ANDRÉS TIMOTEO
TOROS Y VIRUS
Lo que comenzó en Tlacotalpan sigue en Tlacotalpan: la peste de Coronavirus y las autoridades necias y negacionistas. Los primeros fallecidos en la entidad a causa de la Covid-19 salieron de esa ciudad. Fueron dos pacientes, de 53 y 47 años respectivamente, que fallecieron a finales de marzo y principios de abril del 2020. Uno en el hospital general del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores (ISSSTE) en el puerto de Veracruz y el otro en el nosocomio “Rafael Lucio” en Jalapa.
De los ambos, solo del segundo se conoció el nombre: Noé López Martínez quien trabajaba en el Órgano de Fiscalización Superior (ORFIS) cuya titular Delia González junto con el secretario de Salud, Roberto Ramos maniobraron para ocultar la causa de la muerte. No pudieron hacerlo pues los propios familiares revelaron que fue por la gripe pandémica y que se había contagiado en Tlacotalpan.
Al igual que el otro fallecido, el burócrata asistió al Cuarto Festival de la Paella que fue realizado en la llamada “Perla del Papaloapan” a pesar de las recomendaciones de médicos y científicos para suspender todos los eventos masivos con el fin de evitar contagios. El alcalde de ese entonces, el frívolo Christian Romero Pérez se empecinó en hacerlo para agradar al secretario de Gobierno, Patrocinio Cisneros a pesar de que ya estaba encima la primera ola de la pandemia.
No se sabe cuántas personas perecieron en total por haberse infectado en Tlacotalpan, pero sí que ahí surgió el primer gran brote de Coronavirus en Veracruz. A dos años de distancia tampoco se ha aprendido la lección y ahora el nuevo alcalde Luis Medina Aguirre, surgido del Movimiento Ciudadano repite la imprudencia para complacer-¡otra vez!- al secretario Cisneros Burgos más que a la Virgen de la Candelaria o a los tlacotalpeños.
El edil se negó a suspender las fiestas y éstas ya comenzaron ayer. Hoy lunes será la cabalgata de jarochos y mañana martes el embalse de toros. Para el miércoles 2 de febrero se paseará a la Virgen de las candelas por las calles del poblado y sobre el río Papaloapan. Todo en medio de un mar de gente, el caldo perfecto para infectarse con la variante Ómicron.
A pesar de que en México y en Veracruz azota la cuarta ola pandémica, nuevamente las autoridades desoyen las recomendaciones médicas y convocan a las multitudes. Además, los funcionarios impulsores de entuerto ni siquiera pueden dar argumentos inteligentes para justificarlo. No, recurren a expresiones estúpidas -no es un insulto sino una descripción-. Por ejemplo, el edil Medina Aguirre afirma que serán “unas fiestas sanas y con saldo blanco”.
¿Cómo le hará para que sean sanas en plena cuarta ola pandémica?, ¿acaso es profeta para decir que nadie enfermará o morirá por la Covid-19 que pesquen allí? Pero la que se ‘voló la barda’ fue la secretaria estatal de Turismo, Xóchitl Arbesú pues lanzó tres perlas verbales sobre la fiesta. Una que solo se permitirá el 70 por ciento de afluencia a la ciudad. ¿Los contará uno a uno? Y a los que lleguen de más, ¿les cerrará el paso en la carretera o los mandará a las “playas” de Tlacotalpan? Risas.
La otra fue cuando le cuestionaron sobre el maltrato a los toros y dijo que “también se les cuidará ¡¡con la sana distancia y gel antibacterial!! La folclórica funcionaria no repara en exabruptos. Para completar la ristra de locuacidad, Arbesú invitó a la población que no quiera acudir a Tlacotalpan a seguir los eventos en “la televisión de los veracruzanos”. ¡¡Cuando la oficialista Radio Televisión de Veracruz tiene un mes fuera del aire!! No les digo, pura ocurrencia. Risas nuevamente.
Claro, ya no se diga del maltrato a los toros de corral que se usan para el espectáculo de perseguirlos y azotarlos por las calles del pueblo. Las bestias de dos patas nuevamente contra los animales indefensos. Ni martirizar a los semovientes ni facilitar el contagio de la enfermedad son algo que honre o agrade a la Virgen de la Candelaria.
Por cierto, en los cantinas tlacotalpeñas se comenta que el alcalde Medina Aguirre a pesar de ser “de oposición”, es decir de militar en el MC de Dante Delgado, le cae bien a Patrocinio Cisneros y al gobernante Cuitláhuac García porque es ingeniero igual que ellos. Moraleja: lo quieren integrar a la manada y seguramente se sabe la tonada de los rebuznos. ¿También se subirá a las bicicletas para patrullar la ciudad? Carcajadas.
EL OTRO SOCIO
Hablando de fauna, hay una noticia que se trata de simular en estos días. Rubén Dario Carrasco Mora, sedicente empresario y excandidato de Partido del Trabajo (PT) a la diputación local por el distrito de Misantla, se amparó contra una posible orden de aprehensión solicitada por la Fiscalía General del estado. El amparo fue concedido el pasado fin de semana por el Juzgado Primero de Distrito con sede en Villa Aldama.
Hay dos versiones sobre la causa de la intención de capturar Carrasco Mora. Una es por un fraude a más de 600 personas con la venta de lotes en Costa Esmeralda a las que les habría robado al menos 15 millones de pesos y otra por supuestos nexos con la delincuencia organizada. Desde las oficinas de comunicación social tanto del congreso local como de palacio de gobierno han buscado que la noticia pase desapercibida pues golpea directamente al diputado tuxtleco, Javier Gómez Cazarín.
De Carrasco Mora se dice que es otro de los prestanombres de Gómez Cazarín, éste en el negocio de la embotelladora “Coyame” inaugurada el 15 de diciembre del 2019 en Catemaco. El caso de esta planta es una copia-calca de lo que paso en el ingenio San Francisco Naranjal donde el diputado usó otro allegado para el negocio: Fabián Cárdenas Sosa, alcalde sin funciones de Lerdo de Tejada pues está preso por liderar una banda de secuestradores.
Siempre que hay algo turbio y pestilente sale a relucir el nombre de ese legislador. Ahora la lumbre judicial parece que se dirige a su otro socio -¿o sucio?-, Carrasco Mora. Y vaya que ha de ser grande el estercolero en el que está metido el tipo para que la Fiscalía estatal -donde manda Cisneros Burgos- no le haya quedado de otra que tramitar una orden de aprehensión. Eso significa que los delitos del prestanombres del legislador son de gran calado y ya no se pueden esconder las pesquisas ministeriales. Una raya más a la cebra.