Protesta de Greenpeace frente a refinería de Dos Bocas: cambio climático no es prioridad de México

Activistas de Greenpeace México desplegaron una manta acuática de seis por 25 metros en las inmediaciones del complejo energético de Torno Largo y Dos Bocas para exhibir que el cambio climático no ha sido una prioridad en las agendas políticas ni de esta administración ni de las anteriores.

La manifestación se da a seis días de celebrarse la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático en Glasgow, Escocia.

La imagen muestra infraestructura fósil del pasado, pero también la enorme apuesta que hace el actual gobierno de México, encabezado por Andrés Manuel López Obrador, por los combustibles fósiles, encarnada en la refinería de Dos Bocas, la cual paradójicamente estará situada en uno de los estados más vulnerables al cambio climático, afirmó Greenpeace en un comunicado. 

El mensaje señala: “Ya está aquí #CrisisCliMéxico”, haciendo referencia a que los impactos del cambio climático ya están afectando al país y cada vez resultan más graves.

La organización ambientalista sostuvo que el proyecto de Dos Bocas anclará a México a un modelo intensivo en emisiones de Gases de Efecto Invernadero por al menos 20 años, y acusó que las transmisiones durante dicho periodo serían equivalentes a la tala de 183 millones de árboles.

La acción climática de México ha pasado de ser insuficiente a altamente insuficiente, debido a la creciente participación de los combustibles fósiles dentro la política económica, energética e incluso en la política climática, que desde 2019 ha enfocado la mayoría de los recursos destinados a adaptación y mitigación al cambio climático al transporte de gas”, señaló Pablo Ramírez, especialista en Energía y Cambio Climático de Greenpeace México.

Asimismo, destacó que otro elemento que contribuye a la insuficiencia de la ambición climática del país es la reciente reelaboración de los compromisos nacionalmente determinados (NDC por sus siglas en inglés), que ha sido considerada como regresiva por un tribunal, ya que permite 14 Emisiones totales de CO2 más que las contribuciones determinadas a nivel nacional de 2015, algo equivalente a la totalidad de emisiones de la industria cementera o de refinación de petróleo. 

“México debe reconsiderar su estrategia energética y canalizar recursos suficientes para implementar una ruta de descarbonización ambiciosa, basada en una transición energética justa, enfocada en gestionar la creciente demanda de energía, generar un acceso equitativo a fuentes de energía seguras para la salud y el medio ambiente, así como medidas de adaptación que protejan de manera efectiva al creciente número de personas que se encuentran en vulnerabilidad climática”, subrayó.

Agregó que la alta vulnerabilidad climática ha ocasionado pérdidas económicas anuales relacionadas con eventos climáticos extremos del orden de 3 mil 002 millones de dólares, lo que representa el 0.17 por ciento del PIB y lo sitúa en el quinto lugar entre los países del G20.

Incluso, alertó que Tabasco podría perder entre el 8 y el 14 por ciento de su territorio, si el nivel del mar se incrementa entre uno y dos metros.

“Nuestras autoridades deben reconocer la enorme vulnerabilidad de nuestro país al cambio climático y actuar con el nivel de urgencia que la crisis amerita, para garantizar la seguridad y el sustento de las personas que se encuentran en situaciones de vulnerabilidad y reivindicando la deuda histórica ambiental de los Estados del norte global hacia los países del sur, particularmente la región latinoamericana, para desarrollar políticas climáticas robustas”.