TEXTO IRREVERENTE

ANDRÉS TIMOTEO

LA CAPITAL Y EL SUR

Dos de los municipios más importantes que gobierna el  Movimiento Regeneración Nacional (Morena) tienen una escalada de crímenes y violencia que ya es innegable a pesar del discurso oficial que mucho se parece al argumento que se esgrimía durante el duartismo de negar lo que sucedía a pesar de que los balazos zumbaran por todos lados. En Coatzacoalcos y Jalapa hay un auge delictivo adicionado con la incapacidad de los ayuntamientos para enfrentar la ola delictiva y hasta para coordinar a su propio personal policíaco.

En Coatzacoalcos, por ejemplo, la semana pasada hubo una rebelión de los policías municipales quienes incluso llegaron a someter a golpes a su coordinador interino, Jorge Quijano al que le aplicaron -vaya paradoja- el socorrido delito de “ultrajes a la autoridad” por haber agredido a uno de ellos. A Quijano, protegido del alcalde Amado Cruz Malpica, lo sacaron a jalones de de las instalaciones y luego lo metieron en una celda.

Sorprendentemente, el Cruz Malpica se puso del lado del coordinador policíaco y se ha negado a atender las quejas de los uniformados. Es más, interpuso denuncias penales para que sean castigados los agentes amotinados por darle ‘pamba loca’ a tal Quijano que, según sus denuncias, es un tipo soberbio, prepotente y abusivo. El edil quiere castigar a los policías antes de reconocer que tiene a ese tipo de funcionarios.

¿Dónde quedó aquel catedrático de izquierda que defendía los derechos humanos y que siempre enarboló la bandera de la justicia laboral? Parece que a Cruz Malpica ya se le olvidaron las banderas de la izquierda y al probar el poder comenzó a hacer lo que durante décadas criticó en las clases universitarias, en el discurso de activista y en sus promesas como político: abusar de los que tienen el escalafón más bajo en un organigrama institucional.

Por si fuera poco, también mantiene desarmada a la policía en un municipio considerado entre los más violentos del país y del mundo. Bajo el argumento de que no hay certificación de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) para las armas, ordenó quitárselas a todos los elementos y de esta forma precaria, solo con un tolete, enfrentan al crimen organizado. ¿No es una locura?

Así está Coatzacoalcos donde la realidad desmiente el discurso del gobernante en turno y del mismo alcalde que presumen que la ciudad lleva meses “sin secuestros” y sin otros “crímenes violentos”. No es cierto. En enero hubo al menos seis ‘ejecuciones’ a plena luz del día cometidas por sicarios de la delincuencia organizada, el famoso ‘cobro de piso’ está al tope, también los ataques contra establecimientos comerciales que se niegan a pagar la extorsión y los delitos comunes como robos a mano armada, a viviendas y vehículos sigue imparable.

Lo mismo con la “desaparición” de personas, sobre todo jóvenes. Cuestionado sobre eso, el edil morenista vuelve a desempolvar la frase clásica  de que “son hechos lamentables pero aislados” y que se “trabaja para garantizar la inseguridad”. ¿Cómo lo hace si su policía está amotinada y además desarmada?  Lamentablemente en aquel municipio sureño no solo se cae la percepción de seguridad sino también la buena fama que tenía Cruz Malpica. Ahora es otro de tantos alcaldes ladinos y mentirosos.

El pasado 19 de enero, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) publicó la encuesta trimestral -correspondiente al último tramo del 2021- sobre la Seguridad Pública Urbana en la que se mide la percepción ciudadana respecto a los hechos violentos y el desempeño de las autoridades para combatir a la delincuencia y en ella Coatzacoalcos ocupa el séptimo lugar entre las ciudades más inseguras y peligrosas del país.

De acuerdo a esta medición, más de ocho de cada diez ciudadanos se sienten inseguros de vivir en la ciudad sureña, el 85.6 por ciento para ser exactos y el municipio está en el ‘top ten’ de los más inseguros. Arriba de Coatzacoalcos solo están Fresnillo en Zacatecas, Ciudad Obregón en Sonora, Naucalpan en el Estado de México, Zacatecas la capital de ese estado, Irapuato Guanajuato y Uruapan en Michoacán.

‘AQUÍ NO PASA NADA’

Apenas se dio a conocer esa medición y el gobernante en turno, Cuitláhuac García estalló en contra de los reporteros por preguntarle, no de la institución que la hizo, y los acusó de difundir noticias falsas que afectan a la entidad. “¿Alguien les paga por estar mintiendo?”, les dijo. Todo para sostener, otra vez, la sentencia duartista del “aquí no pasa nada”.

Eso mismo, de negar la realidad y arremeter contra la prensa, sucede en Jalapa donde al alcalde Ricardo Ahued se le comenzó a descomponer la ciudad. El fin de semana, los cadáveres de tres personas con huellas de tortura y el ‘tiro de gracia’ fueron encontrados en una colonia de la capital del estado algo poco frecuente por ser la sede de los poderes. El triple homicidio, señalan, es parte de la disputa de grupos criminales por controlar el narcomenudeo y las extorsiones a negocios.

Sin embargo, a pesar de la escalada delictiva, el edil morenista niega la realidad. Ayer dijo que en Jalapa no hay ni narcomenudeo ni ‘cobro de piso’ a comerciantes, y que “todos los comercios están en paz”. Vaya mentira sostenida con alfileres. Lo mismo con García Jiménez quien también ayer se aventó la perla falsaria de que “en Jalapa se respira con tranquilidad”. Puff, que le pregunte a los habitantes de la colonia El Castillo donde fueron tirados los asesinados. 

A su vez, el secretario de Seguridad Pública, Hugo Gutiérrez calificó de “ un caso aislado” el reguero de cadáveres en la capital veracruzana donde, por cierto, la policía municipal también está desmantelada pues de los 400 agentes la mitad no pueden movilizarse porque no hay patrullas -están descompuestas-  y algunos tienen que realizar rondines a pie o en bicicleta, según lo admitió el mismo director de Seguridad Ciudadana, Miguel Valdez. ¿Se los imaginan persiguiendo a los malosos?

¿Se acuerdan cuando en el fidelato arrojaron en las puertas de palacio de gobierno un manojo de manos cercenadas como mensaje del crimen organizado y que el entonces secretario de Gobierno, Reynaldo Escobar afirmó que la única noticia que tenía era sobre las “manitas de cangrejo” que se sirven en los restaurantes? Pues así están los morenistas ahora, negando lo evidente con excusas estólidas.