ANDRÉS TIMOTEO
ARMA DE DOS FILOS
Hoy comienza la decena regresiva para la consulta de revocación de mandato presidencial del tabasqueño Andrés Manuel López Obrador. El domingo 10 de abril, los 93 millones 671 mil ciudadanos inscritos en el padrón electoral están convocados para ir a emitir su opinión para dar por terminada la gestión lopezobradorista o permitirle que concluya su periodo constitucional en el 2024. Todo hace suponer que ganará la segunda opción.
Claro, no es que la gente se vaya a volcar nuevamente en las urnas para refrendar al tabasqueño sino porque el ejercicio ciudadano fue pervertido. Para empezar, debió ser solicitado por la ciudadanía y no por el propio implicado, López Obrador, y su partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) que fueron los que hicieron el trámite.
Vaya y el proceso fue tan desaseado que se obligó a miles de burócratas y beneficiarios de los programas sociales a firmar la solicitud chantanjeándolos con el despido o su exclusión de los apoyos financieros, aunque ni eso les fue suficiente porque en los legajos presentados al Instituto Nacional Electoral (INE) se detectaron rúbricas falsas y hasta credenciales con la fotografía de perros. Cochinos desde el inicio, pues.
Luego vino el jaloneo por el presupuesto y los ataques al INE al que pretendieron obligar a organizarla sin darle dinero y así tener el pretexto ideal para atribuirle el fracaso. De los casi 3 mil millones que deberían invertirse finalmente se ejercerán mil 692 millones de pesos, casi la mitad. Después, el partido de Estado y la presidencia misma convirtieron la Consulta de Revocación en una de “ratificación” y desplegaron una campaña masiva con el uso del aparato gubernamental de los tres niveles -federal, estatal y municipal – para llamar a votar a favor de la permanencia de López Obrador.
Y no pararon allí ya que desde el mandatario federal hasta gobernadores, legisladores, alcaldes y funcionarios menores decidieron atropellar las leyes vigentes para hacer campaña a favor de la “ratificación” pesar de que la norma les impone una veda -silencio- en la difusión de actos de gobierno a fin de evitar que el electorado sea condicionado.
Esa es, quizás, la paradoja más lamentable pues los morenistas llegaron al poder luego de muchos años de acusar que el aparato de Estado se utilizaba en gobiernos pasados -de priistas y panistas – para hacer fraude en las elecciones con la difusión de programas sociales, el uso del dinero público y los cargos de poder a fin de orientar el voto ciudadano, ¡y eso es precisamente lo que ellos están haciendo de forma descocada! Violan la ley y lo festejan como si delinquir fuera una hazaña.
El propio López Obrador ha dado ejemplo del desacato ya que por más medidas precautorias, apercibimientos y llamados que tanto el INE como el Tribunal Electoral de Poder Judicial de la Federación (TEPJF) le ha dirigido a fin de detener su proselitismo, no ha obedecido. Hasta inauguró el aeropuerto de Santa Lucia, el pasado 21 de marzo fingiendo ser “invitado de honor” cuando era el centro del evento y en el mismo se promovió abiertamente la “consulta de ratificación”.
Algo muy importante a tener en cuenta es que la consulta popular para revocar el mandato presidencial debe ser un tesoro democrático para los mexicanos, pero lo malo es que en este primer ejercicio fue pervertido por sus mismos impulsores. No obstante, tampoco es rara esta deriva pues la historia enseña que las consultas populares, referéndums y plebiscitos son armas de doble filo: ayudan a la democracia o a las dictaduras.
Venezuela y Bolivia son los ejemplos más recientes en América Latina de cuando las consultas populares se convierten en instrumentos para monopolizar y eternizarse en el poder. El venezolano Hugo Chávez y el boliviano Evo Morales las usaron para mantenerse en los cargos manoseando y manipulado los procesos como ahora se hace en México. Al primero solo lo detuvo la muerte pues de seguir vivo continuaría en la silla presidencial y al boliviano lo echaron de la presidencia con un golpe de Estado, si no continuaría reeligiéndose y periódicamente “ratificándose” con plebiscitos a modo.
VENENO PURO
En México la consulta de revocación no hará que el caudillo tabasqueño se reelija -no…por ahora – pero sí es usada para recrear un escenario donde él se siente a gusto: como candidato en campaña. Sin embargo, igualmente hay una doble arista pues si bien es un hecho que López Obrador no perderá la consulta, la cuestión es ¿con cuántos votos la ganará? Teóricamente está obligado a obtener los mismos 30 millones de sufragios del 2018. De no hacerlo será un fracaso indicativo.
Por otro lado, también fallará si no votan al menos 37.5 millones de mexicanos que serían el 40 por ciento del padrón, el porcentaje obligatorio para que la consulta sea vinculante o sea que se declare procedente. Si no acude a votar esa cantidad de personas será otro fracaso simbólico. Además, no hay que olvidar que el primero de agosto del 2021 se hizo una consulta similar para enjuiciar a los expresidentes y apenas acudieron a sufragar 6.6 millones de ciudadanos, menos del 8 por ciento del padrón electoral.
Por cierto, ya pasaron casi ocho meses de aquella consulta y de que López Obrador anunció que a pesar de la escasa votación acataría el mandado de juzgar a sus antecesores, pero ninguno está bajo proceso judicial. Al día siguiente de aquel primero de agosto, los legisladores de Morena anunciaron la instalación del “tribunal del pueblo” para someter a la ley a Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña pero estos impunes pues todo fue una mascarada.
En fin, así están las cosas a diez días de la votación evaluativa. Empero, hay que destacar una cosa: aun cuando la consulta de revocación del mandato presidencial está viciada de origen, su vigencia en la Constitución será un legado valioso ya que ese instrumento podrá utilizarse en los sexenios venideros. La democracia participativa bien cuidada y bien llevada -evitando procesos manoseados y desacatos de los funcionarios como ocurre ahora- es veneno puro para los autócratas. Ah, y el segundo paso después del 10 de abril será defender al INE frenando a los totalitarios que irán en su contra.