ANDRÉS TIMOTEO
FRIJOLES CON GORGOJO
La postal está que ni mandada a hacer: tres de los funcionarios estatales que más han zarandeando a los periodistas, comenzando por el gobernante en turno Cuitláhuac García, riendo en la mesa principal durante una comilona ofrecida a los reporteros jalapeños con motivo al Día de la Libertad de Expresión. Los acompañantes de García fueron el secretario de Seguridad Pública Hugo Gutiérrez y la fiscala Verónica Hernández.
Por ahí se coló el coordinador de Comunicación Social, Iván Luna, aunque es un personaje tan anodino que ni se notó -como siempre-. Vaya, al ágape celebrado en las instalaciones de la Secretaría de Seguridad Pública nada más faltó que invitarán a otros del mismo pelo que han tenido un trato “finísimo” con la prensa: el rústico secretario de Gobierno, Patrocinio Cisneros y el cerril presidente de la Junta de Coordinación Política en el congreso local, Javier Gómez Cazarín para completar el cuatro de los azotadores festejado a los azotados.
A los comunicadores que asistieron les llenaron el buche -por solo una mañana – y les hablaron bonito. Y el colmó: ¡estos les aplaudieron y se dijeron halagados! Es el Síndrome de Estocolmo pues hasta algunos columnistas de la vieja guardia agradecieron el gesto y celebraron en sus espacios la “nueva relación” prensa-gobierno estatal y canturrearon aleluyas porque se “llenó el vacío” que los servidores cuitlahuistas le hicieron a la actividad periodística durante más de tres años.
Uf, la añoranza por la zanahoria y el garrote los pierde, y un desayuno les es suficiente para deshacerse en halago para con los verdugos. Eso sí, los nostálgicos del apapacho oficial tienen razón en que volvieron las comilonas y los abrazos por el 7 de junio. Es la primera ocasión que el gobernante García Jiménez convive de manera “formal” con los reporteros por la fecha aunque no hubo rifas de coches ni sobres amarillos como antaño -bueno, esos se los dan a escondidas y a ciertos comunicadores, aunque están llenos de centavos comparado con el pasado según la leyenda urbana, risas –.
Lo de ayer fue un festejo de saliva y frijoles con gorgojo, retomando las mismas palabras que el caudillo tabasqueño, Andrés Manuel López Obrador, ha usado al referirse a los reporteros veracruzanos. ¿Y qué dijo el gobernante en turno ? Que su administración hace “todo el esfuerzo” para combatir las agresiones contra los periodistas y evitar la impunidad cuando alguno de los comunicadores es víctima de ataques. “Hay cero impunidad”, asegura.
Por supuesto que es verborrea fútil. Lo dice el responsable de un estado donde han asesinado a siete periodistas desde el 2019 y el que sostiene a una fiscal que ha manoseado expedientes y fabricado culpables para dar el clásico carpetazo a las pesquisas. Ahí está la trama innoble que armaron por los homicidios de los compañeros Jorge Celestino Ruiz en Actopan y María Elena Ferral en Papantla para encarcelar a otros comunicadores incómodos y perseguir a enemigos políticos.
Lo dice también alguien que sienta a su diestra para festejar a los reporteros a un personaje tan retorcido como el neoleonés Hugo Gutiérrez Maldonado cuyos gorilas no se cansan de agredir a los periodistas cada vez que pueden. Hay un asunto de risa: hace unos días el presidente de la elefantina Comisión de Protección -risas- a Periodistas, Silverio Quevedo, festinaba un acuerdo con Gutiérrez Maldonado para “fortalecer el mecanismo de protección” a los reporteros.
“Se acordó la implementación de acciones coordinadas que garanticen el ejercicio pleno de la labor periodística y se refrendó el respeto al trabajo que realizan las comunicadoras y comunicadores en favor de la construcción de un estado democrático”, citaba el boletín mal redactado que se hizo público acompañado con una fotografía donde todos posan sonrientes.
Unos días después, los policías de Gutiérrez apalearon a reporteros de Jalapa que cubrían una manifestación de repartidores de comida rápida. O sea que el famoso acuerdo y la fotografía sonriente se fueron al retrete. ¿Y qué hicieron los desocupados integrantes de la CEAP? Casi ofreciendo disculpas al Gutiérrez Maldonado por intervenir, afirmaron en otro boletín – igualmente mal redactado – que “acompañarían” a los apaleados a presentar las denuncias y “estarían atentos” a ver qué sale del borlote. Ah, para bola de zánganos agachones.
El DIABLO EN CALZONES
Pues ese es Hugo Gutiérrez con quien el gobernante en turno festejó a los periodistas, además de la fiscala Hernández quien no logra salir de escándalo por presentar un ‘chivo expiatorio’ en el caso del asesinato de las periodistas Yessenia Mollinedo y Johana García. Tras quedar por falsear que había capturado al responsable del crimen, apodado “El Mara” y resultó ser un joven estudiante quien ni siquiera estaba en el lugar de los hechos, ahora dice que el culpable es otro apodado “El Trascabo”.
Y “El Trascabo” resultó ser el ‘diablo en calzones’ porque le cargan todo lo peor. No solo mató a las reporteras sino que además es un capo regional del narcotráfico, un extorsionador, un ladrón, un secuestrador, un torturador, un narcomenudista, un roba-carros, un ´huachicolero’, un degenerado, que ‘cobra piso’ a los comerciantes y un estafador. ¿Si es todo eso, por qué no lo atraparon desde antes? Es lo mismo que dijeron de “El Mara” y resultó ser inocente.
El asunto huele a timo. No les cuajó “El Mara” y ahora es “El Trascabo”. Y no son los únicos, ¿se acuerdan a “La Loca” que había incendiado el bar Caballo Blanco en Coatzacoalcos donde murieron 32 personas y “El Wester” que provocó el asesinato de dos niños en La Patrona, Amatlán de los Reyes? Pues es la hora que no aparecen esos motejados. Todo apunta a que “El Trascabo” es otro ‘falso positivo’ para “resolver” el crimen de las reporteras de Cosoleacaque. Así se las gastan los frijoleros del cuitlahuismo.
Ah y ¿qué creen? el tuxtleco Gómez Cazarín si bien no fue llamado al convite de Seguridad Pública, sí anda organizando desayunos con reporteros en los que se declara ferviente defensor de la actividad reporteril. Lo dice el principal sospechoso del asesinato del periodista Cándido Ríos de Hueyapan de Ocampo en el 2017. Y sorpréndanse: ¡los de la vieja guardia le creen le aplauden y le agradecen en lugar de que le pidan cuentas por Cándido Ríos! Ya no hay pudor.