TEXTO IRREVERENTE

ANDRÉS TIMOTEO

LOS DÍAS ROJOS

Las cabañuelas de sangre se están cumpliendo al pie de la letra. A nivel estatal suman cuarenta ‘ejecuciones’ cometidas por el crimen organizado en los primeros diez días del año y, de ellos, 15 -poco más de la tercera parte – se perpetraron en la región central de la entidad.

Los municipios de la zona centro azotados por esta ola de violencia de inicio de año son Córdoba, Fortín de las Flores, Nogales, Yanga, Amatlán de los Reyes, Orizaba, La Perla, Rafael Delgado e Ixtaczoquitlán.

Nadie se salva del baño sangriento. Apenas ayer fueron atacados policías estatales en Córdoba. Según los reportes de prensa -que se tenían hasta el cierre de esta columna – un agente fue localizado asesinado sobre la carretera Fortín-Huatusco, otro mas -una mujer – estaba plagiada y un tercero fue herido de bala. Además otro hombre fue abatido por la policía cuando amagaba con detonar una granada de fragmentación.

Un día antes, el lunes, se localizó el cadáver de un hombre en el poblado Monte Blanco de Fortín de las Flores y el domingo 8 fue el día que más muertos se acumularon de esta decena pues tres jóvenes fueron ejecutados en La Perla y sus cuerpos arrojados a una barranca mientras que en Ixtaczoquitlán mataron a otro hombre fue muerto a balazos. .

El sábado se hallaron restos humanos en descomposición en una colonia de Orizaba mientras que el viernes fue encontrado muerto y “encobijado” un adolescente de 17 años en Nogales. Ese mismo día hubo una balacera en Rafael Delgado donde presuntamente -de acuerdo a la versión muy convenientes del gobierno estatal – pereció el autor material del homicidio de Isauro Ambrosio Tocohua, alcalde del mismo lugar quien fue blanco de un atentado el 31 de diciembre.

Se dice que la versión conveniente porque así la Fiscalía estatal ya no investigará el crimen -de por sí no lo hace –. Es más, ya el gobernante en turno, Cuitláhuac García sentenció -sin ser fiscal ni juez ni mucho menos presentar pruebas– que Ambrosio Tocohua tuvo la culpa de su propia muerte por “hacer acuerdos con la delincuencia” Y tan, tan. Nadie va a indagar nada.

El jueves se localizaron los cuerpos de dos hombres en Amatlán de los Reyes y otro más fue asesinado a balazos en Córdoba. El día anterior se encontró el cadáver desmembrado de otro individuo en Yanga y el martes un cuerpo con signos de haber sido ejecutado se sacó de un río en Nogales.

Así en estos días rojos sumaron 15 asesinatos violentos en los primeros diez días del 2023 en la zona centro. Más aún, si se le suman los seis asesinatos cometidos el último día del 2022 -cinco jóvenes en Córdoba y el del alcalde de Rafael Delgado – la cifra se eleva a 21 asesinatos.

LA LÍNEA MARR”N

Revisando esta última estadística, Córdoba es donde se perpetró la mayoría pues del 31 de diciembre hasta ayer 10 de enero sumaban ocho -considerando que la mujer policía plagiada todavía no era localizada hasta cuando se terminó este texto y no se sabía su suerte, lo mismo que la evolución médica del otro oficial lesionado -. A lo anterior hay que sumar los doce heridos que se han acumulado por estos acontecimientos y las seis personas desaparecidas en la misma región, entre ellas un niño.

Los desaparecidos son Córdoba, Amatlán de los Reyes, Rafael Delgado, Río Blanco y Huiloapan de Cuauhtémoc. De este modo, la zona centro aportó 6 de los 14 desaparecidos que se reportan en los primeros nueve días de este 2014, las otras víctimas de desaparición forzada son de Coatzacoalcos, Tantoyuca, Veracruz, Catemaco y Las Choapas.

Entonces, el resumen es que al iniciar el año es que en Veracruz sigue el reguero de cadáveres, heridos y desaparecidos. Está pintado de rojo, pues. Y si a lo anterior se le agrega el morbo político-partidista, entonces se tiene que de los 11 municipios azotados por la ola de violencia, la mitad están gobernados por ediles de Morena – Córdoba, Fortín de las Flores, Amatlán de los Reyes, Ixtaczoquitlán y Huiloapan de Cuauhtémoc – y uno más, Nogales, lo tiene el PVEM aliado del régimen marrón.

A nivel estatal son veinte los municipios en los que se repartieron los 40 asesinatos violentos y con el sello de la delincuencia organizada, y quince están gobernados por Morena o partidos aliados. Y en tres de esas comunas -Rafael Delgado, Omealca y Tezonapa – ya el propio Cuitláhuac García señaló que los asesinatos de servidores públicos son por los nexos con el crimen organizado. Así se corrobora que la línea marrón de los ediles se mezcla con la roja de los delincuentes.

NEGAR A LOS SUYOS

Siguiendo con los temas colorados, vaya caso el del diputado morenista Juan Gómez Cazarín quien cuando la lumbre le roza los aparejos hasta niega a su familia. El tipo anda pregonando que Samuel Márquez Cazarín no es su primo ni mucho menos. Es más, afirma que ni lo conoce. Claro, lo niega ahora que unos sicarios le fueron a balear su domicilio el pasado fin de semana.

Pero los reporteros que cubren la región tuxtleca tienen ‘otros datos’: Márquez Cazarín no solo es su pariente sino que además fue el parlamentario quien le consiguió la delegación de Tránsito con la cual ha hecho un negociazo. “Solo pregunten a los automovilistas, y en especial a los transportistas de caña de azúcar y de materiales de construcción que están bajo cobro de piso’ por los agentes viales que dependen de Cazarín”, cuentan los comunicadores. Aún más, la versión es que de las multas y extorsiones a los conductores el parlamentario llevaría ‘moche’.

Y mordazmente agregan que si Cuitláhuac García negó a su primo Eleazar Guerrero, ¿a poco Gómez Cazarín, que es un ‘achichincle’, no mentiría sobre su pariente? Entre los guindas es manía negar ‘la cruz de su parroquia’. Risas. Además, los periodistas tuxtlecos señalan que en Hueyapan de Ocampo la conjetura generalizada del ataque a Márquez Cazarín es que no lo desligan ni de asuntos oscuros ni de sus familiares que gobiernan el municipio y la legislatura. Indaguen a uno y la madeja los llevará a los otros, dicen. ¿A quién creerle? Mil veces a los colegas, nunca al político ladino.

*Envoyé depuis Paris, France.