizo? ¡Traer al oscuro neoleonés Hugo Gutiérrez Maldonado para hacerse cargo de la seguridad pública”, Y ahí están los resultados.

Ya se cumplieron los dos años que puso como plazo y se adicionaron otros doce meses pero Veracruz sigue ardiendo. Peor aún, en las vísperas de su tercer informe hubo una balacera en Jalapa con varios muertos, la mafia ‘ejecutó’ al hermano del exsecretario de Seguridad en el alemanismo, se cometieron tres feminicidios, los secuestros siguen imparables al igual que las extorsiones y los homicidios dolosos. García Jiménez ya rebasó su propio límite.