ANDRÉS TIMOTEO
LA CONJURA DE LOS NECIOS
A tres años de que el hacha de guerra vuelva a desenterrarse para disputar la supervivencia en el poder político, la oposición es un desastre tanto a nivel nacional como estatal. No tiene, a estas alturas, nada que ofrecer a los ciudadanos para atraerlos a su causa, las figuras que la representan adolecen de ética política y sobre todo de calidad moral, su dirigentes formales son unos esperpentos y además corruptos algunos, y son tan predecibles en su ortodoxia que se han alquilado al régimen gobernante como paleros simulados.Sí, se habla de los dos partidos más viejos y que, en teoría, deberían encausan la oposición al lopezobradorismo: el Revolucionario Institucional y Acción Nacional. Al primero lo lidera un mega-corrupto, el exgobernador de Campeche, Alejandro Moreno, uncido al gobierno federal y que se prepara para poner al tricolor de comparsa con la aprobación -al menos por parte de una buena parte de sus legisladores – de la reforma eléctrica.
Moreno y muchos otros priistas no pueden encarnar una oposición inquebrantable porque tienen la ‘cola’ tan larga que los imposibilita moverse . ¿Qué le pude ofrecer el PRI a los mexicanos y a los veracruzanos para los comicios venideros?, y ¿con qué cara le pedirán el voto? Por supuesto que los tricolores no tienen mucho problema con esto último porque están acostumbrados a mentir sonriendo aunque tengan el rostro manchado de porquería.
En el PAN andan por las mismas y el mejor retrato de su situación es la reciente confesión derrotista del ñoño que lo dirige a nivel nacional, Marko Cortés, quien anticipa que de las seis gubernaturas a disputarse en el 2022 el blanquiazul apenas logrará ganar una, la de Aguascalientes. Traducción: el panismo no es competencia para Morena.
Y ya se ha dicho que como es arriba también es abajo. En Veracruz, el priismo está peor, tan minimizado que su influencia política es inexistente y en el panismo están inmersos en una lucha intestina de castas que exhibe su falta de decencia política. En una semana iniciará la campaña interna para renovar el comité estatal y con ver los dos candidatos que la pelearán se comprueba que en el blanquiazul la reivindicación frente a la ciudadanía es una quimera.
Por un lado, Joaquín Guzmán Avilés buscará reelegirse para mantener el pacto con palacio de gobierno aunque su grupo está menguando. El activo más importante es el exalcalde porteño y senador en funciones, Julen Rementería, tocado por el escándalo con el partido ultraderechista español, Vox, y no muy brillante como operador político. Sus aliados también ya lo abandonaron para saltar a la corriente yunista.
La fuga la inició Tito Delfín, quien es secretario general del partido y ahora busca la presidencia. Delfín es respaldado por Enrique Cambranis y otros personajes que estaban en el clan rementerista -hasta los llamados “Choriquesos”, risas, ya se saltaron de bando-. Todos están con los Yunes no porque les inspire confianza ni los seduzca sus propuestas política sino porque huelen la derrota en Guzmán Avilés.
Claro, si bien la tendencia está cantada , el tantoyuqueño dará la batalla no con propuestas ni lealtades sino con la operación que se haga desde la Secretaría de Gobierno y su cerrero titular Patrocino Cisneros para mantenerse en el sillón de mando partidista. En pocas palabras, la contienda interna no es entre Guzmán y Delfín sino del yunismo contra el gobierno estatal. He ahí un dejo de precaria oposición.
Pero Delfín Cano y los de su grupo no son personas decentes, es decir que no le aportan nada bueno a su militancia y mucho menos al resto de los veracruzanos. Para completar lo aciago, el yunismo impuso a la mustia senadora Indira Rosales, otra involucrada en el ‘affaire’ con los pronazis de Vox y quien ha sido tan nula y banal en la curul como lo fue en la Secretaría de Desarrollo Social durante los dos años que la ocupó.
La disputa en el panismo aldeano hace recordar “La conjura de los necios” de John Kennedy Toole, novela tragicómica que ganó el Pulitzer en 1981 y que habla de personajes carentes de lo probo, condenados a la mediocridad, gemas de la miseria humana – en el caso de los panistas veracruzanos de la miseria política- y que sus acciones están entre lo indigno y lo cómico. Te ríes de lo que hacen porque de nada sirve ponerse a llorar. Así Guzmán Avilés, Delfín Cano y Rosales San Román. ¿Qué no habrán encontrado otros peores para hacerse cargo del partido? Seguramente no.
UNA GOLONDRINA
La buena noticia del fin de semana fue la detención del matrimonio Botas Fuentes en la Ciudad de México y su traslado a Veracruz donde quedó internado en el penal provisional del puerto. Ojo, hay que estar conscientes de que los papás del feminicida Marlon Botas quien mató a golpes a su novia, Montserrat Bendimes en abril pasado, no son víctimas ni padres amorosos sino victimarios. Ellos ayudaron a que el feminicidio se consumara y a que la justicia tuviera los más obstáculos posibles.
Movieron a la joven golpeada a pesar de estar gravemente herida para sacarla del departamento de su hijo y abandonarla en un hospital, alteraron la escena del crimen, ayudaron al homicida a huir, le mintieron a las autoridades – bueno, eso es un decir porque en realidad compraron facilidades para la evasión de su vástago- y hasta se burlaron de la opinión pública y de los deudos de Montserrat al reírse frente a las cámaras cuando catearon su domicilio.
Estaban confiados en que el dinero entregado a ciertos funcionarios sería suficiente para tener impunidad, pero las circunstancias se le apestaron. Los bien enterados del asunto dicen que la fiscala, Verónica Hernández, y la presidenta del Tribunal Superior de Justicia, Isabel Romero, decidieron la aprehensión de los Botas Fuentes no por justicia sino por urgencia.
El mandatario en turno, Cuitláhuac García no tiene logros para su tercer informe de gobierno y este feminicidio provocó polémica masiva y por lo tanto es un buen tema para simular y rellenar el legajo del próximo 15 de noviembre. Para la parte agraviada -los familiares de la víctima y la sociedad civil – es buena nueva pero no deben fiarse porque una golondrina tampoco hace el verano. ¿Se acuerdan del caso de Los Porkys en el duartismo? Pues es parecido, el gobierno cuitlahuista actúa por presión y necesidad, no por afán justiciero.