ANDRÉS TIMOTEO
LOS ‘PANDEMIALS’
Una buena nueva que se dio en la semana que concluye es que la investigadora y catedrática Rossy Lorena Laurencio Meza fue ratificada como directora de la Facultad de Ciencias de la Comunicación (Facico) para otro periodo de cuatro años, es decir que estará al frente del ‘alma mater’ hasta el 2026. Ella tomó las riendas de la querida Facico el 9 de febrero del 2018 y en los dos años recientes le tocó enfrentar una de las situaciones más difíciles del último siglo: lidiar con la pandemia de la Covid-19.
No solo tuvo al pendiente de la plantilla de docentes y alumnos por la cuestión sanitaria sino también maniobró para que la formación académica no se estropeara. Durante dos años todos fueron enviados a un confinamiento obligado y como sucedió en todas las instituciones educativas del mundo de pronto tuvieron que echar mano de las herramientas virtuales para evitar que la peste no diera al traste con la preparación de los futuros comunicadores, periodistas, publicistas, docentes e investigadores.
A la doctora Laurencio le tocó una tarea que no enfrentaron ninguno de sus antecesores pues la Facico tiene 68 años -fue fundada el 22 de febrero de 1954 – y en ese tiempo no hubo una contingencia de tal magnitud como la pandemia de Coronavirus y supo manejar la contingencia sanitaria para menguar el perjuicio a la comunidad estudiantil y el profesorado.
Desde este mes de abril, el 40 por ciento de los profesores retornó a las aulas en la llamada ‘modalidad híbrida’ para la impartición de clases y para lograrlo se adaptaron algunas aulas a fin de que los maestros ofrezcan sus cátedras de manera semipresencial, le dijo la directora al diario La Silla Rota en una entrevista reciente.
Señaló que son “cuatro salones adaptados para clases híbridas con computadoras, cámaras, micrófonos y pizarrones para que los profesores den clases presenciales con un grupo reducido de alumnos para que se guarde la distancia entre ellos. A la par se darán clases virtuales a través de la paquetería de Teams a quienes no asistan a las aulas”.
A los actuales estudiantes de la Facultad de Ciencias de la Comunicación igual que a los otros millones de jóvenes que en todo el mundo cursan sus carreras universitarias y quedaron atrapados por la pandemia de Coronavirus ya se les conoce como la ‘generación de la pandemia” o “ universitarios pandemials” porque llevarán tatuados en la memoria la etapa del encierro, de la distancia personal, del cubrebocas, de la vacuna, de las clases a distancia y del teletrabajo.
SÍNCRONOS Y ASÍNCRONOS
Los ‘Universitarios Pandemials’ fueron arrojados de sopetón a la práctica digito-virtual por la emergencia pandémica y ahora, según coinciden todos los estudiosos, la universidad se deberá reinventar y actualizar sus métodos pedagógicos porque la ruta base son las TIC o seas las Tecnologías de la Información y la Comunicación. El mundo post-pandémico y, por lo tanto el universitario, ya se comenzó a regir por ellas. Aun cuando se retorne a las clases presenciales y a la pizarra manual, ya no hay marcha atrás en cuanto a la formación universitaria para el nuevo contexto global-virtual.
Aquí hay dos frases claves que se deben agregar al vocabulario de todos: formación síncrona y asíncrona. ¡¡¿Qué dijo?!! Sí, aunque suenen a lenguaje extraterrestre no son otra cosa que la enseñanza en la que coinciden alumno y maestro en el mismo tiempo o espacio -la síncrona- y la que los dos no coinciden pues uno y otro se conectan en otro lugar y a otra hora -asíncrona-, pero ambas tienen el mismo objetivo que es enseñar y aprender.
Ojo, que lo anterior va más allá de una video-clase o conferencia telemática sino que interviene los factores de simultaneidad o discordancia. O sea, el maestro debe impartir la cátedra y el alumno atenderla aunque no sea al mismo tiempo sino de manera diferenciada. Para el estudiante ‘pandemial’ será obligada una buena dosis de autodidactismo. Los ‘pandemials’ de la UV tendrán también un campo laboral igual, hiperconectado, y los egresados de las carreras universitarias en el 2021 y 2022 abrirán camino a golpe de bits, teclazos y creatividad. Ni modo.
A las primeras generaciones post-pandémicas de la Facico ya las guía la doctora Rossy Lorena en cuanto a su etapa académica, aunque para algunos de ellas hay bemoles tan interesantes como valiosos: los que se dediquen al periodismo no siempre estarán condenados al teletrabajo apoltronados en su casa sino que la dinámica de la profesión los echará a la calle a buscar “la noticia en el momento que sucede” -así meramente como el lema de NOTIVER-. Tal es lo fascinante del oficio, el periodista debe ser testigo ‘in situ’ de lo que acontece y muchas veces escribirlo sobre las rodillas.
PREMIER TOUR
El domingo próximo, Francia celebrará la primera vuelta -premier tour- de las elecciones para elegir al doceavo presidente de la Quinta República y 47.9 millones de ciudadanos están convocados a la urnas. Hay doce candidatos que aparecerán en las papeletas, entre ellos cuatro mujeres, aunque la verdadera contienda se reduce a tres: el actual presidente Emmanuel Macron que busca reelegirse bajo las siglas de su partido, La República en Marcha, la ultraderechista Marine Le Pen de Agrupación Nacional y el izquierdista Jean-Luc Mélenchon de La Francia Insumisa.
Macron encabeza las encuestas con una preferencia de entre 25 y 27 por ciento pero está a solo entre cinco y siete puntos de Le Pen que tiene 20 y y 22 puntos. Mélenchon tiene el 15 por ciento. Quedó rezagada y muy atrás Anne Hidalgo, de origen español y actual alcaldesa de París del Partido Socialista. Algunos esperan que Mélenchon, eterno candidato de izquierda, dé la sorpresa y haga la hazaña de sobrepasar a Le Pen y llegue a la segunda vuelta.
Sin embargo, de nuevo hay riesgo de que la candidata de la extrema derecha pase a la segunda vuelta y pueda acopiar votos para dar un susto para el 24 de abril. Macron y Le Pen ya se enfrentaron en las segundas votaciones del 2017. La guerra en Ucrania por supuesto que ha influido en la campaña presidencial pues Macron creció en popularidad al encabezar la representación europea en las condenas y sanciones a Rusia y Le Pen es pro-Vladimir Putin como hace cinco años fue pro-Donald Trump, siempre admiradora de los déspotas.