TEXTO IRREVERENTE

ANDRÉS TIMOTEO

LECTURAS

Las cifras obtenidas en la consulta revocatoria del domingo son interpretadas -y acomodadas – a conveniencia según las filias y fobias hacia el tabasqueño Andrés Manuel López Obrador, es decir que son buenas o malas de acuerdo a sus simpatizantes u opositores. Sin embargo, las matemáticas son frías   y hay lecturas insoslayables sobre todo si se arropan con el contexto. Brevemente, algunas son las siguientes:

El resultado no es vinculante, es decir no tiene consecuencia legal porque solo acudió a votar el 17.7 por ciento cuando legalmente se requiere el 40 por ciento de los inscritos en el padrón electoral. Fueron 17 millones de mexicanos los que acudieron a las mesas de votación y de ellos 15 millones 100 mil lo hicieron a favor de que López Obrador continúe en el cargo.

Por dónde se le vea, ese número es un fracaso. Es menos de la mitad de los 31 millones que obtuvo en los comicios del 2018 y eso que ahora dispuso de todo el aparato de Estado para hacerse propaganda, orienta y presionar el voto a su favor. Además López Obrador no tuvo oponentes en la boleta electoral y fue el único personaje sometido a votación, y ni siquiera por eso igualó las cifras de hace tres años.

Los morenistas afirman que esos 15.1 millones de votos es su “voto duro” para el 2024 y pregonan con eso que ya son imbatibles, aunque tal lectura es demasiada forzada. Por una parte, López Obrador no estará en la papeleta del 2024 y por otro lado falta estimar una variante que podría ser demoledora del proyecto lopezobradorista: no está considerado Luis Donaldo Colosio Riojas, el posible aspirante presidencial que ya desde ahora, sin hacer campaña, iguala a todos los precandidatos marrones y que de  postularse echaría a perder todo el proyecto sucesorio de la llamada “cuarta transformación”.

Por último, el álgebra demuestra que el costo unitario de cada uno de los 17 millones de votos del domingo salieron en 99 pesos considerando el presupuesto que destinó el Instituto Nacional Electoral (INE) que fue de mil 692 millones de pesos, pero de acuerdo a lo estimado por los analistas financieros respecto al peculio que fue desviado por los gobiernos federal, estatales y municipales -que no bajaría de 10 mil millones de pesos-, cada uno de los 15.1 millones de votos  para “ratificar” a López Obrador tuvo un costo de662 pesos, seis veces más caro.

MUJERES EMPODERADAS

En las redes sociales hay chunga por un video que la secretaría estatal del Trabajo y supuesta hermana del gobernante en turno, Dorheny García Cayetano subió en el aparecer bailando alegremente una canción pegajosa y haciendo movimientos voluptuosos. Esa señorita no conjura una huelga ni aboga por los trabajadores pero sí danza a gusto en el TikTok, la red social de moda para los desocupados.

Pues bien, sobre tal video han hecho un alboroto los detractores del cuitlahuismo acusando que los funcionarios estatales se dedican a la frivolidad y no a desquitar los jugosos sueldos. Hay que agregar que no es la única servidora pública que le gusta exhibirse bailoteando o cantando en el TikTok pues también hay otros cuitlahuistas haciendo lo mismo. Vaya, hace tiempo corrió un video en el cual el propio Cuitláhuac García danzaba alegremente junto a dos mozalbetes.

El caso es que entre los principales críticos del video de la secretaria García Cayetano están los panistas y especialmente los yunistas, pero esos son desmemoriados porque en su momento hubo otra damisela que hacía ese mismo tipo de videogragaciones en las que exhibía alegremente su felicidad de disfrutar la abundancia en las redes sociales. ¿No se acuerdan cuando la actual senadora Indira Rosales San Román siendo secretaria de Desarrollo Social  se filmaba en videos cantando dentro de las camionetas oficiales del gobierno estatal?

Mientras estuvo en el cargo público, Rosales no sacó a un solo veracruzano de la pobreza ni contribuyó a disminuir los rezagos sociales en las comunidades rurales, pero sí mostraba en las redes sociales su alegría por hacer fiesta con los recursos estatales. La panista antes y la morenista hoy son mujeres empoderadas que sin empacho exhiben al mundo su banalidad. Entonces, ¿de que se escandalizan los yunistas?

LOS SEPULTUREROS

Siguiendo con los yunistas pero ahora los rojos, es hilarante que la campaña de denuesto que se ha enderezado contra el actual dirigente del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en Veracruz, Marlon Ramírez Marín tenga como principales instigadores a Héctor Yunes Landa y José Yunes Zorrilla, los perdedores históricos del tricolor.

A Ramírez Marín lo quieren correr del Comité Directivo Estatal por los parcos resultados en las elecciones extraordinarias realizadas en cuatro municipios el pasado 28 de marzo, pero ninguno de esos dos Yunes se apersonó para apoyar a las campañas de los aspirantes priistas. Al contrario, el peroteño Yunes Zorrilla ni  enterado se dio mientras que Yunes Landa respaldó soterradamente a candidatos ajenos del tricolor.

Lo hizo con los postulados por el ya desaparecido Todos por Veracruz, un partido local que Yunes Landa impulsó para hacerle competencia al Revolucionario Institucional, pero que ni siquiera alcanzó el 3 por ciento de la votación general en los comicios del 2021 y perdió su registro estatal aunque se le permitió presentar candidatos a las extraordinarias. El sueño de tener un partido propio en el que anclar futuras candidaturas se le frustró al exdiputado y ex senador.

Empero, lo más risible es que ambos, Yunes Landa y Yunes Zorrilla se abalanzan contra Ramírez Marín cuando ellos son los verdaderos sepultureros del PRI. En los comicios del 2016, Yunes Landa apenas si obtuvo 929 mil votos como candidato a la gubernatura siendo el primer priista en perder dicha contienda en toda la historia del partido, y en las elecciones del 2018, Yunes Zorrilla mandó al tercer lugar al tricolor con apenas 528 mil sufragios.

Ambos culparon a su antecesor, Javier Duarte de que la gente los despreció en las urnas, pero el cordobés en el 2010 acopió un millón 357 mil sufragios, casi la votación de los dos juntos. Entonces, ¿con qué cara le recriminan a Ramírez Marín la pérdida de cuatro municipios donde el universo de votos es de 33 mil 700 votos? Estos señores no tienen memoria ni compostura verbal.