TEXTO IRREVERENTE

Por Andrés Timoteo

¡47 A TODA PLANA!

Se arranca otra hoja al calendario y el proyecto periodístico llega a los cuarenta y siente años pleno en lozanía. NOTIVER  y toda la familia que lo hace posible está de fiesta, desde los impulsores de la idea informativa hasta los reporteros, fotógrafos, caricaturistas, diseñadores, editores, columnistas, talleristas, publicistas, administrativos y, por supuesto, voceadores, vendedores y lectores.

Es el año 47 de la era notiveriana y el segundo de la pandémica. La resistencia ahora es dual. Por una parte, se ha aprendido en el camino a lidiar con el bicho letal que nos tiene temerosos – ojo, que no acobardados- y así, como debe ser, no se ha dejado de informar a los jarochos y al mundo. Por supuesto que la calamidad vírica no ha dejado de influir en la labor porque las víctimas de la peste si bien se reportean y se informan duelen y mucho.

¿Cuántos no se sentarán a la mesa navideña? Unos dicen que 300 mil y otros que el doble en el país. En Veracruz son alrededor de 15 mil en datos oficiales y más de 30 mil en los reales. Entre ellos, algunos  de los nuestros que ahora mismo no están festejando físicamente con nosotros el aniversario del periódico. Para ellos, al igual que para todos los que se fueron en este 2021 y los que se han marchado a destiempo por la violencia criminal, nuestra oración y recuerdo afectivo.

Por el otro lado, los que aporreamos las teclas en NOTIVER ya tenemos curtida la piel en la resistencia a otra calamidad: los intolerantes y bravucones que aparecen de tiempo en tiempo en las tarimas del poder vociferando contra el quehacer de esta casa editorial. Ya se tiene maestría en hacer lo que nos toca pese a ellos. Los orondos y vocingleros de hoy son los mismos de ayer y de antier, y no tardan mucho en irse porque su poder y estancia son efímeras. 

¿Qué no se ha visto en estas casi cinco décadas? Un desfile de todos ellos y a todos se les ha reporteado y analizado sin importar cuán gritones sean.  Así es la faena. Somos lo que somos, diría el escritor y periodista José Manuel Peláez, autor también de un poema que resume, con acordes literarios, el trabajo que se ha hecho en NOTIVER durante estos 47 años.  A guisa de tributo por el festejo anual, van sus líneas:

“Ser Periodista…es tener la valentía de pensar públicamente,/ y decir lo que otros callan y callar si es prudente./ Es clarificar los hechos de acuerdo a lo que se entiende;/ dar errores y virtudes, ver la vida y ver la muerte. / Es no prestar importancia a reacciones insolentes, / ni creer en el delirio de una nube celeste./ Es medir con equilibrio acciones que otros tienen; / y hacer que el corazón al cerebro lo interprete.

…Es una gracia que Dios nos ha dado a cierta gente, / tan solo dije una gracia, no ser los dueños del siempre./ Es mirar desde la altura y el llano lo que concierne, / no es ser mucho ni ser poco, sino justo y diferente. / Es ser algo bohemio y un poco grandilocuente, / es ser algo de poeta y sentir como Almafuerte./ Es cantar e interpretar; llorar y reír si fuere, / es también al mismo tiempo ser caballo y ser jinete.

…Es robar intimidad y dar a tambor batiente, / las flores de un jardín que nunca nos pertenece. / Es dar frío ante el calor; y ante el frío ser caliente, / es ser la luna y el sol. Es ser montaña y vertiente. / Es ser el protagonista; el público y el ausente, / pluma del libro de historia; tinta, papel y escribiente. / Y aunque algunos no lo entiendan y mancillarlo pretenden, / ‘Verbo’ será el Periodista… en pasado y en presente”.

Un abrazo caluroso a la familia Salces y a los colegas periodistas, y también a todos los que directa e indirectamente se congregan alrededor de esta aventura, la disfrutan, la defienden y la perduran. Felicidades por los 47 años a los que NOTIVER arriba a toda plana con la bendición, siempre y sin duda, de la Guadalupana que vela cada golpe de tecla.  ¡Salud!

BAILAN SOBRE CADÁVERES

Vaya alboroto ha causado el libro “Emma y la otras señoras del narco” publicado recientemente por la periodista Anabel Hernández sobre todo en el mundillo de la farándula pues algunos de los protagonistas -secundarios y hasta accidentales- están ligados al espectáculo. Pero el libro es mucho más que eso. Lo que hizo Hernández fue examinar la vida y circunstancias de las parejas sentimentales de los capos de la droga para entenderlos.

Son monstruos pero a la vez son tan humanos como el resto. La periodista se ocupa de las mujeres que   los abrazan y consuelan después de ordenar una masacre – bailan la danza de los Siete Velos sobre el reguero de cadáveres, dice la autora-,  que los secundan en su imperio del mal, que los satisfacen en la alcoba y les proveen hijos para hacer posible el sueño de todo empoderado: forjar dinastía.

Es, por supuesto, un estudio sociológico del fenómeno mafioso. Ellas, las “señoras del narco” no solo son las que acompañan a los matones del presente sino las que engendran y crían a los posibles matones del mañana. Son, por ende, responsables en buena medida de la tragedia que vive la nación.

De las muchas entrevistas que le han hecho a Anabel Hernández por este libro, destaca la del periodista Ricardo Rocha a quien le dijo el objetivo  de su obra: “yo quiero que los lectores puedan ver los intestinos de estas organizaciones criminales”.

“Que puedan entender cómo funcionan para que como colectividad empecemos a reflexionar de manera más profunda cómo desarticularlas. Si no entendemos el papel de las mujeres, tanto de las artistas como de las esposas, como Emma Coronel, la reina de bellaza del pueblo del Café y la Guayaba (2006 en Canelas, Durango), no podremos desmantelarlos, no podremos entender cuáles son las pulsaciones, porqué estos hombres no paran de traficar, porqué no paran de matar, porqué estos hombres necesitan el Ferrari y las mansiones”.

“No para estar solos, necesitan comparsas, si no hay comparsas no existen y quisiera que la gente entendiera eso. Es una reflexión de vernos como sociedad y entender que este problema criminal que estamos viviendo no solo es responsabilidad del gobierno, no solo tiene que ver con la corrupción gubernamental sino tiene que ver con una corrupción más profunda que hay en la sociedad mexicana”.  (http://y2u.be/QzdnDFPzV1c). Hay que leer “Emma y  la otras señoras del narco” no por el morbo banal sino para estudiar a los verdugos.