TEXTO IRREVERENTE

ANDRÉS TIMOTEO

SEPTENA IMPRESENTABLE

Hoy se instala la sexagésima sexta legislatura estatal y aunque los veracruzanos ya se sacudieron algunos de  los zánganos salientes no se pueden decir a salvo porque doce de ellos se reeligieron -ya se dio cuenta de varios en el texto anterior- que son analfabetas funcionales y holgazanes contumaces, además de que en la nueva camada parlamentaria hay sendos impresentables que auguran lo peor.

Para empezar hay siete que son verdaderas fichas del pasado, arrastran señalamientos de corrupción, están ligados a exgobernadores ladrones y éticamente están imposibilitados para la representación popular. Uno es Bonifacio Castillo Cruz, exalcalde de Papantla de 1997 a 1999 cuando era perredista y que ahora llega a la curul por Morena. Este señor en su momento saqueó la tesorería totonaca.

En  noviembre del 2003, Castillo fue detenido por los delitos de peculado, falsificación de documentos oficiales e incumplimiento de un deber legal cometidos durante su administración municipal.  Un año antes, en el 2002, cuando era diputado federal, la entonces Procuraduría General de Justicia había solicitado en San Lázaro el juicio de procedencia para desaforarlo pero fue protegido por sus pares y se le aprehendió hasta que concluyó el periodo legislativo. Estuvo preso diez meses y  fue  liberado tras pagar una fianza, no por inocente.

Motejado por los coterráneos como  “Burrofacio”, el exedil también ha sido acusado de despojar a campesinos de terrenos en zonas de plusvalía turística del norte del estado. Apenas en mayo pasado, durante la campaña electoral, Castillo fue exhibido al filtrarse el audio de una llamada telefónica en el que confiesa que el exgobernador Miguel Alemán le “regaló” un hotel en la zona del Totonacapan como cohecho cuando era alcalde de oposición.

Por su parte,  Lidia Mezhua Campos, exalcaldesa de Zongolica también por el Sol Azteca y hermana del todavía edil, Juan Carlos Mezhua, fue la cabeza de la saga familiar que convirtió el ayuntamiento en un patrimonio familiar y lo saqueó cuanto pudo. Ella será diputada plurinominal por ese partido que sigue beneficiando a su parentela pese a que el actual munícipe ya lo botó y anunció que creará su propio instituto porque ya no le llena -los bolsillos, claro -.

Durante su gestión municipal, la señora Mezhua fue señalada por la Auditoría Superior de la Federación (ASF) de irregularidades en fondos para obra pública y programas sociales. Y, ¿se acuerdan quién era el tesorero? Su esposo, Raúl Macuixtle nombrado a pesar del evidente nepotismo y con quien  hizo la mancuerna perfecta para el latrocinio.

Otro exedil muy cuestionado es el priista Paul Martínez Marie de Perote y que fue elegido por el distrito con la misma cabecera. Muy cercano al duartismo, el tipo se habría robado al menos 40 millones de pesos en perjuicio de 37 obras que recibieron recursos federales, según se ventiló al final de su administración, además de que en la nómina municipal tenía cobrando desde los choferes y guaruras de su familia hasta varias parejas extramatrimoniales.

Por el distrito de Coatzacoalcos I será diputada la exregidora de aquel ayuntamiento, Eusebia Cortes Pérez, una señora soez y muy corrupta, ligada a invasiones  de tierras, tráfico de tumbas en el cementerio municipal y negocios con concesiones de taxis. Ella es una operadora de la zacatecana Rocío Nahle, actual secretaria de Energía y aspirante a la candidatura por la gubernatura en el 2024, según la radiografía que hizo recientemente el bien informado columnista sureño, Mussio Cárdenas.

El pronóstico es que  “Doña Cheva” encabece el “Bronx” en el congreso local, es decir los rudos que reparten escupitajos y trompadas a quienes cuestionen iniciativas del partido dominante. En tanto, por Huatusco será nuevamente diputado el perredista Hugo González Saavedra, hermano del actual alcalde de Coscomatepec, Serafín González, Ambos,  bautizados como “Los Hermanos Macana” fueron una calamidad para los sanjuaneros porque saquearon el patrimonio municipal.

UN HUEVO PODRIDO

Uno que antes de tomar posesión de la curul ya genera noticia por la mala fama que lo precede es el expriista y hoy morenista, Fernando Arteaga Aponte, exfuncionario duartista y fidelista que será legislador por el distrito de Veracruz Urbano. Apodado “El Huevo”, el tipo fue inhabilitado por la Contraloría General  debido a  asuntos de corrupción cuando fue director Colegio de Estudios Científicos y Tecnológicos del Estado de Veracruz (CECyTEV) y algunos opinan que por eso no debería tomar posesión en el cargo parlamentario.

El “Huevo” Arteaga no solo saqueó la dependencia sino que con ella se hizo de un patrimonio familiar mal habido que incluyó plazas magisteriales y propiedades inmobiliarias en varias ciudades que no puede explicar dado su salario de burócrata de medio pelo. Además, en la nomina de la dependencia tenía a la esposa, hijos, sobrinos y cuñados. El tipo es un emblema de la corrupción y ahora será diputado de la “cuarta transformación” y hay quienes hasta lo promocionan para ser uno de los “operadores estrellas” del morenismo.

La septena de impresentables en el nuevo congreso local es coronada por la exreina del Carnaval de Veracruz, Guadalupe Ingram Vallines, cercanísima al exgobernador Javier Duarte y al exsecretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, tremendos corruptazos. Duarte la hizo diputada local y presidenta de la 63 legislatura, del 2013 al 2016, donde se hizo famosa por las pifias legales que le señaló la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) cuyos ministros llegaron a multarla pecuniariamente por no saber ni siquiera redactar ni ordenar los documentos que les transfería al Poder Judicial de la Federación.

Aquella legislatura fue la más orejona hasta que la desplazó está  que concluyó ayer y cuyos dirigentes resultaron más burros. Por si fuera poco, Ingram Vallines fue señalada de operar estancias infantiles ‘fantasmas’ para expoliar el presupuesto federal junto con parientes  cuando se desempeñó como delegada estatal de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), del 2015 al 2018.  Es decir, simulaban tener  guarderías para cobrar los dineros públicos. Así de impresentables esos siete nuevos diputados y eso que apenas son los más visibles por el apéndice ratuno que arrastran. Hay otros que lo enrollan para simularlo.