TEXTO IRREVERENTE

ANDRÉS TIMOTEO

EL CAMINANTE DEL MAYAB

Viene del sur y a la vez del viejo continente, tiene sangre maya y oriental. Es tuitero, feisbukero e instagramero y porta una vocación de médico de cuerpos, la incipiente e inconclusa, y de almas, la permanente. Hoy por hoy es uno de los mexicanos -de los poquísimos- cercanos al Papa Francisco con quien atesora una relación personal desde hace quince años por la cual en el 2013 lo llamó a la curia vaticana para ocuparse del Secretariado para los Seminarios en la Congregación para el Clero.

Francisco le encomendó cuidar los seminarios de todo mundo que forman a 120 mil sacerdotes, algo nada fácil pues hoy la Iglesia Católica enfrenta la escasez de vocaciones, la crisis de fe y los escándalos de pederastia cometidos por sus integrantes. Entonces, se necesitaba un místico de mano firme para estos tiempos convulsos y ese fue el yucateco Jorge Carlos Patrón Wong.  Además ha ocupado consejerías para la educación y las relaciones con América Latina en la Santa Sede.

Tan cercano es al Papa argentino que en el 2017 era el segundo aspirante más fuerte -de los cuatro que se mencionaban- para asumir el Arzobispado Primado de México tras la jubilación de Norberto Rivera. Solo delante de él estaba el entonces arzobispo de Tlalnepantla, Carlos Aguiar Retes quien finalmente se quedó la silla que gobierna todos los obispados del país.

Ahora desde el Vaticano lo mandan a asumir el báculo en la Arquidiócesis de Jalapa que dejó vacante el orizabeño Hipólito Reyes Larios, fallecido hace cuatro meses, el 8 de agosto. A partir del primer bimestre del 2022, él conducirá las ocho diócesis veracruzanas, incluyendo las de Córdoba y Orizaba. El ‘Obispo Patrón’ como algunos lo llaman jocosamente, no es ajeno a la realidad de Veracruz pues del 2009 al 2013 fue obispo de Papantla.

Viene a ocupar un sitio de poder no solo espiritual sino político y social. Portar la mitra arzobispal con toda su influencia que conlleva tampoco le es extraño, lo ha hecho en las tribunas de Roma y ha ejercido su autoridad en todo el mundo -obviamente en su respectivo ámbito y a nombre del heredero de San Pedro- por lo que seguramente no se será difícil lidiar con los políticos locales y sus truculentos afanes mundanos.

Y como hombre de poder fáctico es necesaria su radiografía. Patrón Wong no es un seguidor de la Teología de la Liberación, tampoco un vocero abierto y puntual de las causas sociales ni acostumbra a denunciar desde el púlpito a los ‘lobos que devoran al rebaño’. Hay que recordar aquella polémica que se suscitó en los años 2012 y 2013 cuando todavía era obispo de Papantla y se negó a sumarse a las marchas ciudadanas contra la violencia durante el duartismo.

Lo anterior a diferencia de su sucesor en la sede papanteca, Monseñor José Trinidad Zapata Ortíz, actual administrador temporal de la Arquidiócesis de Jalapa,  quien fue un férreo crítico de la pasividad gubernamental frente al embate del crimen organizado en el norte veracruzano. En septiembre del 2016, los sacerdotes Alejo Nabor Jiménez Juárez y José Alfredo Suárez de la Cruz fueron sacados por la fuerza de la parroquia Nuestra Señora de Fátima por un grupo de sicarios  y horas después aparecieron ejecutados en un paraje.

En ese entonces, el obispo Zapata denunció que “la violencia y el crimen se habían enraizado en Veracruz” y exigió a las autoridades el esclarecimiento de los homicidios. En el 2013, cuando le inquirieron porqué no se sumaba a las protestas públicas contra la ola criminal, Patrón se limitó a decir que el papel de la Iglesia es construir la paz desde la oración y la reflexión.

DIOS EN LA WEB

Pese a ello, a Patrón Wong no se le puede tildar de retardatario ni conservador a ultranza. No, a su modo es un progresista pero más centrado en la mística y el ritual -por algo hizo amistad con el Papa Francisco pues-. El religioso yucateco es un convencido de que la Iglesia Católica no se debe conformar con el púlpito en los templos para difundir la Palabra de Dios sino debe ayudarse de la tecnología y especialmente de las redes sociales en la web.

Él mismo tiene abiertas cuentas en algunas plataformas: en Facebook lo siguen 27 mil personas, en Twitter 20 mil 300 y en Instagram 22 mil 500. “Toda la parte nocturna la aprovecho para estar en contacto con las personas de manera real o virtual. Mis contactos con los seminaristas y sacerdotes todo es informal y humano, directo”, declaró al diario español Nueva Vida en diciembre del 2020.

“No me comparo con otros obispos o sacerdotes que están en redes sociales, pero lo que sí sé es que eso me mantiene en comunicación con los jóvenes, las familias y personas que me ha tocado conocer en todas partes del mundo”, agregó. Es más, a los sacerdotes y seminaristas desde el inicio de la emergencia sanitaria por la Covid-10, en marzo del año pasado, les ‘leyó la cartilla’ advirtiéndoles que cerrar los templos al culto no significaba detenerlo ni abandonar a la feligresía ni cancelar la formación de presbíteros.

“La cuarentena no es sinónimo de vacaciones”, les dijo. Y los animó para abrir sus cuentas, crear sus perfiles y divulgar la Palabra de Dios en la web. “Es maravilloso que ahora la comunicación virtual apoya la comunicación real”, considera, Si bien su pastoral es más carismática que denunciadora, Patrón Wong no está alejado de la praxis que el Papa demanda a sacerdotes, obispos y cardenales.

Nadie olvide que Francisco le recriminó al clero mexicano, en su visita ‘ad limina’ del 2014, que “la Iglesia no quiere príncipes ni obispos de aeropuerto sino pastores que vayan a las comunidades y estén cercanas a la gente”.  Siendo encargado mundial de la formación sacerdotal, Monseñor Patrón describió a la revista vaticana Clerus, en su edición de marzo del 2017, el rol de los seminaristas y sacerdotes bajo la línea pastoral de Francisco:

“Se requieren sacerdotes que hablen un lenguaje comprensible, que ‘toquen’ con misericordia la realidad de las personas, que se pongan al servicio donde se les necesite y sin ambigüedades, que sean libres ante cualquier otro interés, que vivan un profundo desprendimiento de las cosas materiales, que sepan amar a todos, especialmente a quien no es amado”. Vaya, con que obligara a los ensotanados de la aldea a practicar tal mística ya sería ganancia pues casi todos ellos aman rabiosamente lo mundano.