Por Andrés Timoteo
NI LO FUMAN
¿Alguien ha visto en la zona norte al delegado de la Secretaría del Bienestar?
La leyenda urbana cuenta que lleva semanas en aquellos lugares «ayudando» a los damnificados pero más allá de los ‘posteos’ que él mismo hace en sus redes sociales y los melosos elogios de sus propagandistas de prensa, su papel es prácticamente nulo.
Lo anterior a pesar de que la tragedia le había proporcionado el momento y el espacio idóneos para lucirse ante a sus superiores jerárquicos.
No se explica, por ejemplo, que la presidenta Claudia Sheinbaum haya ordenado a la titular de dicha secretaría, Ariadna Montiel, estar casi permanente en la región supervisando los apoyos federales y censo de damnificados pero que no se vea a su lado al tuxtleco Juan Gómez.
¿Por qué ese funcionario tan dado al protagonismo no aparece asesorándola en los sitios devastados pues, en teoría, como delegado estatal de la dependencia debería tener el pulso social ‘in situ’?
La versión es que la propia Montiel pidió que no se le acercara y lo ha ignorado olímpicamente.
Lo anterior por dos razones. La principal es que no confía en el tipo.
Hay escepticismo en cuanto a su honestidad y se teme que las ayudas no lleguen íntegras a los damnificados, que puedan ser ‘rasuradas’ en el intermedio.
La otra porque está clasificado en el grupo de funcionarios locales frívolos e indolentes junto a la secretaria estatal de Protección Civil, Guadalupe Osorno y los alcaldes de Poza Rica y Álamo, Fernando Ramos y Lilia Arrieta, respectivamente, y hasta la propia gobernante estatal Rocío Nahle.
Claro a esta última no la han alejado totalmente pero sí es evidente que desde el altiplano ya no le confían ni siquiera hacerle compañía a Sheinbaum en las giras por la región.
Nahle sólo aparece a su lado en ciertas ocasiones cuando el escenario está controlado y no hay riesgo de que la abucheen dañando la narrativa de la mandataria federal.
De igual forma la ayuda humanitaria y el manejo técnico de las reparaciones los llevan funcionarios federales, los nahlistas no figuran y nada más están como ayudantes secundarios.
Pero si el tal Gómez es funcionario federal, ¿por qué no se le toma en cuenta ni figura en la operación?
Está desplazado, marginado y minimizado porque no tiene la confianza de su jefa Montiel Reyes y porque tiene señalamientos por el sesgo con en el que se maneja tanto en lo político como en la probidad personal.
Tanta es la desconfianza hacia el tuxtleco que ni siquiera los Siervos de la Nación que están bajo su mando fueron llamados al norte.
Los que levantan el censo de los damnificados son encuestadores traídos de otras entidades para que el registro numérico sea creíble y sin sospecha de trapicheo. Mucho le saben a «El Carón» en el altiplano.
El folclórico delegado del Bienestar es otro damnificado de la borrasca y ahora solo le queda seguir con sus montajes de ayudar en la limpieza de colonias anegadas y difundir sus ‘selfies’ con la ropa enlodada. A eso se reduce su papel, la intrascendencia.
PELEANDO CON EL ESPEJO
Es la historia infalible de siempre: todo bribón se encrespa cuando lo sorprenden en la maroma.
El coordinador del congreso local, Esteban Bautista anda peleando públicamente con el diputado priista Héctor Yunes quien acusó que la ayuda recaudada para el norte la están embodegando para usarla en los tiempos electorales.
Bautista lo acusa de infame, oportunista, mentiroso y lucrante con el dolor ajeno. Y promete renunciar al cargo si le comprueban el señalamiento.
¡Que por favor Yunes le tome la palabra y aporte pruebas!
Pero el coordinador parlamentario le echa pleito al espejo.
Este señor está dedicado al histrionismo y la capitalización política de la tragedia -tanto como Yunes- en lugar de ponerse a hacer su trabajo ayudando desde el Legislativo a los damnificados.
Le fascina la parafernalia al repartir dádivas en el lodazal frente a las cámaras de video y fotografía. Acude al norte como ‘Santa Claus’ y no como servidor público.
Si fuera un buen conductor del quehacer parlamentario ya hubiera citado a la secretaria de Protección Civil, la tlaxcalteca Guadalupe Osorno para ser interrogada por sus omisiones que causaron 35 muertos y miles de damnificados.
También hubiera requerido al titular de Finanzas, Miguel Reyes para que expliqué por qué cancelaron los seguros contra daños catastróficos y ahora se tiene que recurrir a la caridad pública para ayudar a los afectados.
Igualmente hubiera requerido a la titular del Órgano de Fiscalización Superior (Orfis), Delia González, para aclarar el motivo por el cual dejó pasar que el muro de contención en el río Cazones no se construyó pero sí fue se validó como pagado en la cuenta pública que auditó.
Inquirirla por qué toleró tal robo que tuvo consecuencias criminales.
Al edil Remes tampoco lo ha citado -ni lo citará- a cuentas.
En lugar de eso, Bautista junto a veinte de sus incondicionales se dedica a repartir víveres para luego pegar las fotos sobre sus curules.
Eso es «oportunismo infame» a costa de la tragedia.
¡Es lo mismo que acusa del priista Yunes Landa!
Se reitera, el ‘tatahuico’ se pelea con el espejo.