Texto Irreverente

Andrés Timoteo

L’ENFANT TERRIBLE
Alude a un infante, es impredecible, aún con la experiencia de haberlo lidiado durante años, igual que un infante. También causa travesuras y desastres como lo hace un infante y este año vino especialmente insoportable. Por eso le hace honor al clásico francés sobre lo pequeños caprichosos e insufribles: ‘L’Enfant Terrible’ o sea el Niño Terrible.

Es, claro, una criatura nacida del hombre, aunque no de carne y hueso sino una consecuencia de las actividades humanas y de la falta de cuidado en la casa de todos donde ahora este ‘niño’ ocasiona estragos. Se habla, por supuesto, del Fenómeno del Niño.

Consiste en una alteración de las temperaturas en el Océano Pacífico que las eleva, arroja vapores muy cálidos a la atmósfera y estos a su vez generan ondas de calor hirviente sobre la zona continental. En pocas palabras, el mar se calienta y por consiguiente también el aire y la tierra, y asan a todos los que viven allí.

L’Enfant Terrible en este 2023 viene enojado y destructivo, dispuesto a cocinar en su jugo a todos, además de castigarlos con sed y sequía. Llegó impredecible pues los pronósticos lo anunciaban para julio, pero se adelantó y ya tiene a México convertido en un enorme asador.

De acuerdo a los reportes, el territorio mexicano registra temperaturas récords que han llegado hasta los 55 grados en algunos puntos. En varias zonas de Veracruz el termómetro marca entre los 34 y los 50 grados. Con ese anticipo, El Niño producirá las temperaturas más altas en los últimos 40 años.

Europa y Francia no se salvan del fenómeno, y en esta semana se registran en París temperaturas de hasta 31 grados, algo que solo sucedía en el mes de julio cuando la canícula hace de las suyas. A la par hay una sequía histórica por la cual el gobierno galo decretó “situación de crisis” y emitió una ordenanza para la “sobriedad del agua”.

Sí, ahora se trata de ahorrar todo el agua posible para no comprometer la sobrevivencia humana y sus actividades productivas – agricultura, turismo, industria y comercio-. Pareciera algo frívolo pero también se prohibió construir durante este y los próximos años albercas para el ocio y la recreación. Solo se podrán edificar aquellas destinadas al deporte justificado y a terapias de rehabilitación física.

También se multiplicarán los montos de las mutas por el desperdicio del agua. Sí una persona que sea encontrada culpable de esa práctica se enfrenta a una multa por 50 mil euros -929 mil 600 pesos mexicanos – y una pena de 2 años de cárcel, y si desvía o daña una afluente -río o arroyo- la sanción pecuniaria se eleva a los 200 mil euros -3.7 millones de pesos – con el mismo bienio tras las rejas. En pocas palabras, el destino ya nos alcanzó y ahora el agua vale oro.

ATOR”N LÍQUIDO

Hoy mismo en Veracruz hay ejemplos puntuales del castigo que El Niño. En 185 de los 212 municipios veracruzanos están asándose y hay dos casos paradigmáticos donde el fenómeno natural se combina con la ineficiencia y la corrupción de las autoridades locales que agrava el infierno para los pobladores.

Son Coatzacoalcos y Jalapa, ambos gobernados por morenistas que ahora están bajo el cuestionamiento público por no tener ni un buen sistema de abastecimiento de agua potable ni un plan para buscar, obtener o construir reservas del líquido para tiempos de sequía.

Coatzacoalcos depende de los manantiales de la sierra de Tatahuicapan que son gestionados por la presa Yuribia. Cada año hay problemas porque los lugareños cierran las válvulas que alimentan los ductos como chantaje a los ayuntamientos vecinos, aunque en este momento la avería física de uno de ellos ocasiona un desabasto severo en más de 200 mil hogares.

Los sureños se mueren de sed en plena ola de calor y el alcalde, Amado Cruz ni siquiera ha salido a dar la cara. Hay gente tomando agua de canales de residuos porque ni siquiera cae lluvia, y los animales domésticos y la actividad ganadera están a punto de colapsar, pero el edil Cruz Malpica está dedicado a la grilla electoral, a promover a la zacatecana Rocío Nahle en lugar de atender el problema del desabasto de agua.

Por las mismas anda el hidalguense Ricardo Ahued pues en Jalapa 94 colonias, donde vive el 60 por ciento de la población, tiene un desabasto grave de agua. Desde abril comenzaron los ‘cortes’ y el suministro por horas o ‘tandeos’, pero ahora empeoró la crisis y los jalapeños están como hace un año estaban los de Monterrey, sin agua ni siquiera para bañarse.
Jalapa no tiene manantiales propios, depende del suministro -bajo pago- que viene del municipio poblano de Quimixtlán y el gobierno municipal no se ha preocupado ni por integrar un plan de contingencia a largo plazo ni por buscar fuentes propias para garantizar el abasto. El edil Ahued solo hace llamados para “tener paciencia” a los jalapeños y les manda ‘pipas’ para que llenen cubetas y cántaros como si la capital fuera un pueblo bicicletero.

En Coatzacoalcos y en Jalapa hay un atorón líquido. Ahí la naturaleza y el destino se ensañan con la gente al darles calores abrazadores y alcaldes muy ineficaces y pazguatos que los tienen a puro jarrazo, ‘sudando la gota gorda’ y sin poder bañarse.

‘SKINWALKER’ OVOIDE

Ahí les va un ‘huevazo’ en pleno calorón: el diputado morenista Fernando Arteaga propone que en Jalapa ¡¡se privatice el servicio de agua potable!! como una solución al problema del desabasto.

Ver para creer. Mientras el fidelista hace faramalla exigiendo que en Veracruz y Medellín de Bravo se extinga la concesión al Grupo MAS, en la capital aboga para que se cree una Asociación Público-Privada (APP) igual a la que durante el duartismo se hizo para desaparecer al SAS.

Allá, en Jalapa, la privatización del agua es la solución y en el puerto es el diablo en tacones, según el popular “Huevo” Arteaga quien ya se ganó otro apodo pues lo llaman el “Skinwalker” o “Cambia-pieles” porque cambia de discurso como de calzones, aunque más bien se parece a la Chimoltrufia que como dice una cosa, dice otra.

*Envoyé depuis Paris, France.