ANDRÉS TIMOTEO
EL COSTO HÍDRICO
Ayer fue el Día Mundial de la Tierra, fecha fijada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para hacer conciencia sobre la importancia de la ‘casa común’ donde vivimos que hoy está casi colapsada por los excesos humanos. El cambio climático, la destrucción de ecosistemas, la contaminación de mares y ríos y la sobreexplotación del suelos es el saldo nefasto de la voracidad humana.
En el rubro del agua, la misma ONU emitió en octubre pasado la alerta oficial por la inminente “crisis del agua” basada en los pronósticos de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y advirtió que ésta podría pasar a ser catástrofe global pues a mediano plazo al menos nueve países agotarían sus reservas acuíferas y otros 107 sufrirían un ‘estrés hídrico’ sin precedentes en esta era.
En pocas palabras, se quedarían sin agua y entonces se cumpliría aquella profecía que de tanto repetirla hasta parece un mito urbano: las próximas guerras serán por el agua, ya no por petróleo u oro. Pues bien, se toca el tema del agua porque ahora en Veracruz andan muy contentos los funcionarios morenistas pregonando la instalación de la una planta en el poblado Vargas de la cervecera estadounidense Constellation Brands.
De pura bonanza hablan el presidente Andrés Manuel López Obrador y el gobernante estatal, Cuitláhuac García sobre la instalación de la factoría. El tabasqueño estuvo de gira por la entidad para pregonar la inversión norteamericana junto con el embajador de Estados Unidos, Kent Salazar. Aplauden que la fábrica inyectará un capital de mil 300 millones de dólares y generará 2 mil empleos directos y 10 mil indirectos. Vaya, hasta parece el ‘sueño americano’ que se materializaría en el terruño.
Por supuesto que el asunto tiene mucho de adorno y artificio. En realidad lo que buscan es ‘dorarle la píldora’ a los habitantes de la conurbación Veracruz-Boca del Río-Medellín de Bravo que serán los que al final paguen el costo hídrico de la operación de esa cervecera. Para empezar, no serán 2 mil los empleos generados sino apenas 750 que son los mismos que se programaron para Mexicali, Baja California, donde inicialmente se iba a ubicar dicha factoría.
En el programa operativo que Constellation Brands presentó a las autoridades municipales y estatales bajacalifornianas no se preveían más de esos empleos para equilibrar el costo de la producción. Así que no se emocionen los jarochos de que tendrán vacantes de sobra. Empero, lo más grave es el costo hídrico -como se dijo líneas arriba – pues la cervecera será como una enorme bomba succionadora de agua que drenará el ya casi agotado río Jamapa de donde se toma el líquido para distribuirlo a miles de hogares en la conurbación.
De acuerdo a un estudio publicado el año pasado por la World Wildlife Fund (WWF) para producir un litro de cerveza se necesitan aproximadamente de 155 litros de agua, es decir en una sola botella de cerveza se consumiría más de lo que un hogar necesita de agua por día que son 142 litros según la Fundación Aqua y el proyecto de Constellation Brands será generar como mínimo mil 200 botellas diarias. O sea cada día absorberá el equivalente del agua para mil 310 hogares.
En Mexicali no permitieron la instalación de esa transnacional – la echaron luego de una consulta popular – porque iba a absorber 20 millones cúbicos de agua cada año del río Colorado, lo que equivaldría al abasto para 800 mil habitantes. Mexicali tiene una población de un millón 033 mil habitantes y la operación de la cervecera le robaría el abastecimiento al 80 por ciento de su población.
GUERRA DE LAS CUBETAS
En los municipios de Veracruz, Boca del Río y Medellín de Bravo hay 860 mil habitantes y todos dependen del Río Jamapa para el abastecimiento de agua potable por lo que el ‘estrés hídrico’ se duplicará con la operación de Constellation Brands. Salvo -ojo con esto – que solo se trate de una fábrica de botellas de vidrio como se había difundido meses antes, pero si es la producción de cerveza, la misma requerirá una cantidad de líquido equivalente a lo que consumen todos los hogares de la zona conurbada. Así de simple.
¿Cuál será el impacto directo a cada familia porteña, boqueña y medellinense? Se disparará la escasez de agua, serán más frecuentes los cortes del servicio y el famoso ‘tandeo’, el precio del recibo se elevará y llegará el momento de que las casas pasen por días sin que escurra gota por el grifo. Eso ya ha sucedido, sino hay que preguntarle a los habitantes de Nava, Coahuila y Ciudad Obregón, Sonora donde hay otras dos plantas de Constellation Brands y la gente hasta tiene que recolectar agua de lluvia con cubetas y tinacos porque hay semanas en las que de la llave solo sale líquido dos días, si bien les va.
La transaccional no puede repetir en Veracruz el alegato esgrimido en Mexicali de que perforará pozos profundos porque el manto es salino por la proximidad por el mar e instalar una desalinizadora elevaría en mil por ciento sus costos. Entonces, el agua la tomará forzosamente del Jamapa, afluente ya sobre-explotada y que casi no da para el abasto óptimo de la conurbación.
El río Jamapa se alimenta de los glaciares del volcán Pico de Orizaba que han perdido su extensión en un 70 por ciento de 1950 a la fecha de acuerdo con el Programa de Estudios de Cambio Climático de la Universidad Veracruzana (PECCUV) y por el calentamiento global en menos de una década podrían quedar mermados casi en su totalidad. ¿De donde escurrirá el agua para el Jamapa entonces? He ahí la cuestión. Habrá una guerra a cubetazos por el Jamapa entre la gente y la cervecera gringa.
Y un dato de la terca memoria: desde septiembre del 2009 el entonces Sistema de Agua y Saneamiento (SAS) comenzó a cobrar el impuesto del 1 por ciento en el recibo de consumo de agua potable en la conurbación con el fin de financiar la reforestación del bosque en las faldas del Pico de Orizaba y así prevenir que se continuará derritiendo los glaciares. Cuando desapareció el SAS, las empresas concesionarias Grupo MAS y CAB continuaron con el cobro de ese impuesto. A la fecha se habrían recabado al menos 40 millones de pesos, pero no hay un solo pino sembrado. ¿Dónde quedó el dinero? Se lo robaron los priistas fidelistas-duartistas y los panistas-yunistas que controlan los organismos.