Por Andrés Timoteo
LOS BURLONES
Hasta parece una burla: matan al sexto comunicador en Veracruz y los integrantes de la elefantina Comisión Estatal para la Protección -risas – a Periodistas lo primero que hacen es ir a arropar al gobernante en turno, Cuitláhuac García para decirle que todo bajo su gestión es dicha y prosperidad para los que ejercen el periodismo. Es más, hasta pregonan en las redes sociales el eslogan “#PeriodismoSeguro”. ¿No les dará vergüenza?
El secretario de la holgazana comisión, Israel Hernández -que en su vida a escrito una nota, reportaje o crónica ni mucho menos arriesgado su integridad para hacer periodismo- afirma que la reunión con García Jiménez fue “para fortalecer la coordinación y las estrategias de atención y protección para los comunicadores de #Veracruz (sic) -no siquiera sabe redactar el individuo-”.
Atrevido como es, afirma que el año pasado se creció “en todos los rubros en materia de prevención y acercamiento con los periodistas, en atención, gestión y medidas preventivas”. Imagínense que pregona un éxito en la prevención – ¿a qué se referirá?, se insiste es un pésimo redactor- cuando en el 2021 hubo dos comunicadores asesinados: Jacinto Romero Flores en Ixtaczoquitlán y Joaquín Espinoza Jiménez en Río Blanco.
¿Cuál éxito y cuál crecimiento? Bueno, tal vez a lo que se refiere es al crecimiento en ataúdes porque ya van seis los entierros en el gremio. Y el señor Hernández no detiene su perorata falaz: “garantizar la libertad de expresión, prevenir agresiones y combatir la impunidad son objetivos en común y prioritarios, por lo que mantendremos colaboración estrecha entre el Poder Ejecutivo y este Organismo Autónomo”, apunta en su ¿comunicado o anecdotario personal lleno de errores?
Lo hace sin tapujos, a sabiendas que intenta mentirle a la opinión pública pero también a los periodistas que lo pescan en la mentira apenas es pronunciada. Son demasiado caraduras pues lo que corona tal desfachatez es que en vez de reunirse con los deudos del comunicador asesinado recientemente, José Luis Gamboa Arenas, acuchillado en el puerto de Veracruz, o con las organizaciones de reporteros de la zona costera, los de la CEAP se fueron ¡a consolar al poderoso en turno!
A risotadas y con abrazos, todos sin cubrebocas pese a la ola pandémica, los zánganos de la CEAP le patentizaron a García Jiménez que garantiza un “periodismo seguro” como sí no hubiera reporteros muertos que contar ni un sinnúmero de agresiones y amenazas -emitidas algunas por los mismos funcionarios estatales – contra el gremio periodístico. Se repite: no tienen vergüenza esos burlones.
TAMPOCO AUDIENCIA
El gobierno cuitlahuista es un desastre en el rubro de la comunicación no solo por las agresiones y homicidios de reporteros sino en su propia imagen institucional y el manejo de los instrumentos mediáticos. El emblema más reciente que denota la incapacidad de los funcionarios estatales es que la paraestatal Radio Televisión de Veracruz (RTV) lleva quince días fuera del aire, sin transmitir nada porque no renovaron el permiso ante el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT).
Desde inicios de año la señal desapareció y se dejó de transmitir el material televisivo. El día 4 de enero, el coordinador de Comunicación Social del gobierno, Iván Luna salió a la prensa a reconocer el problema pero culpó a la administración pasada, la del panista Miguel Ángel Yunes, de no haber renovado la concesión ¡a pesar de que ya van tres años de que ellos tomaron las riendas!
El vocero del cuitlahuismo prometió que en dos días estaría restablecida la señal, pero ya pasaron dos semanas y nada. El lunes nuevamente salió a la palestra pero no supo explicar nada, volvió a culpar al pasado -seguramente Yunes Linares metió su cuchara en estos veinte días para que tampoco pudieran restablecer las transmisiones- y ante su diatriba sin sentido solo se limitó a prometer que llamaría a consulta al director de la televisora, Víctor Cisneros.
Pero es un rodeo de ineficaces – ahí “se juntó el hambre con las ganas de comer”, dirían las abuelas- pues el tal Luna con el Cisneros elevan la incapacidad a un grado sublime. Además, Cisneros lo que menos sabe es de televisión. El señor es conocido en el gremio por haber hecho siempre un periodismo voceril -por no decir gansteril-, de muy baja calidad y nula honorabilidad. ¿A poco creen que le interesa hacer un trabajo profesional en RTV? Para nada, lo único que ha resonado en estos tres años bajo su dirección es el robo de equipo y los negocios con el presupuesto.
En fin, en todo este entuerto el consuelo es que si bien la señal de la televisora estatal sigue fuera del aire de todos modos casi nadie ve su programación. Para muestra basta un botón: el programa “Ocho a la Mesa” que se supone es un estelar de periodistas -risas- que sienta a un funcionario para entrevistarlo, tiene el ‘rating’ por los suelos. Vaya, las últimas dos ediciones de diciembre en las que estuvieron, por separado, el gobernante García Jiménez y el secretario de Gobierno, Patrocinio Cisneros, hubo un ¡1 por ciento de audiencia!
Y en la redes sociales están peor pues en las cuentas oficiales de RTV ambos programas no llegaron a los diez espectadores conectados durante su transmisión. Con tales cifras, no es demasiado perjuicio que la televisora no pueda transmitir pues carece de público y sobretodo de credibilidad. Ni modo, cosechan lo que siembran con sus ineficientes directivos y portavoces. Eso sí, no transmiten y no trabajan pero no dejan de cobrar sus abultados sueldos. ¡Se les paga por hacer nada!
MALA SEÑAL
El colmo de los colmos fue ayer cuando Cuitláhuac García intentó enlazarse en vivo con La Mañanera del presidente Andrés Manuel Manuel López Obrador para dar un reporte sobre el proceso de vacunación contra la Covid-19 y la transmisión fue un desastre. Algunos se burlaron alegando que tiene contratado un paquete de servicio de internet demasiado chafa y otros que fue la mala praxis de sus técnicos. Y ni para recurrir al sistema de microondas televisivo porque RTV está muerta desde hace quince días. Mala señal y mala paga.