TEXTO IRREVERENTE

Por Andrés Timoteo

 BALAS VS. SALIVA

Vaya que enero se ha teñido de rojo en Veracruz: 80  asesinatos violentos en apenas 22 días, casi dos diarios y hay rachas tremendas pues se han contado hasta 24 muertos en tan solo tres días. O sea, ocho cada 24 horas. Ayer le tocó al puerto de Veracruz con dos ‘ejecuciones’ perpetradas por sicarios del crimen que dejaron seis víctimas mortales.

Fueron por separado, aunque por sus características están ligadas a la mafia.En el primero, los sicarios atacaron a balazos una camioneta que viajaba sobre la carretera federal Veracruz-Xalapa, y perecieron tres adultos -un hombre, dos mujeres- y dos niños.

En la misma carretera, pero kilómetros más adelante, en otro ataque similar pereció un hombre adulto que viajaba en un coche de alquiler. El conductor resultó herido.

Ya desde la semana pasada el puerto jarocho estaba conmocionado por dos crímenes que desataron la indignación popular. Uno fue el del adolescente Joel Carrera, de 16 años y estudiante de bachillerato asesinado a navajazos por un asaltante que le robó su teléfono móvil, y el otro sucedió  en la zona de mercados donde una mujer transgénero fue muerta a golpes, crimen que piden los activistas que se investigue como un feminicidio.

En ninguno de los casos hay detenidos y por lo tanto, un alto riesgo de que queden en la impunidad. Así, en menos de una semana, la ciudad de Veracruz ha registrado ocho homicidios violentos, y al menos siete de ellos están ligados directamente con la actividad delictiva – el asesinato de la mujer transgénero, que fue identificada como Denisse Caballi, es un crimen de odio-.

Ni la policía municipal ni la estatal ni las fuerzas federales hicieron su trabajo en la fase preventiva en ninguno de los homicidios. Es decir, no los evitaron como es su deber constitucional.

Y la racha de violencia asesina, no solo en el puerto de Veracruz sino en todo el estado, nuevamente desmiente las cifras alegres -y mentirosas – del gobernante en turno, Cuitláhuac García quien apenas hace tan solo algunos días presumía que la entidad tenía meses sin homicidios dolosos ni secuestros ¡¡en pleno baño de sangre de este enero!! Vaya forma de mentir, pero las balas matan saliva.

Horas después de los ataques armados en Las Bajadas y Tejería, García Jiménez nuevamente repitió la alharaca de que “habrá justicia y no permitiremos por ningún motivo alcancen estos niveles que hasta con sus familias terminan pagando sus supuestas venganzas”. Risas. A este señor ya nadie le cree nada.

De paso, afirmó que ambos atentados son producto de un “ajuste de cuentas” entre bandas criminales “que tristemente se llevan vidas inocentes”. ¿Pues no que su promesa era que no se asentarían en Veracruz este tipo de organizaciones delictivas? Ya modificó su discurso, antes decía que no existían estos criminales y ahora  afirma que solo buscarán que su nivel de violencia no afecte a los inocentes.

LOS PADRINOS

Entonces, ¿qué se maten solo entre ellos nada más como se afirmaba en el fidelato? Y para aderezar el cóctel, ayer desde la Fiscalía y la Secretaría de Seguridad Pública del estado filtraron que el adulto que pereció en el ataque de Las Bajadas sería Fernando Pérez Vega, supuesto integrante de un grupo criminal en la región totonaca del norte del estado.

Y ahí saltan las alarmas. Este sujeto  es hermano de Reveriano Pérez Vega, exalcalde de Coxquihui en dos periodos y que tiene un larguísimo historial delictivo. Se le acusa de todo, desde liderar una banda conocida como “Los Pelones” que asola la sierra totonaca hasta ordenar ejecuciones de políticos, activistas y ciudadanos en general, además de robo, falsificación de placas de taxi, amenazas, secuestros y desapariciones.

Fue priista hasta el 2018 cuando se alió a Morena y se convirtió en un promotor de los candidatos marrones, incluido el actual gobernante, García Jiménez. En el 2021, su esposa, Claudia León fue  candidata de la alianza Morena, PVEM y PT a la presidencia municipal de Coxquihui mientras que su hermano, Fernando lo fue por el partido Fuerza por México. Ambos perdieron frente al panista Pablo Gómez Mendoza, hoy edil en funciones.

Pues bien, todos en el norte de Veracruz saben que la familia Pérez Vega no solo operan una de las bandas más sanguinarias sino que de un tiempo para acá se ligaron a un cártel jalisciense y siguen sembrando el terror sin que nadie los detenga. En mayo del 2019, Reveriano Pérez fue detenido en Puebla pero apenas duró seis días en prisión y fue liberado bajo fianza. Y eso que la Fiscalía veracruzana ofrecía un millón de pesos de recompensa por su captura.

De ahí ha seguido gozando de impunidad total tanto él como su familia, incluyendo su hermano Fernando Pérez Vega, la supuesta víctima del ataque de ayer. Nadie puede negar que los Pérez Vega más que suerte -bueno, hasta antes del atentado – tienen padrinos muy poderosos. Cuando era priista, siempre los protegió el innombrable y Héctor Yunes Landa, quien incluso lo defendió hasta rabiar y lo hizo candidato cuando fungió como dirigente estatal del tricolor.

Ahora tendría como padrino protector al morenista que despacha en palacio de gobierno, en Jalapa. Sí, ese mismo que ayer dijo que no permitirá que las ‘vendettas’ entre bandas criminales cobren vidas inocentes. Risas. Por cierto, según las revelaciones del colectivo de ‘hackivistas’ Guacamaya, Reveriano Pérez Vega figura entre los 17 blancos prioritarios de las fuerzas policíacas y militares como generador de violencia en alguna región del país. Pero sigue libre y campante en Veracruz gracias a sus generosos padrinazgos.

El dato adicional  para la sospecha ampliada es que Fernando Pérez Vega era militante de Fuerza por México, que dirige Eduardo Vega Yunes, y es el segundo personaje de este partido asesinado por el crimen organizado. A finales de diciembre mataron al alcalde de Rafael Delgado, Isauro Ambrosio Tocohua. A pesar de que Fuerza por México ya quedó sin registro, o sea extinto, sigue dando ‘campanadas’ en el tablero mediático por sus nexos con el crimen organizado.