TEXTO IRREVERENTE

ANDRÉS TIMOTEO

NON BIS IN ÍDEM

Ya se dijo en un texto anterior con la referencia del cuento de la “Vieja de los rajazos”, a la fiscala Verónica Hernández y al gobernante en turno Cuitláhuac García les gustan los palos judiciales. Acaban de recibir una azotaina con el caso del preso político José Manuel del Río Virgen y con el mismo insisten para que se los sigan tundiendo. Van por más felpas.

Hernández Giadáns y García Jiménez han deslizado abiertamente que Del Río Virgen no fue exonerado con el amparo obtenido que le dictó un juez federal y que lo ratificó un magistrado de tribunal colegiado, y anticipan que la Fiscalía continuará con las indagaciones incluyendo al político cordobés entre los sospechosos del crimen del alcalde electo en Cazones de Herrera, Remigio Tovar.

Vaya que ese par es de una ignorancia supina. Ella dice que estudió derecho, pero debería demandar a la universidad que le entregó el título porque no aprendió nada. Él es un ingeniero eléctrico que nunca ha conectado un cable y que debería abstenerse de hablar de asuntos jurídicos porque queda en ridículo. Alguno de sus muchos asesores  debería decirles que la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos prohíbe juzgar a las personas dos veces por el mismo delito.

El artículo 23 dice a la letra: “Ningún juicio criminal deberá tener más de tres instancias. Nadie puede ser juzgado dos veces por el mismo delito, ya sea que en el juicio se le absuelva o se le condene. Queda prohibida la práctica de absolver de la instancia”. Entonces, Del Río Virgen ya fue juzgado y el juzgador no encontró elementos para encontrarlo responsable de lo que le imputaron – no los pudo aportar la fiscalía porque no los tenía -y la sentencia absolutoria la ratificó un tribunal de circuito.

Salvo que le impute otros ilícitos en otro caso diferente al del homicidio de Remigio Tovar, la Fiscalía General de Veracruz ya no podrá encausar a Del Río Virgen por ese motivo. Al emecista lo protege el principio jurídico ‘non bis in ídem’ que tiene más de dos mil años pues viene del derecho romano y que   significa “no dos veces la misma cosa”, o sea lo que se plasma en el artículo 23 constitucional que nadie puede ser juzgado dos veces por los mismos hechos. Puras vergüenzas con la inepcia del gobernante en turno y su fiscala carnala.

LAS IZQUIERDAS

El resultado fue peor que el pronosticado o, mejor dicho, el castigo fue más duro que el amago que los votantes franceses habían anticipado en la primera ronda. En los comicios de balotaje celebrados en Francia el domingo pasado, el partido en el poder y el presidente Emmanuel Macron recibieron un descalabro histórico al perder más de cien escaños en la Asamblea Nacional – Cámara de Diputados –y en la cual ni siquiera tendrán mayoría absoluta.

Macron con su partido La República en Marcha (LREM) y la alianza llamada  ‘Ensemble!-Horizons’  (¡Unidos!-Horizontes) que construyó con otros partidos cetro-demócratas apenas si alcanzó 246 escaños – de los 577 en total – en la segunda vuelta de las elecciones parlamentarias, lo que son 43 diputados menos que los 289 que necesitaba para tener la mayoría y controlar el Poder Legislativo. Ahora tdeberá negociar con otras fuerzas políticas para sacar adelante reformas legales y decretos de su gobierno que apenas inicia. Fue reelecto en marzo y su segundo mandato inició el pasado 7 de mayo.

Todo el segundo quinquenio lo convivirá con una Asamblea Nacional casi opositora. La segunda fuerza política en el parlamento la tiene la izquierda que se unió en la coalición Nueva Unión Popular Ecologista y Social (NUPES), liderada por el partido izquierdista La Francia Insumisa (LFI), que se quedó con 142 escaños. Con ellos se tendrá que sentar Macron, aunque tiene otras opciones que si bien son viables también son mucho más peligrosas políticamente hablando.

La derecha con el partido Los Republicanos (LR) obtuvo 64 escaños que le aportarían al presidente los voto para sacar adelante las leyes que presente, y es la opción más aceptable pues la otra ruta sería pactar con la ultraderecha, con el partido cuasi-nazi, Reagrupamiento Nacional (RN) que hizo historia al obtener 89 diputados y lograr por vez primera un grupo parlamentario en la Asamblea Nacional. Por supuesto, si Macron se sienta y cohabita con la extrema derecha, los franceses se lo comerán vivo.

Francia está dando nuevas cátedras de política y democracia. La izquierda unida tras 25 años de ‘peleas de perros’ está en auge con una mayoría histórica en el parlamento y a su líder, Jean-Luc Mélenchon, tres veces candidato presidencial, y que no será legislador, ya lo vitorean como próximo candidato de las izquierdas para los comicios presidenciales del 2027 no importa que llegue con 77 años. Ahora, el reto es mantener esa coalición parlamentaria.

El partido oficial y el mandatario en turno están desposeídos del poder enorme que le dieron los ciudadanos en el 2017. Ahora les pusieron contrapesos y muy difícilmente lograrán sacar un candidato ganador para el 2027 y mantenerse en el poder. Ya sintieron la rabia de los franceses. Especialmente al presidente Emmanuel Macron al que le lecharon a perder todo su paquete de reformas con cual quería lucirse en los cinco años que seguirá gobernando.  Vaya tunda para el inquilino del Elíseo.

La zarandeada con la composición de las XV legislatura de la V República es tan grande que la misma prensa gala la ha llenado de comparativos con tintes catastróficos. En los titulares se lee: golpazo, seísmo, cataclismo, maremoto, fracaso, parálisis legislativa e gobernabilidad. Es más, ya algunos se preguntan si Macron  estaría tentado a hacer válida la prerrogativa constitucional de disolver la Asamblea y convocar a nuevas elecciones.

Claro que es un extremo que los franceses no le permitirían porque los contrapesos, las oposiciones, los controles y el acotamiento del poder es parte de la democracia y Francia es una democracia muy añeja, que lleva tres siglos experimentando con todo en el quehacer político-democrático. Entonces, habrá que negociar y hacer viable el gobierno en medio de las diferencias que para eso se inventó la política.  Lección para México: que un presidente en turno no sea omnipotente es una bendición de la democracia y es posible si los ciudadanos le atan las garras y cierran las fauces a base de votos.